«Los catalanes no son ni serán los primeros ni los últimos que son detenidos y encarcelados por motivos políticos»

«La existencia de un sólo p.p demuestra la falta de democracia, de verdadera democracia, en una sociedad. Nos enseña la cara represiva del estado y nos exige contundencia en la calle, en las instituciones y en cada rincón de nuestras vidas.»

Carta del preso político Jon Kepa Preciado, al Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR).

Bueno, antes de nada agradecer a los responsables del MAR por ofrecer una ventana a los presos políticos (p.p) donde poder dar a conocer nuestras opiniones y reflexiones a la gente que no nos conoce, no nos visita y no tiene ningún tipo de contacto con nosotros. Es muy importante romper con este aislamiento y las medidas de excepción que nos imponen a todos los presos, especialmente a los militantes políticos presos. En lo que a mi respecta, muchísimas gracias por darme esta oportunidad.

Cuando me propusieron escribir algo, aparte de contestar que sí directamente, empecé a pensar en qué podría escribir. Son muchos los temas de plena actualidad de los que poder dar mi opinión y también poder aportar la visión de un represaliado político sobre todo eso, la mayoría malas noticias para la clase obrera y todos los sectores oprimidos por el Estado español. La jugada reformista, el paso de la ambigüedad a las posturas claras en pro de la estabilidad del capitalismo por parte de ciertos sectores “alternativos”, el peligro inminente de anestesia para todo, o para casi todo el Movimiento social debido a la llegada a las altas esferas de las instituciones de esos trepas que practican el postureo, las traiciones y dan la espalda a esa calle que no hace mucho ocupaban o llamaban a ocupar al grito de consignas que hoy intentan censurar.

Pero quiero aprovechar esta opción para hablar de algo que, aún siendo actualidad, lleva en “pause” mucho tiempo, es la existencia de p.p en las cárceles del Estado español. Algo se escucha, pero es algo enfocado en el tema catalán. Los catalanes no son ni serán los primeros ni los últimos que son detenidos y encarcelados por motivos políticos, pero parece que sí son los mas fáciles de defender, incluso sin ambigüedades en pleno Congreso de los Diputados.

Son décadas y décadas en donde no han faltado p.p en las mazmorras españolas, tales como anarquistas, comunistas, nacionalistas… La existencia de un sólo p.p demuestra la falta de democracia, de verdadera democracia, en una sociedad. Nos enseña la cara represiva del estado y nos exige contundencia en la calle, en las instituciones y en cada rincón de nuestras vidas. El Movimiento social y/o político que aspire a cambiar las cosas, a luchar por el beneficio del pueblo y contra las opresiones, tiene que exigir soluciones políticas para esos que están presos por esos mismos motivos, por luchar por la libertad y la justicia.

La reivindicación de la Amnistía es algo primordial para todos aquellos que se coloquen en el lado revolucionario y contestarío de la barricada. La Amnistía no sólo entendida como la libertad de los p.p, sino como un arma para golpear el meollo de los conflictos políticos, para la búsqueda de la supresión de todo lo que llevó a esa gente a comprometerse con la lucha y acabar en la cárcel o en el exilio. Los Movimientos que no defienden la Amnistía no tienen ningún tipo de legitimidad a la hora de buscar soluciones dignas para los conflictos. Negar la Amnistía es negar la existencia de p.p y por tanto es negar el carácter político de esos conflictos. Negar la lucha por la Amnistía es limpiar el camino al opresor, es validar su versión del presente y del pasado.

Un represaliado político es alguien que, por su recorrido, por su compromiso con la lucha, por su generosidad y sinceridad ha sido preso, y esto no acaba, no tiene que acabar, una vez en la cárcel. Cambia el terreno de juego, pero no el carácter político y combativo para seguir aportando en ese camino elegido. Ni la cárcel ni las políticas represivas son válidas para anularnos a nosotros o a nuestra forma de entender la vida y la lucha, y menos aún se tienen usar o ver como una excusa para dejar de ser partícipes y protagonistas de dichas luchas. Que las falsas ilusiones y los cambios de rumbo no sirvan como coartada para apagar la lucha, para acabar con esa opción que todo pueblo o clase oprimida tiene, la de defender como sea necesario sus intereses colectivos.

Franquismo, Transición sin cambios y con traiciones y Falsa Democracia son las últimas etapas en la historia del Estado español, en todas ellas ha habido y hay celdas llenas de militantes revolucionarios, celdas pintadas de dignidad, de compromiso, de sueños, de riesgos, de anhelos, de resistencia… Auténticas trincheras contra el opresor, antorchas encendidas por la libertad en las propias entrañas del capitalismo feroz y violento.

El compromiso y las circunstancias de la vida nos han traído a la cárcel, muchas veces sacándonos del anonimato de la lucha clandestina, pasando a ser una imagen, una más, de la represión y de la lucha también.

Por todo ello tenemos la responsabilidad de actuar, por lo menos, con la actitud que se nos presupone por nuestro pasado y presente la coherencia no es algo gratuito, y como todo en esta vida que hemos elegido trae consecuencias de costes que asumimos y en algunos casos los transformamos en armas, en instrumentos de lucha. Y así es como hay que entender la cárcel en lo que respecta a los p.p. La esencia del represaliado político no sólo se compone por lo que está condenado o por historietas del pasado. El presente es el que valida cada día esa esencia, ese carácter, la cárcel sigue siendo lo que siempre fue, no ha cambiado, es otro terreno para la lucha en donde en cada instante se pone a prueba nuestro compromiso, nuestra resistencia y nuestra conexión con un proyecto, con un camino. Ni la aceptación de las exigencias excepcionales de las políticas penitenciarias que nos aplican (las cuales mantienen a nuestros compañeros en la cárcel, a muchos en aislamiento y a todos a cientos de kilómetros de casa) ni la renuncia a la solidaridad y a la lucha casan con el carácter político de los represaliados.

Es cierto que la lucha en la cárcel se ha dificultado en los últimos años, pero no ha dejado de ser necesaria, todos tenemos que apartar la vista de la zona iluminada por el opresor y el reformismo, rechazar el falso brillo de esa ilusión vacía y ver todo con perspectiva general, volver a dar luz a las zonas oscuras que otros quieren, intentar esconder y entender todo como lo que es, un Conflicto Político con un pasado, presente, y sobretodo futuro. Ellos quieren hipotecar el porvenir del pueblo rebelde y luchador, quieren anular lo que es un p.p y vendernos el caramelillo del “todo se puede dentro de la legalidad”, le dicen a la clase trabajadora “todo va a cambiar pero no te muevas, ni chilles, no pelees…”. No, no vinimos para eso y muchos de nosotros no nos vamos a ir sin pelear. Cada cual elige su camino, pero la realidad sólo es una. Todas las acciones tienen un sentido y una consecuencia, nada es porque sí, todos tenemos que asumir. Y algunos de nosotros seguimos viendo sentido a la lucha y a la resistencia, no de forma individual sino colectiva, por ello no sólo pensamos en nuestro presente sino también en el futuro de todos, por ello buscamos referentes en el campo revolucionario de hoy en día y nos apartamos del liquidacionismo y el neoreformismo traidor. Y por ello, y para terminar, decir a todas las personas que forman parte del Movimiento Revolucionario que cuente con nosotros, que estamos llenos de energía y de ganas de volver a coger las responsabilidades que como p.p tenemos, que sin nosotros no puede haber credibilidad en ningún Movimiento, porque somos un claro ejemplo de la represión y de las consecuencias del compromiso militante, consecuencias que tenemos que transformar en opciones de lucha junto a todos vosotros. Obviarnos a nosotros y sobretodo a nuestro carácter político y combativo, es una falta de responsabilidad para con la lucha. Nada esta acabado aquí dentro y muchos seguimos teniendo mucho que dar y aportar.

Simplemente acabar mandando un fuerte abrazo revolucionario y emotivo a todos los familiares de los represaliados políticos y de los caídos en la lucha, vuestro coraje y generosidad es la cadena que nos une a nuestra tierra, a nuestra casa, a nuestra gente y es lo único que no estamos dispuestos a romper. Un saludo.

Jo ta ke Irazabi arte! ¡Venceremos!

Escribele:

Jon Kepa Preciado Izarra

Centro Penienciario Córdoba

Autovía Madrid-Cádiz km 391

14.014 Córdoba

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