El turno de Argelia

Darío Herchhoren

El imperio yanqui, en su afán de llevar la libertad y la democracia por todo el mundo, esta vez ha posado sus ojos en Argelia, un país árabe del norte de Africa, que casualmente tiene mucho petróleo y gas.
El interés de este imperio nunca va más allá del interés de hacerse con el control de los hidrocarburos y, en general, de toda fuente de energía, como el gas de petróleo. El por qué es este interés hay que buscarlo en la necesidad de conseguir fuentes de energía fuera del territorio de los USA, ya que sus reservas se están agotando y la tecnología que tiene la industria imperial es antigua y no se ha adaptado a los nuevos tiempos.

En efecto, esta situacón es el resultado de que lo diversos gobiernos de los USA nunca se han visto ante otros paises que les hayan disputado su hegemonía, y eso les ha llevado a tener la ilusión de que esa situación iba a ser así hasta la eternidad.
                                                                                                                                                                                            
Pero lo cierto es que han surgido en diversos lugares del planeta estados como China y como Rusia, además de potencias regionales, como Irán, que le han ido comiendo el terreno, y el viejo imperio USA ya ha perdido la superioridad militar y también la económica a manos de Rusia y China respectivamente.
                                                                                                                                                                                            
El hecho de que países como Irak, Siria y ahora Venezuela hayan infligido severas derrotas al imperio, le han llevado a que les haya dado un estado de pánico que les  abruma, y ante el cual no saben responder.
                                                                                                                                                                                            
La situación de Venezuela es un síntoma inequívoco de lo que acabamos de describir. Si Venezuela no ha sido atacada militarmente todavía se debe a que el imperio sabe que no puede ganar una guerra a ese país. Ya no podría hacer lo que hizo en Afganistán ni lo que hizo en Irak. Rusia tiene nuevas armas que protegen a Venezuela, y sabe que ante un ataque militar a esa nación morirían al menos doscientos mil de sus soldados.
                                                                                                                                                                                            
Un especialista militar rumano, el Señor Vasiliescu, que escribe en la Red Voltaire, lo explica claramente. Un ataque por tierra a tavés de Colombia o de Brasil, sería un suicidio. La única posibilidad sería una invasión por mar, y eso llevaría a una situación de guerra que significaría un conflicto de gran envergadura que el imperio no podría solventar. El único medio operativo sería un ciberataque y las sanciones económicas para estrangular sus finanzas.

El primero de esos medios ya lo han ensayado, y han producido daños graves a Venezuela, pero el país ya ha creado una estructra militar nueva para contrarrestar esa posibilidad en el futuro, y ha llevado las oficinas de la empresa estatal PDVSA, que es su petrolera de bandera, de Lisboa a Moscú.
                                                                                                                                                                                            
Para completar el cuadro de situación hay que tener en cuenta que el imperio ha perdido los pozos petroleros de Irak y de Siria, y que ahora lo va a intentar con Argelia, donde seguramente aplicará la vieja técnica que ya utilizó en Egipto, en Siria y mucho antes en Yugoeslavia. En Libia les ha  ido bien, y consiguieron su propósito liquidando a Gadafi, y llevando a ese estado a la situación de destrucción de la cual le va a costar mucho salir.

En Argelia es cierto que el ejército es el verdadero poder, pero ese ejército es heredero de las guerrillas que derrotaron al imperio francés, y que obligaron a De Gaulle a negociar la independencia argelina, que se plasmó con la elección de Ahmed Ben Bella como presidente de una Argelia independiente; pero hay que tener en cuenta también que en los acuerdos de Evian entre el Frente Popular de Liberación de Argelia y  Francia, ésta se se quedó con una parte del petróleo y el gas argelino que quedó en manos de la petrolera francesa Fina Total, y que verá afectado su parte del negocio en caso de que se desate una guerra entre el estado argelino, y los “luchadores por la libertad”, personificados en Al Qaeda y en la mano de obra desocupada el Estado Islámico que ya ha sido derrotado en Siria. Hay que estar alertas, ya que se avecinan acontecimientos interesantes.

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