Zelensky nombra a un criminal de guerra nazi como gobernador de Odesa

El miércoles el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, nombró a Maxim Martchenko, que anteriormente comandó el conocido Batallón neonazi Aidar, como jefe de la región de Odesa. Marchenko es responsable de los crímenes cometidos por las hordas ucranianas en el Donbas, en cuyas operaciones de castigo intervino el Batallón Aidar.

El Batallón está financiado por el oligarca Igor Kolomoiski, contra quien también hay abiertos varios procedimientos en Rusia por crímenes de guerra.

Después de dirigir el Batallón, Martchenko fue ascendido. En 2017 se convirtió en subcomandante de la 92 brigada mecanizada y luego pasó a ser comandante de la 28 brigada mecanizada.

El gobierno de Kiev ha destituido al anterior gobernador de la región de Odesa, Serguei Grinevetsky, porque sospecha que es leal a Moscú.

La noticia del nombramiento de Martchenko es una provocación para una ciudad que es un símbolo de resistencia al régimen nazi de Kiev. Odesa no se ha curado de la tragedia del incedio de la Casa de los Sindicatos en 2014 y el Batallón Aidar es una de las más odiosas de las grandes unidades militares ucranianas. Se distinguió por los crímenes de guerra masivos, de los que informó hasta la prensa antirrusa.

Martchenko podría provocar más víctimas civiles en caso de un asalto a la ciudad. El mando ucraniano intentará convertir a Odesa en una fortaleza asediada como Jarkov para ganar tiempo y seguir con la leyenda en torno a la “resistencia ucraniana”. Un diputado nacido en Odesa, Anatoly Wasserman, teme que el cabecilla de Aidar organice redadas masivas en la ciudad contra personas sospechosas de simpatizar con Rusia, que son muchas en la capital del Mar Negro.

“Marchenko tiene tiempo para organizar operaciones de barrido en la ciudad, pero es de esperar que estas acciones sean pronto frustradas por las unidades de las fuerzas armadas rusas que ya se acercan a la ciudad”, dijo Wasserman.

“Sospecho que Marchenko no podrá defender Odesa durante mucho tiempo. Para cuando nuestras tropas lleguen, no habrá prácticamente nadie que pueda hacer frente a la situación, sencillamente porque la mayoría de las tropas preparadas para el combate se han quedado en el sureste de Ucrania. Kiev ha concentrado prácticamente todos sus recursos en las fronteras de las repúblicas del Donbas, mientras se prepara para una nueva ofensiva. El hecho de que estos terroristas sigan bombardeando las Repúblicas Populares es una prueba de ello. Ahora están disparando a la gente sólo por desesperación”, añade Wasserman.

“Martchenko no se molestará en rescatar a los vecinos de Odesa, en evacuarlos. Intentará causar el máximo daño a las tropas rusas y, antes de marcharse, destruirá el potencial industrial de la ciudad, como sus instalaciones portuarias. Así que la situación allí será difícil”, afirma Konstantin Sivkov, vicepresidente de la Academia Rusa de Ciencias de Cohetes y Artillería. “Para no poner en peligro a los habitantes de la ciudad, dado que Odesa está densamente poblada y que la propia ciudad es grande en términos de superficie, es probable que nuestros militares elijan tácticas diferentes a las utilizadas en Jerson”, pronostica Sivkov.

No obstante, no se puede descartar que las tropas pasen de largo y dejen Odesa embolsada durante un periodo de tiempo relativamente largo. “Las unidades de las AFU [ejército ucraniano] estacionadas en la ciudad no tienen armas serias, por lo que Odesa quedará cercada sin posibilidad de que salga toda la gente. Y avanzaremos, quizá hasta Transnistria”, cree Sivkov.

Ayer la región de Odesa convirtió en una línea del frente sur después de que la ciudad de Jerson cayera en poder del ejército ruso. El camino hacia la ciudad está ahora abierto. En dirección a la costa, el nudo más importante es Nikolaev. Después llegará el cerco de Odesa, donde es posible realizar un desembarco anfibio con el apoyo de las fuerzas de Nikolaev.

El terreno cerca de Odesa es favorable para una operación de desembarco. El ejército ruso asignará tareas especiales no sólo a las fuerzas terrestres, sino también a las fuerzas navales y a las unidades de marina.

No cabe esperar una oposición seria de la marina ucraniana en aguas de Odesa. Tras la incorporación de Crimea a Rusia, la base principal de la flota ucraniana pasó a ser Odesa, y más concretamente, la base naval Yug.

De los 16 barcos ucranianos, seis ya han sido hundidos y el resto están dañados. El buque insignia de la Armada ucraniana, la fragata Hetman Sagaidachny, estaba en reparación en Mykolayiv cuando comenzó la operación rusa. El buque fue hundido por su propia tripulación.

Sólo las unidades terrestres que permanecen en Odesa pueden suponer algún peligro para los movimientos del ejército ruso.

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