Si sois buenos… todo irá bien… Lo dice la ciencia

“… Con frecuencia se ha observado que el terror solo puede gobernar absolutamente sobre las personas que están aisladas entre sí y que, por lo tanto, una de las principales preocupaciones del gobierno tiránico es provocar este aislamiento. El aislamiento puede ser el comienzo del terror y ciertamente es su terreno más fértil… las personas aisladas son impotentes por definición” (Hannah Arendt, The Origins of Totalitarism)

“…la Sagrada Congregación, reunida ante Su Santidad el 25 de febrero de 1616, decreta que su Eminencia, el Cardenal Bellarmino te prescriba abjurar del todo de la mencionada falsa doctrina; y que si rehusaras hacerlo, seas requerido por el Comisario del Santo Oficio a renunciar a ella. A no enseñarla a otros ni a defenderla y a falta de aquiescencia, que seas prisionero…
… Y con el fin de que una doctrina tan perniciosa pueda ser extirpada del todo y no se insinúe por más tiempo con grave detrimento de la verdad católica, ha sido publicado un decreto procedente de la Sagrada Congregación del Índice, prohibiendo los libros que tratan de esta doctrina, declarándola falsa y del todo contraria a la Sagrada y Divina Escritura.
… Porque tu lastimoso y pernicioso error y transgresión no queden del todo sin castigo, y porque seas más prudente en el futuro, y sirvas de ejemplo porque los otros se abstengan de delincuencias de este género, nosotros decretamos que el libro Diálogos de Galileo Galilei sea prohibido por un edicto público… (“Galileo. His Life and Work. J. Fahic. 1903)

La moderna Inquisición, la cual ha cambiado la Biblia por nuevas revistas científicas y contenidos curriculares académicos impuestos por la industria químico farmacéutica no duda a la hora de determinar cuál es la “falsa doctrina” en torno a la epidemia del SARS-Cov-2 y declarándola contraria a la “Sagrada y Divina Escritura” diseñada desde los consejos de administración de las grandes corporaciones y seguida fielmente por profesionales y científicos a sueldo de las mismas. Hoy ya no se practica la quema de libros, pero si la negativa a editarlos, y una de las virtudes de las nuevas tecnologías de la información es la posibilidad de poder extender opiniones diversas por medio de las llamadas redes sociales. Pero, los modernos inquisidores que controlan los canales cibernéticos, se atribuyen la potestad de eliminar de estas redes aquellas opiniones que no concuerdan con los intereses que representan.

“El blog Movimiento Político de Resistencia abandona blogger para evitar posibles censuras y será migrado a partir del lunes a su nuevo servidor y dominio www.mpr21.info, con nuevo diseño y utilidades, después de detectarse en las publicaciones de esta web caídas en el n.º de visitas y bloqueos a noticias relacionadas con el coronavirus. La web, nacida en 2012, suma según el contador de blogger 7,8 millones de visitas, con una media diaria en los últimos días de 15 mil nuevos visitantes, principalmente de España, Argentina y los Estados Unidos” (14 de Agosto 2020. https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com/)

Así como blogger, lo hace youtube, facebook, Instragram, Twitter, etc. y así como años atrás se utilizaron varias formas de comunicación en forma de papeles impresos en imprentas clandestinas, ahora se tendrán que buscar nuevas formas de comunicación utilizando las tecnologías de la información que rompan el monopolio de las grandes corporaciones. Seguramente miles de Hackers hoy, pueden jugar el mismo papel que los repartidores de octavillas a mediados del siglo XX. Y esto será realizado con una base científica que no estará al servicio del capital.

“Después de superar la pandemia del COVID-19, el mundo cambiará. No será el mismo, con el paso de los meses, nos veremos diferentes. Tendremos que aprender a desenvolvernos en una “normalidad” hasta cierto punto distópica. La economía está malparada y los cambios que posiblemente iban a tardar más tiempo a implementarse, como el teletrabajo, la enseñanza online, la telemedicina, la incursión de los robots en la vida de las personas, se acelerarán. En el turismo, la educación, el trabajo, el transporte, los sistemas de salud pública, el ocio y la industria del espectáculo, etc., presenciaremos cambios inmediatos. Con seguridad se abrirán nuevos mercados, y formas de control a la ciudadanía, los cuales, ayer podían ser inéditos, o casi imposibles. Los cambios más profundos que sentiremos, influenciarán la esfera de nuestra afectividad, nuestra forma y calidad de vida no será igual que antes. Volveremos a estar juntos pero al mismo tiempo, con esta distanciación social preventiva” (Javier Domínguez. Inspiring Committed Leaders Foundation, ICLF, 21 Junio 2020).

Así como un tejido de varios intereses económicos, sociales, culturales y políticos imponían, en el marco de un paradigma vigente en el siglo XVII qué era la verdadera doctrina científica, en el siglo XXI, esta misma red de intereses mantiene un paradigma dominante al cual los poderes económicos lo financian, los educadores lo propagan, los partidos políticos lo promueven, los medios de comunicación lo difunden, las organizaciones profesionales lo legitiman, y los gobiernos lo oficializan. Y así, los actuales Galileos se ven ninguneados, atacados, difamados y expedientados por orden de la moderna Sagrada Congregación.

“… Iglesia y Estado están ahora cuidadosamente separados. Estado y Ciencia, sin embargo, trabajan estrechamente unidos. Inmensas sumas de dinero se gastan en la mejora de ideas científicas… Las relaciones humanas se someten al tratamiento científico, como lo demuestran los programas educativos, las propuestas de reforma carcelaria, el entrenamiento en el ejército, etc. El poder de la profesión médica sobre cada fase de nuestra vida ya excede al poder que una vez tuvo la Iglesia” (Paul Feyerabend. Science in a Free Society. New Left Books).

Si la ciencia se autodefine como “objetiva”, no es porque pueda producir el único conocimiento posible, sino el conocimiento válido a partir de las premisas de fundamentación y de los objetivos de los cuales parte la propia ciencia. Si la ciencia ha aparecido como única fuente de la verdad, es consecuencia del hecho que los valores y mitos que incorpora implícitamente la ciencia son los valores y mitos dominantes dentro de la sociedad en la cual la ciencia se desarrolla.

Cada día, más campos y dimensiones de nuestras vidas están controlados, manejados, administrados a partir de un saber científico desde el cual se determina, sin que nuestra opinión sea necesaria, que es el que tenemos que hacer y como tenemos que hacerlo.

“La religión relaciona la humanidad a elementos sobrenaturales, trascendentales o espirituales no demostrables. La ciencia mal entendida acepta por demostrado lo que no lo está. Sirve de propaganda social y de marketing para los quién controlan el mercado de la salud y necesitan conferirle a su discurso “garantías científicas” para hacerlo más creíble. Consiguen así hacer más vendibles sus productos, los aparatos y tratamientos médicos que piden para comulgar sus feligreses” (“El autoritarismo científico. Javier Peteiro, doctor en Medicina y Jefe de la sección de Bioquímica del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña).

Durante estos meses pandémicos, los diarios, la radio, la televisión y las llamadas redes sociales han llenado sus páginas, altavoces y pantallas de datos. Es la Estadística, dicen, es una parte de la ciencia que utiliza conjuntos de datos numéricos para obtener, a partir de ellos, inferencias basadas en el cálculo de probabilidades. No es un invento reciente pues los primeros ensayos clínicos en que se utilizaron estadísticas, se practicaron en los Estados Unidos en 1721 para proporcionar datos sobre la amenaza de viruela en Massachussets asegurando que las enfermedades estaban en el ambiente y podían infectar a la gente y que los vacunados (inoculados) estaban protegidos contra estos ataques. Estos experimentos de inoculación fueron dirigidos por Cotton Mather, mejor conocido por su papel inquisitorial y colaborador de los ahorcamientos durante los juicios de las “Brujas de Salem” en 1692. Posteriores datos comprobados por el Dr.William Douglass (The Inoculation Controversy in Boston: 1721-1722 John Blake The New England Quarterly Vol.25. 1952) demostraban que la inoculación había matado más que prevenido.

“La práctica rutinaria de exámenes para el diagnóstico en grandes poblaciones garantiza al científico médico una base amplia para seleccionar los casos que mejor encajen en los medios de tratamiento existentes o que son más eficaces para conseguir objetivos de investigación, sin importar que los tratamientos curen, rehabiliten, alivien o no lo hagan. En este proceso se robustece la creencia de la gente que son máquinas la duración de las cuales depende de las visitas al taller de mantenimiento… La promesa de milagros médicos es su mejor defensa contra el fracaso, puesto que los milagros pueden esperarse, pero no pueden garantizarse” (I. Illich. Medical Nemesis, The Expropriation of Health. 1974).

Una definición filosófica señala que la ciencia es «un intento para descubrir, por medio de la observación y el razonamiento basado en la observación, los hechos particulares sobre el mundo primero, después las leyes que conectan los hechos entre si, y que (en casos afortunados) hacen posible predecir los acontecimiento futuros» (Bertrand Russell. Religión y Ciencia. México, Fondo Cultura Económica. 2003).

Una segunda definición establece que la ciencia es, la actividad humana productora de conocimiento científico. Es aquella actividad cultural humana que tiene como objetivo la constitución y fundamentación de un cuerpo sistemático del saber que busca ser reconocido por todos como verdadero o, al menos, ser aceptado por consenso universal ( J.M. Ziman. Un ensayo sobre le dimensión social de la ciencia. México: Fondo de Cultura Económica, 1972).

A pesar de estos intentos de visión uniformadora, muchas voces científicas no concuerdan con los postulados impuestos por la industria químico-farmacéutica y alertan sobre los efectos tóxicos tanto de los alimentos, como de las contaminaciones por xenoestrógenos y otros derivados, así como los efectos secundarios de multitud de fármacos, entre ellos las vacunas, pero se impone por una mayoría de científicos la atribución de cualquier epidemia a su origen vírico. No es de extrañar, pues unos pequeños fragmentos de ARN invisibles por cualquier mortal juegan el mismo papel que Cotton Mather atribuía a las “almas inmortales” demoníacas que se apoderaban de las personas. El porqué de esta controversia tenemos que buscarla en los profesionales científicos que trabajan a sueldo de las multinacionales o los que no están ligados a ninguna corporación química farmacéutica. Para poner un pequeño ejemplo:

“La micotoxicosis no fue un problema muy generalizado mientras la gente no se alimentó a través del mercado mundial. Antes de la segunda guerra mundial tan solo un 1% del peso total de los alimentos consumidos por la humanidad procedían de fuera de su propia región. Solo después de la guerra una mayoría de personas llegaron a depender en materia alimentaria de productos que se habían comercializado más allá de sus alrededores. Esta nueva situación comporta que una parte muy importante de productos, han sido almacenados durante largos periodos y transportados a través de diferentes climas. En estas condiciones el alimento se expone en una alta probabilidad de múltiples infecciones. El mercado mundial garantiza una difusión casi instantánea de todo nuevo hongo y es muy difícil identificar las dosis subletales de micotoxinas, de no ser así, gran parte de los alimentos actualmente en el mercado habrían sido proscritos.. Las micotoxinas son venenos acumulativos que empiezan para obstaculizar el funcionamiento de lascélulas cerebrales y pasan después a otros órganos vitales” (I.Illich. Medical Nemesis. 1974. Nota a pie de página n.º 255).

En el artículo publicado “Efectos de las micotoxinas en el ser humano” (Bulletin of the World Health Organization (OMS) 1999, 77, 754): “La exposición a las micotoxinas se produce sobre todo por ingestión, pero también por contacto cutáneo y por inhalación. A menudo los profesionales de la medicina no reconocen la micotoxicosis, excepto cuando afectan gran número de personas. En el presente artículo se examinan varios brotes de micotoxicosis en los cuales la etiología de la enfermedad se ha visto corroborada por el análisis de la micotoxina. Se analizan los hallazgos epidemiológicos, clínicos e histológicos disponibles en relación con brotes de micotoxicosis causados por la exposición a aflatoxinas tricotecenas, ocratoxinas, ácido 3-nitropropiónico, zearalenona y fumosinas. En las conclusiones del equipo investigador se cita lo siguiente: “Las micotoxicosis agudas pueden provocar manifestaciones graves, a veces mortales. Tiene que sospecharse una intoxicación por micotoxinas cuando una enfermedad aguda afecta a varias personas y no existen signos ni de infección por un agente etiológico conocido, ni de mejora del cuadro clínico desprendido del tratamiento.”

La intoxicación por tricotecenas, que causó una gran mortalidad en la URSS durante el año 1932, parece ser por el mal almacenamiento de los cereales, y fue utilizada como arma química por parte de los Estados Unidos en los bombardeos de Laos y Camboya. Tiene los siguientes síntomas: congestión torácica, garganta irritada, síntoma gripal, dolor de cabeza, asfixia, pérdida de sabor bucal, náusea, vómitos, inmunodepresión. Aun así la investigación de la OMS afirma que “a menudo los profesionales de la medicina no reconocen las micotoxicosis”. En consonancia a no querer atribuir diversas enfermedades su origen tóxico, sino buscar otros orígenes, víricos, por ejemplo, pues aceptar la toxicidad es enfrentarse al sistema mundial de producción agro-químico-militar-industrial e ir en detrimento de las corporaciones farmacéuticas, puesto que muchos remedios no serían medicamentos patentados, sino la eliminación de muchos procesos industriales alimentarios. Y esto iría en detrimento de los beneficios del capital.

“El problema que es necesario discutir en relación a la ciencia no reside en un cuestionamiento de su eficacia para los objetivos que esta se propone. El problema es otro: ¿Estamos dispuestos a asumir los objetivos de la previsión, manipulación, control de la naturaleza y de la sociedad, como los objetivos últimos de la vida humana, objetivos a los cuales hay que subordinar todo otro objetivo, todo otro fin, todo otro valor humano?”. (E. Lander. Verdad, Ciencia y Tecnología. UCV. 1990)

Responder a los interrogantes que plantea Lander, es decir, qué objetivos estamos dispuestos a asumir, puesto que estos objetivos tienen que estar en consonancia, según la opción política e ideológica de cada uno.

La ciencia pedagógica ha estado ausente en los últimos meses en cuanto al valor humano de las criaturas. Los científicos pedagógicos se han reunido al discurso dominante sin enfrentarse en absoluto a las medidas dictadas “manu militari” de aislamiento de las criaturas, sabiendo, como podrían y tendrían que saber, que están sobradamente demostradon los beneficios de la inmunización colectiva en los niños. La única preocupación ha sido la salvaguardia de la salud de los profesionales del mundo pedagógico. ¿Pero a qué precio?

A su lado la mayoría de científicos a sueldo de la Administración, del mundo de la psicología y psiquiatría infantil no ponen en tela de juicio el discurso dominante ni las incongruencias de la OMS y los respectivos gobiernos con sus correspondientes equipos asesores, tan solo en un acto de apología al conductismo, se entretienen a recomendar que hacer con las criaturas aisladas de repente. Recomendaciones que insisten al hacerles entender que “es por su bien”, escondiendo el mal generado mediante esta actitud. La frase “todo irá bien” con el correspondiente dibujo del arco iris, que se ha hecho dibujar a las criaturas de una gran cantidad de escuelas, junto al lema “yo me quedo en casa” el cual no es un logotipo surgido del sentir infantil, sino que, al igual que el anuncio de coca-cola, ha sido elaborado por los científicos del mundo de psicología social del mismo modo que han intentado convertir las emociones naturales de las criaturas en una construcción adulta falseada por intereses espurios, han intentado infantilizar los adultos con una parafernalia de aplausos hechos desde el arresto domiciliario.

“… Lo esencial en la psicología de masas es el arte de la persuasión. Podemos esperar que, en algún tiempo, cualquiera será capaz de persuadir a cualquier de cualquier cosa… Esta técnica puede hacer grandes avances, si, bajo una dictadura científica, la toman en sus manos los hombres de ciencia. Anaxágoras mantenía que la nieve es negra, pero nadie lo creía. Los psicólogos sociales del futuro tendrán cierto número de clases para niños en edad escolar, sobre los cuales experimentarán los diferentes métodos de producir la convicción inconmovible que la nieve es negra. … Es cosa de nuestros futuros hombres de ciencia establecer con precisión estas máximas y descubrir exactamente que coste económico tiene hacer creer a los niños que la nieve es negra, y cuanto menos costaría hacerles creer que el color es gris oscuro… No se permitirá al populacho que conozca como se generan sus convicciones. Cuando la técnica haya sido perfeccionada, cualquier Gobierno será capaz de gobernar a sus súbditos con seguridad, sin necesidad del Ejército ni Policía” (Bertrand Russell. Efectos Generales de la Técnica Científica. 1949).

¿Cual será a partir de ahora nuestra percepción del mundo, de la educación, de la importancia del contacto humano fuera de las pantallas? ¿Los proyectos educativos que se propician qué tendrán que ver con las criaturas? ¿Continuaremos dejando a las criaturas sin tiempos para el juego colectivo? ¿Las dejaremos ser?. Tal como se pregunta la psicoanalista Ana Kurtzbart en “La educación confinada y la niñez lejos de las calles”. O como reflexiona la antropóloga de la UNAM Márgara Millán, de la Red de Feminismos Decoloniales, preguntando si permitiremos que el capital controle nuestras emociones y afectos, que continúe haciendo negocio con las consecuencias que su mandato produce. ¿Cómo será para los niños y niñas asistir en una escuela donde los dos metros de distancia, la sanitización constando de las manos, el uso del bozal, sean los gestos cotidianos y reiterados de nuestro estar en el mundo? ¿Podrán jugar, ser creativos, desarrollar su imaginación en un espacio cuadriculado por la sana distancia? ¿Qué marcas, huellas y traumas quedarán en la experiencia vital de la distancia física? ¿Se traducirá irremediablemente en distanciación social, en potenciación segregativa? ¿Irán los niños y niñas, contentos y cantando, a pedir que se les inyecte una vacuna “por su bien”? ¿Rechazarán amigos y amigas que no estén vacunados?

“Lo que sí resulta esencial para nuestra hipótesis es creer que con el tiempo la fisiología llegará a encontrar maneras de controlar las emociones, algo que difícilmente puede ponerse en entredicho. Cuando esto suceda, tendremos las emociones que deseen los gobernantes, y el propósito principal de la educación primaria será el de producir la deseada disposición anímica, que ya no se obtendrá ni por castigos ni por la preceptiva moral, sino por el método mucho más seguro de las inyecciones. Quienes administren un sistema así poseerán un poder tal como no lo soñaron en su momento los jesuitas, aunque no hay ninguna razón para suponer que tendrán que ser más juiciosos que quienes en la actualidad controlan la educación. El conocimiento tecnológico no garantiza discernimiento de ánimo, por lo cual es muy probable que los gobernantes del futuro no sean menos estúpidos y menos prejuiciosos que los de hoy en día”. (B. Russell. Icarus, The Future of Science. 1924)

Mucho más próximo en el tiempo, en 2014, el filósofo Byung-Chul Han en “Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder” apunta que “La psicopolítica neoliberal es la técnica de dominación que estabiliza y reproduce el sistema dominante por medio de una programación y control psicológicos” y pone énfasis en el hecho que la psicopolítica recurre a un sistema de dominación que, en lugar de emplear el poder opresor, utiliza un poder seductor, inteligente, que consigue que las personas se sometan por sí mismas al entramado de la dominación.

La filósofa Maria Antonia González Valerio, profesora de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de México hace recordar los paralelismos entre la campaña propagandística sobre el SIDA de los años 80 con el actual del SARS-Cov-2: “Se anuncia ahora una disciplina especial sobre los cuerpos de las personas, que pretendería que pudiéramos establecer otro trato con el cuerpo propio (no te toques la cara) o con los cuerpos ajenos (mantenerlos alejados). El cuerpo aparece una vez más cómo aquello que se tiene que disciplinar. Ya habíamos escuchado y vivido esto en medio de la epidemia del VIH en los años 80, para el cual, no lo olvidemos, parece que después de 40 años todavía se busca una vacuna y seguramente el virus, aun así, la OMS dice que hay en todo el mundo más de 30 millones “de infectados” según los resultados de los tests. (ELISA y Western BLOT, que generan un multimillonario negocio los beneficios del cual son a repartir entre Francia y Estados Unidos después de los acuerdos comerciales de los años 90 derivados de la polémica entre Gallo y Montaigner). Con la campaña tanática del VIH la población aprendió a asumir el propio cuerpo como posiblemente infectado. También aprendió a ver el cuerpo ajeno con temor, porque este otro cuerpo podía convertirse en vehículo de la propia muerte. Se convocó entonces a una normalidad de cuerpos disciplinados a los cuales, como por ejemplo, se les impuso una barrera física”.

Barrera física que destructura la sociedad, pero no toda la sociedad, solo aquella parte que se puede considerar potencialmente peligrosa, con potencial capacidad organizativa y organizadora para reunir las víctimas de las próximas reestructuraciones del capital, víctimas consideradas “necesarias” según los científicos del mundo de la economía, de la pedagogía, de la ingeniería, de la biología y del resto de disciplinas académicas subordinadas al capital. Para llevarlo a cabo, ¿Qué mejor que un experimento global de distanciamiento humano? ¿Qué mejor que la construcción de un mundo virtual?

Byung-Chul Han, “En el enjambre”, dice: “En los blogs o las redes sociales que hoy en día construyen o reemplazan el espacio público no se produce ningún discurso. No se construye espacio público (Öffentlichkeit). Los medios digitales hacen que la sociedad se vuelva cada vez más pobre en su discurso. Impiden la construcción de una comunidad en un sentido empático. Solo producen al azar muchedumbres (Ansammlungen) o multitudes (Vielheiten) de individuos aislados, de ego, sin ninguna cohesión (Versammlung) sin lugar de discurso. El individuo ya no es una entidad política capaz de producir un nosotros”.

En la construcción de este mundo virtual y metafísico, los científicos sobre comportamiento humano que llenan los medios audiovisuales, han puesto en escena el discurso dictado por sus superiores. Un discurso patético y falseado que nos puede recordar la adaptación radiofónica de «La guerra de los mundos» de H. G. Wells, el 30 de octubre de 1938, donde Orson Welles dramatizó esta novela en la emisora CBS, anunciando lo siguiente: «damas y caballeros, tengo que anunciarlos una grave noticia. Por increíble que parezca, tanto las observaciones científicas como la más palpable realidad nos obligan a creer que los extraños seres que han aterrizado esta noche en una zona rural de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor procedente del planeta Marte…». Los datos de audiencia estiman que cerca de 12 millones de personas escucharon la transmisión y miles cayeron presa del pánico abandonando sus casas y colapsando carreteras, estaciones de tren i autobuses o comisarías de policía. Los teléfonos de emergencia echaron humo durante varias horas recibiendo multitud de mensajes que decían haber visto a los extraterrestres.

Así, como dice Eduardo Grüner, en ”Crónicas Marcianas” (El año de la peste. Boletín Tropia 2020) “Hoy somos nosotros los “extraterrestres” que no pueden salir a la calle, exponerse al aire y al sol, por temor a ser fatalmente infectados por este misterioso “bicho”, del cual se sabe poco y nada, y para combatirlo ni siquiera tenemos todavía las rudimentarias armas con las cuales se intentaba enfrentar a los marcianos de Wells I si hablamos de “combate”, de “enfrentar” y de “armas”, es sencillamente porque se nos ha dicho hasta el cansancio que estamos repentinamente embarcados en una guerra, contra un enemigo desconocido, artero, invisible y prácticamente imposible de localizar…. Es solo que llama la atención la celeridad con que se naturalizó esta militarización del lenguaje. La distanciación de dos metros entre las personas remite a la táctica de infantería, en las guerras tradicionales, de mantener una formación abierta para evitar que la potencial bomba o granada afecte varios soldados juntos. El uso de bozal, bien puede asociarse al de máscaras antigás en la I Guerra Mundial. Por no hablar del recurso a los ataques químicos, bacteriológicos y otros. Se levantan virtuales muros de contención (y torres de observación informática) no solo entre los países, sino en las provincias, las regiones, las ciudades y pueblos, en los barrios”.

Del mismo modo, personas obsesionadas por el bombardeo de noticías, imágenes trucadas y declaraciones diversas, dicen “haber visto que tal y cual se han muerto de coronavirus”, que “tal y cual tiene coronavirus”, que “tal y cual está infectada”,… sin saber ni qué es un virus, ni una infección, pero como en el ejemplo puesto anteriormente en que el pánico se extendió sin saber que era ni como era un invasor del planeta Marte. Hoy ni siquiera los profesionales de la medicina pueden hacer estas afirmaciones ya que la única prueba concluyente sería la derivada de una autopsia, pero nunca derivada de un test PCR que no ha superado la prueba “gold standard” por lo tanto los falsos resultados pueden ser una constante.

En medicina, el “gold standard”, o test de referencia es un término utilizado para definir aquellas pruebas de diagnóstico que tienen la máxima fiabilidad en la hora de diagnosticar una determinada enfermedad. De todos modos esto no comporta que la prueba posea la máxima fiabilidad en términos absolutos puesto que, por ejemplo, una autopsia siempre obtendrá resultados más fiables que la mayoría de pruebas de imagen que existen, pero su uso en sujetos vivos no es viable. Por lo tanto, podría decirse que el estatus de “gold standard”, se aplica a aquellos tests de fiabilidad máxima dentro de una serie de condiciones específicas. La evaluación de la capacidad de diagnóstico de un test se realiza a través de estudios de investigación específicos. En la práctica se emplean a menudo ensayos clínicos aleatorios con carácter comparativo que, posteriormente, son compilados y evaluados en meta-análisis y revisiones sistemáticas. Cuando surge un test nuevo y se pretende evaluar para su utilización práctica, su fiabilidad se compara con el “gold standard”existente para una determinada enfermedad, (“he history and fate of the gold standard. David Jones; Scott Podolsky. Lancet, 18 Abril 2015) lo cual no se ha hecho en ninguno de los tests que se utilizan para determinar con la máxima fiabilidad los anticuerpos del SARS-Cov-2.

Pero, la ciencia a sueldo de intereses espurios dice otra cosa a pesar de que: “Bien es verdad que según qué diagnóstico, transforma a personas que se sienten sanas en pacientes ansiosos” (The uselessness of periodic examination. Archives of Environmental Health. Septiembre 1966)

Como conclusión, es necesario un amplio rechazo a según qué ciencia, y la exigencia que los campos experimentales científicos no queden fuera del debate democrático. Nos va la vida.

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