Putin: la etapa de los compromisos internacionales ha pasado

El interés por Rusia rara vez trasciende la política exterior. Sin embargo, ésta no se podría entender sin la interior donde, desde mayo, Putin ha iniciado una serie de cambios importantes, especialmente en el terreno económico.

Con su lucidez característica Bechet-Golovko lo resume perfectamente: “La etapa de los compromisos internacionales ha pasado; para negociar ventajosamente hay que tener una posición fuerte y clara” (1).

Algo parecido había escrito William Engdahl: “A pesar de los progresos impresionantes hechos por Rusia en el terreno de la política exterior, el país puede estar debilitado por una economía fatalmente débil” (2).

El 25 de julio Putin pidió al denominado “Club Stolypin” que preparara un plan de impulso económico porque para hacer frente a los imperialistas en todos los terrenos, hay que impulsar también el crecimiento económico y estrechar filas en el terreno político, lo cual no se puede hacer sin la depuración de los viejos cuadros y el nombramiento de nuevos equipos dirigentes.

Lo mismo que Theresa May en Reino Unido, Putin quiere poner fin a las viejas políticas monetarias implementadas desde los ochenta, que nunca van más allá del corto plazo, la especulación, las burbujas y el enriquecimiento golfo de cuatro oligarcas. En Rusia estas políticas tienen un nombre, Alexei Kudrin, el antiguo ministro de Finanzas, ahora defenestrado.

Putin se ha descubierto a sí mismo en Bismarck. Ahora persigue un desarrollo económico a la manera prusiana. El economista en boga es el alemán del siglo XIX Friedrich List. Tras la ola “mundialista” vuelve el “nacionalismo” en todos los terrenos, sobre todo en el económico. Con él vuelve el Estado, las empresas públicas, la política industrial, el proteccionismo, el déficit público… e incluso los viejos planes quinquenales o, al menos, una versión capitalista de ellos.

Todo empezó el 25 de mayo cuando, después de dos años de vacío, Putin convocó el Presidium del Consejo Económico. En el verano llegó la destitución de Serguei Ivanov, cabeza de la administración presidencial del Kremlin y luego la de Livanov, el ministro de Educación e Investigación. Sus sustitutos, A.Vaino y O.Vassilieva, no están dentro de los círculos de adeptos de la OCDE, escribe Bechet-Golovko, porque “representan el interés nacional frente a la visión globalizante”.

Los nombramientos han sido seguidos de la llegada al servicio de inteligencia exterior de S. Narchkin, que tendrá que lidiar con una situación internacional especialmente tensa. No hay más que repasar el blog Katehon para ver que los eurasiáticos de Alexander Duguin están de enhorabuena.

Pero esa moneda tiene un reverso, que es la guerra. Recientemente Duguin escribía que “la Tercera Guerra Mundial nunca ha estado tan cerca”(3). No le falta razón. Lo mismo que en 1931, cuando el gobierno soviético aprobó el Primer Plan Quinquenal, sin un fuerte impulso al desarrollo industrial, Rusia no podrá hacer frente a la agresión imperialista que se le viene encima.

(1) http://www.comite-valmy.org/spip.php?article7626
(2) http://journal-neo.org/2016/08/02/putin-nyet-to-neo-liberals-da-to-national-development/

(3) http://katehon.com/es/article/la-iii-guerra-mundial-nunca-ha-estado-tan-cerca

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