Nuevas revelaciones sobre el asesinato del dirigente comunista belga Julien Lahaut

El secretario general del Partido Comunista de Bélgica, Julian Lahaut, fue asesinado en la puerta de su casa el 18 de agosto de 1950, en plena guerra fría. El crimen quedó impune. Nadie se preocupó jamás de investigar, ni de detener, ni de juzgar a los autores. A lo poco que el sumario judicial había indagado, le prendieron fuego. Entonces aquello no importaba nada porque el muerto era un conocido dirigente comunista, que entonces era tan insultante como decir hoy que era yihadista. Hay determinadas etiquetas de los medios de comunicación que son como una condena a muerte.

Afortunadamente la memoria histórica sigue viva y, aunque ya no pueda convertirse en denuncia política, por el paso del tiempo, sigue teniendo vigencia, por encima de las ocultaciones y las mentiras. En 1985 Rudi Van Doorslaer y Etienne Verhoeven escribieron el primer libro sobre el asesinato, apuntando a las cloacas del Estado modernos, que son siempre las mismas: OTAN, espías, capitalistas…

En 2008 el Senado encargó al Ceges (Centro Estudios Guerra y Sociedades Contemporáneas) una investigación que llevaron a cabo Emmanuel Gérard, Widukind de Ridder y Françoise Muller, quienes presentaron el martes sus conclusiones, en las que sitúan el crimen en las coordenadas de la Guerra Fría, es decir, la OTAN, Gladio, policías paralelas, redes anticomunistas y financieros agradecidos.

No ha sido una sorpresa para nadie que entre los asesinos aparezca cada vez con más insistencia el nombre de André Moyen, el subdirector del contraespionaje militar belga, un viejo pistolero de los años más oscuros de la Guerra Fría, que es tanto como decir un mercenario de la OTAN. Su carrera de asesino empezó en la Alemania nazi y terminó en los turbios manejos con los que Bélgica llevó a cabo la descolonización de sus posesiones en África y Asia.

Pero los mercenarios como Moyen son el último eslabón. Junto a ellos están siempre los cajeros, en este caso la patronal belga en pleno: la Société Générale, Brufina y la Unión Minera. Los asesinatos políticos, como el de Lahaut, no son jamás obra de unos u otros, y menos de unos pistoleros. Ni siquiera es suficiente afirmar que son crímenes “de Estado” si junto al Estado no se ponen a los grandes capitalistas y financieros.

En el amplio elenco de complicidades están, además, los partidos políticos. El crimen jamás se hubiera podido mantener oculto durante medio siglo sin la participación de todos los partidos políticos burgueses de la época y en particular de la social-democracia, que en aquel momento encabezaba el Ministerio del Interior.

Pero hablar de silencio es muy poco. No es que los representantes políticos no hablaran del asunto sino todo lo contrario: hablaron para justificarlo. A fin de cuentas, se decía en aquella época, Lahaut no era un patriota, no servía a Bélgica sino a intereses extranjeros: a Moscú. Su asesinato fue un alivio tan grande para la burguesía que al gobierno no le bastó con la sangre derramada sino que, además, emprendió una feroz campaña anticomunista. El Partido Comunista fue expulsado del Consejo de Estado y se desencadenó una caza de brujas, como en Estados Unidos y en Alemania, para depurar a fondo todas las instituciones públicas.

Naturalmente que en aquella época la etiqueta de “comunista” se la ponían como luego pusieron la de “terrorista” o la de “yihadista”. Se empleó para que en el aparato de Estado no quedara ni la más mínima sombra de progresismo. El Estado monopolista quedó reservado para la reacción pura y dura. De aquellos viejos polvos llegan ahora a Europa los nuevos lodos neonazis, xenófobos y racistas.

Desde 1950 no ha faltado ni un solo verano en el que los antifascistas belgas no se reúnan ante la puerta de la vivienda de Julien Lahaut, recordando su memoria y que en todo el mundo lo que sostiene a la burguesía en el poder no es otra cosa que el terror, el asesinato y la represión.

Más información:
—Juan Manuel Olarieta, El hombre que llevaba el Sol en su bolsillo y repartía un poco a cada uno

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