Las guerras y las guerras

“La guerra nunca surge de forma repentina ni se propaga instantáneamente” (*)

Una guerra, a 3.129 kilómetros de distancia (Barcelona – Kiev) entre personas de piel blanca hace enardecer los medios de prensa escritos y visuales, con un lenguaje aterrador derivado del empleado en la reciente pandemia. Ahora el malo no es un virus, ahora le han dado nombre y apellido y caracterizado como una fiera salvaje: Es un criminal, dicen, hace bombardear ciudades, dicen, todos tenemos que responder, dicen.

Al igual que con la parafernalia de la pandemia, cuando bajo arrestos domiciliarios se salía al balcón o ventana para aplaudir sin saber a quién o a qué y cuando en las escuelas se atemorizaba a los niños y se los alejaba de abuelos y abuelas bajo la amenaza de terribles consecuencias en caso de desobedecer. Ahora corresponde poner carteles de no a la guerra, de Putin asesino, y también en las escuelas, donde los funcionarios de la educación haciendo su papel de servidores de la OTAN, también hacen traslado a las criaturas de la versión OTANica de este conflicto armado.

Todas las asociaciones que reciben jugosas subvenciones también pondrán el letrerito de solidaridad con Ucrania, sin saber, ni querer saber nada más que el anuncio televisivo. Suficientes informaciones hay, para quién las quiera encontrar, sobre los desencadenantes de este conflicto, no es mi intención repetir lo que gente bastante sensata ha explicado por activa y por pasiva.

Después, una imagen sobre la guerra en el Donbass fruto de su declaración de independencia la tregua final y los acuerdos de Minsk sobre las áreas desmilitarizadas o con limitación de armamento. Acuerdos que Ucrania no ha respetado nunca pues ha continuado bombardeando indiscriminadamente este territorio.

Y, unos datos sobre esta guerra. Muertos de militares, de civiles, de heridos y de refugiados durante la ofensiva del ejército de Ucrania contra las Repúblicas de Donetsk y Lugansk el 2014. Datos que difieren dependiendo de la fuente de información. Según la fiscalía general de Ucrania en su ejército hubo 953 muertos y 3.627 heridos, pero según fuentes del estado mayor de la República Popular de Donetsk estas cifras fueron de 27.888 entre muertos y heridos, aparte de 13.500 desertores. Según fuentes del vice primer ministro de la República Popular de Donetsk, en sus milicias populares hubo 3.000 muertos. Según la ONU, hubo en total 3.682 muertos, incluyendo los 298 ocupantes del avión MH17; 8.871 heridos, y 427.004 refugiados. Según datos del servicio de migraciones de Rusia, 2.800.000 habitantes de Donetsk y Lugansk huyeron atravesando la frontera, de los cuales 900.000 continúan en Rusia.

Cuáles son las cifras reales de las bajas es difícil de averiguar, pues los números no tienen formato numérico, sino político. En todo caso si hay algún dato que se pueda acercar a la verdad es el derivado del Servicio de Migraciones de Rusia respecto a la cantidad de personas que pasaron por sus fronteras y que solicitaron estatuto de refugiados.

Podemos observar que 2.800.000 personas tuvieron que huir por los ataques indiscriminados de las fuerzas ucranianas. Como elemento curioso hay que destacar que en nuestro país no hubo ninguna campaña para la acogida de esta cantidad de personas que veían como las hordas nazis devastaban sus pueblos y sus hogares. No hubo ninguna campaña institucional o humanitariapara enviar suministros a Donetsk y Lugansk, no se envió armamento para que pudieran defenderse, no se enviaron aviones para trasladar esta gente a nuestro país. Tan solo Rusia y Bielorrusia los acogió.

Caso curioso puesto que, a semejanza de Cataluña, la población de Donetsk y Lugansk hicieron un referéndum por la independencia el 14 de mayo de 2014, con participación del 75% del censo electoral y con unos resultados a favor del 89,7% en Donetsk y de un 96% en Lugansk. Evidentemente los impulsores de este referéndum no eran titiriteros como muchos de los que impulsaron la consulta en Cataluña, eran gente seria que de verdad querían la independencia a despecho de las consecuencias represivas que el gobierno de Ucrania llevara a cabo. La represión fue brutal con casi cuatro mil muertos y nueve mil heridos.

En esta represión, participaron de forma decidida miembros de extrema derecha españoles, que enviaron personal, material militar y dinero al batallón neonazi Azov como lo atestigua la documentación derivada de las transferencias monetarias desde Bankia y Moneygram. Azov es el nombre que utiliza el batallón especial compuesto por militantes neonazis las barbaridades de los cuales ha estado sobradamente documentada en cuanto a secuestros, torturas, asesinatos selectivos y destrucción.

El 5 de septiembre de 2014 se firmó en Minsk un protocolo de paz entre el gobierno de Ucrania y las Repúblicas de Donetsk y Lugansk con presencia de representantes de la OSCE que constaba de un acuerdo de 12 puntos (1) en los cuales el primero era un alto el fuego inmediato, y uno de los otros la aprobación de una Ley de un Estatuto Especial para Donetsk y Lugansk. El día 19 de septiembre se firmó un protocolo suplementario en vistas que los acuerdos, desde el primer momento, fueron vulnerados por parte del gobierno de Ucrania (2) .

En este nuevo documento se estableció una línea de demarcación, junto a la cual se creaba una zona libre de armamento pesado de 15 kilómetros y una zona desmilitarizada de 30 kilómetros. La prohibición de vuelos de combate sobre la zona de seguridad, la retirada de los mercenarios y la creación de una misión de la OSCE para supervisar los acuerdos (ver mapa anterior). A despecho de todo esto, el 2 de diciembre de 2014, el parlamento de Ucrania modificó unilateralmente el criterio de la Ley sobre el Estatuto Especial firmada en el protocolo de Minsk.

Con todo el cinismo, el 20 de septiembre el general superior de la OTAN dijo que la tregua, para él era solo de nombre (3).

El 11 de febrero de 2015 se firmó un nuevo documento (Minsk II) (4) y un paquete de medidas para la aplicación de los acuerdos de Minsk del año anterior. Este documento acuerda un nuevo alto el fuego y una modificación de las zonas de seguridad alrededor de la línea de demarcación ensanchándolas a 50 kilómetros para los sistemas de artillería, y a 70 kilómetros por el MLRS y una zona de seguridad de 140 kilómetros para los Tornados, Uragan, Smerch y misiles tácticos Tochka. En el punto 11 de los acuerdos hay una mención expresa a la reforma constitucional para dar cabida a las reivindicaciones de Donetsk y Lugansk sobre el autogobierno local. La OSCE tenía la responsabilidad de velar por su cumplimiento.

Entre todo esto y siendo evidentes, de nuevo, las vulneraciones de los acuerdos por parte del gobierno de Ucrania, la OSCE prefirió mirar hacia otro lado sin tomar ninguna medida para obligar a Ucrania a respetarlos, y haciendo un vacío informativo por parte de los medios de comunicación europeos de estas vulneraciones y de los continuados ataques militares contra la población de Donetsk y Lugansk.

Pero la intelectualidad occidental OTANica ha tenido mucho cuidado en borrar la historia que, como escribió Jaime Semprún para ellos no es otra cosa que un trabajo más: borrar los rastros de los conflictos reales y de las alternativas posibles, y reemplazarlas por falsos antagonismos exigidos por la propaganda del momento (5).

Antecedentes

Todo ello, lo debemos analizar desde un tiempo atrás, a partir de 2008 cuando a instancia del OTAN y Estados Unidos, el gobierno de Georgia invadió Osetia del Sur. Existe evidencia que el ataque de Georgia contra Osetia del Sur del 17 de agosto del 2008 fue cuidadosamente planificado. Los ataques contra Osetia del Sur fueron realizados después de terminadas las maniobras militares en Georgia entre los días 15 al 31 de julio de 2008 con el nombre de Reacción Inmediata y la participación de más de un millar de soldados norteamericanos. Y el día 7 de agosto fuerzas terrestres y aéreas de Georgia atacaron Osetia del Sur, que tuvo como respuesta la intervención militar de Rusia el día 8.

Una semana después del bombardeo de Osetia del Sur por el ejército georgiano, Estados Unidos y Polonia firmaron un acuerdo, el 14 de agosto de 2008, que permitió a la fuerza aérea de Estados Unidos el despliegue de misiles interceptores en territorio polaco.

Ya con anterioridad, el 1 y 2 de julio de 2008, un apéndice del OTAN, la Organización para la Democracia y el Desarrollo Económico (GUAM) que tiene como objetivo extender su influencia hasta el corazón de la antigua Unión Soviética, se reunió a Batumi (Georgia) con asistencia de los presidentes de Azerbaiyan, Georgia, Ucrania, Polonia y Lituania (Ilham Aliyev, Mikheil Saakashvili y Viktor Yushchenko, Lech Kaczynski y Valdas Adamkus respectivamente. El tema de la cumbre fue GUAM – Integración del este de Europa desde el punto de vista económico y estratégico militar con el fin de aislar a Rusia (6).

Como señala Clausewitz, “el objetivo político, como móvil primario de la guerra, será la norma para conseguir este objetivo por medio de la acción militar”. Si el propósito de la guerra es un equivalente del objetivo político, la acción militar generalmente menguará cuando el objetivo político mengüe (7). Y el objetivo político de la OTAN no ha sido nunca otro que rodear las democracias populares del este de Europa y la antigua Unión Soviética. Y en la acción encaminada a borrar cualquier vestigio de los intentos socializantes ha creado por medio de operaciones militares directas, (como en el caso de ex Yugoslavia) o encubiertas con las nombradas revoluciones de colores) unos gobiernos títeres los cuales ha llenado de material militar apuntando hacia unos lugares en los cuales todavía no ha podido imponer un gobierno a su medida. Y si la acción militar ha menguado un poco ha estado para darse cuenta de la escasa posibilidad de conseguir sus objetivos políticos y en la guerra en la cual los integrantes no pueden desarmar al otro por completo, los motivos para la paz aparecerán y desaparecerán de acuerdo con las probabilidades de éxitos futuros y del gasto necesario para el uso de la fuerza (8).

Las observaciones de Clausewitz no son tan solo imprescindibles por los lectores vinculados con la técnica militar, sino por aquellas personas que, estimulados por la realidad conflictiva y caótica de este siglo, intenten dilucidar por medio del pensamiento reflexivo la maquinaria social existente (9).

Así pues, antes que nada tenemos que pensar al considerar la guerra no como un elemento independiente sino como un instrumento político. Solo desde este punto de vista evitaremos caer en contradicciones, y podremos hacer una apreciación inteligente de su totalidad (10).

El 17 de agosto de 2020, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia declaró que el aumento de la presencia militar de los Estados Unidos en Polonia «agrava la difícil situación cerca de las fronteras occidentales de Rusia, facilitan una escalada de las tensiones y aumentan el riesgo de incidentes (11).

El Transnational Institute hizo un análisis en noviembre del 2020 en el que afirma que los Estados de Europa del este se han convertido en los obedientes satélites de Washington, compitiendo entre sí para ver quién es más servicial (12). Y lo hemos podido comprobar precisamente este mes de febrero en que Polonia, Hungría, Rumanía, y otros que se han caracterizado por el rechazo a aceptar cualquier inmigrante con independencia de los motivos o riesgos y ahora se pelean para acoger refugiados ucranianos (incluyendo España que al mismo tiempo impide la entrada de inmigrantes mucho más depauperados que los ucranianos, por la frontera melillense).

Una característica especial es que la propaganda hace elogio y espolea a que los hombres dejen sus familias a cualquier país y ellos vuelvan a defender Ucrania del ataque ruso. Qué diferencia respecto a Siria en la cual se espoleaba precisamente a los hombres y especialmente en edad de prestar servicio militar a que abandonaran el país y así debilitar la resistencia contra los invasores norteamericanos y sus socios tanto del Estado Islámico, como turcos o kurdos.

Clausewitz describe que el planteo de una guerra incluye todo el acto de guerra, y a través suyo, se convierte en una acción única que tiene que tener en cuenta una finalidad última muy precisa. No se inicia una guerra, o al menos no se tendría que iniciar si se actúa con sensatez, si no se tiene la respuesta en la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que se consigue por medio de la guerra y en la guerra? Lo primero es la finalidad última, lo segundo la finalidad intermedia. Esta idea determina todo el desarrollo de una guerra, decide tanto los medios empleados como el nivel agresivo necesario (13).

Quizás hace falta pues, preguntar ahora que quiere conseguir Rusia y porque ha decidido no emplear todos los medios de que dispone, pues como dijo el general del ejército español retirado, Ayala: “El régimen ruso hubiera podido arrasar Kiev si lo hubiera querido, pero no ha querido hacerlo” (14).

El marzo de 2016 el Centro Delàs elaboró un informe sobre la OTAN en el cual hace las siguientes consideraciones: El Concepto Estratégico es un documento político aprobado por los Jefes de Estado y de Gobierno del OTAN; no es una norma jurídica. Su versión más reciente fue aprobada en la cumbre de la OTAN de Lisboa en noviembre de 2010. Según el Concepto Estratégico, la OTAN puede actuar más allá de sus fronteras frente a cualquier tipo de amenaza. Permite incluso llevar a cabo operaciones militares ofensivas, al margen de la Carta de las Naciones Unidas… La modernización de las bombas nucleares estadunidenses a Europa se puede interpretar como un aviso dirigido a Rusia. Que puede llevar a una respuesta por parte de Rusia y a una nueva escalada armamentística (15).

Pues bien, la respuesta que apuntaba hace seis años el Centro Delàs la hemos visto llevada a cabo en estos momentos pues esta guerra, emulando lo que decía Clausewitz, es la finalidad intermedia para conseguir como finalidad el cumplimiento político por parte de la OTAN de dejar de asediar Rusia y alejar los armamentos nucleares estratégicos de sus fronteras.

Sin duda Rusia tenía conocimiento, según explica Manlio Dinucci, de la videoconferencia realizada el 4 de febrero de 2021, del Secretario General del OTAN, Jens Stoltenberg, en la que hizo un llamamiento a estudiantes y jóvenes pertenecientes a este bloque militar a proponer nuevas ideas por la OTAN 2030. Esto es parte de una estrategia para que universidades y escuelas se impliquen en la estrategia del bloque militar, que incluye un concurso sobre el tema: Cuáles serán las amenazas más grandes contra la paz y la seguridad el 2030 y como tendrá el OTAN que adaptarse para combatirlas.

Los jóvenes ya disponen de un libro de texto sobre este tema. Lleva por nombre “NATO 2030: United for a New Era” y es un texto redactado por 10 expertos nombrados por el secretario general del OTAN. Entre ellos personajes que destrozaron la ex Yugoslavia y masacrar la población de Serbia. El informe de estos expertos describe un mundo caracterizado por Estados autoritarios que tratan de extender su poder e influencia. Rusia, según estos expertos, es la principal amenaza que la OTAN tiene ante sí en este decenio. El informe propone reforzar las fuerzas de la OTAN, particularmente en el flanco oriental, dotándolas de capacidades nucleares adecuadas, adaptadas a la situación creada después que Estados Unidos anulase el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance intermedio (INF). Pidiendo que Estados Unidos realicen un despliegue en Europa de las nuevas bombas nucleares B6112, y los nuevos misiles nucleares de alcance intermedio (16).

Tal vez ahora podemos empezar a entender las reacciones europeas que no están alejadas de la famosa Agenda 2030 que ya he comentado en otras ocasiones, estrechamente ligada al Gran Reinicio y a la Nueva Normalidad, entendida esta como un cambio total del sistema político mundial en el que no tienen cabida los anotados en una lista negra.

La OTAN ya preparaba este escenario desde hacía tiempo, hay suficientes elementos de juicio para señalarlo, y la ruptura de acuerdos firmados por parte de Estados Unidos y la OTAN no es ninguna novedad, como tampoco es ninguna novedad los centenares de miles o millones de muertes que sus acciones han provocado en todo el mundo. En la mayoría de lugares les ha salido bien, pero de cuando en cuando se han encontrado con algún hueso duro de roer. Este ha sido históricamente el caso de Corea, Vietnam, Laos, Camboya, Cuba, y más recientemente Bielorrusia, Siria, Venezuela, Nicaragua y ahora Rusia.

La guerra nunca puede disociarse de la negociación política, y si esto pasa en algún lugar, todas las líneas del sentido (común) se romperán (17). Y tal como vamos viendo la negociación política entre el gobierno de Ucrania y de Rusia se está llevando a cabo. Los resultados dependerán mayormente de la presión que la OTAN ejerza sobre su gobierno títere de Ucrania y de la visceral respuesta de los súbditos europeos de Estados Unidos, a los cuales no los importa en absoluto que la vida de seres humanos se sacrifique ante sus manantiales de la ambición, el poder y el terror.

En esta situación, la mejor defensa es un buen ataque.

(*) Karl Von Clausewitz. De la guerra. Ed. Distal. Buenos Aires. 2003. pg. 32
(1) Protocolo de Minsk. Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. 5 de Setembre de 2014
(2) Memorandum of 19 September 2014 outlining the parameters for the implementation of commitments of the Minsk Protocol, Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. 19 de Setembre de 2014
(3) Nato top general says truce in name only. BBC News. 20 de Setembre de 2014.
(4) rus_ocred.pdf. 11 de Febrer de 2015
(5) Jaime Semprún. El abismo se repuebla. 2016
(6) Michel Chossudovsky: El corredor eurasiático: La geopolítica de los óleos y gasoductos y la Nueva Guerra Fría
(7) Karl Von Klausewitz. De la guerra. pg. 37
(8) Karl Von Klausewitz. De la guerra. pg. 59)
(9) Francisco Moglia. Traductor del llibre de Clausewitz
(10) Karl Von Klausewitz. De la guerra. pg. 51
(11) M.K. Bhadrakumar. Russia takes Europe’s support to calm Belarus, Indian Punchline, 18 d’Agost de 2020
(12) Achin Vanaik. Casus belli: cómo Estados Unidos venden la guerra. Transnational Institute. Novembre 2010
(13) Karl Von Klausewitz. De la guerra. pg. 269
(14) José Enrique de Ayala, General de l’exèrcit espanyol retirat. TV. La noche 24 horas, 3 de març de 2022
(15) Centre Delàs d’Estudis per la Pau Barcelona. Treinta preguntas sobre la OTAN. Treinta años después del Referéndum. Març 2016
(16) Manlio Dinucci. El futuro que nos prepara la OTAN para el 2030. Febrer de 2021
(17) Karl Von Klausewitz. De la guerra. pg. 278

 

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