Las agencias de calificación declaran la quiebra parcial de Venezuela

El gobierno de Maduro salió ayer en tromba a defender la solvencia económica de Venezuela durante las horas más convulsas de la mayor crisis de su historia, después de que dos agencias calificadoras de riesgo anunciaran la quiebra parcial del país.

La bolsa de Luxemburgo, país en el que se concentra un porcentaje del dinero de los oligarcas venezolanos, suspendió en las últimas horas la negociación de los bonos venezolanos al 2019 y 2024.

“Sólo los revolucionarios y chavistas podemos solucionar los problemas del país. Venezuela tiene todo lo necesario para ser una patria potencia”, clamó Nicolás Maduro después de que su portavoz asegurara que comenzaron a pagar sus deudas. Todo ello en el día en que su riesgo país superó los 5000 puntos.

La Asamblea Nacional Constituyente respaldó la refinanciación de la deuda externa venezolana, valorada en entre 128.000 y 150.000 millones de dólares.

Fitch Rating ha confirmado la rebaja de los bonos de Venezuela al nivel de “quiebra restringida” con el que un día antes había puntuado los bonos de Pdvsa. Esta calificadora de riesgo mantiene que ha vencido el período de gracia para el pago de los intereses de los bonos soberanos de 2019 y 2024. Standard & Poor’s (S&P) también redujo su nota crediticia y la agencia china Dagong situó a Venezuela en su lista negativa, en lo que considera es una falta de disposición para pagar su deuda.

El examen definitivo está ahora sobre la mesa de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA), que retrasó hasta mañana, por segunda vez esta semana, su decisión en torno a si Pdvsa incurrió en el impago de los intereses de sus bonos.

El gobierno de Caracas dice otra cosa distinta. “Se inició con rotundo éxito el proceso de refinanciamiento de la deuda externa de Venezuela como estrategia para cumplir cabalmente con nuestras obligaciones”, aseguró tras la reunión de 20 minutos con los especuladores realizada ayer.

Jorge Rodríguez, nuevo ministro de Comunicación, compareció para
asegurar que se ha “iniciado de manera franca y correcta el
refinanciamiento de la deuda externa” con el pago de 1.000 millones de
dólares. “Todo esto sin dejar de proteger al pueblo de Venezuela”, añadió, pese a los “intentos de Estados Unidos” de someter la economía venezolana y pese al “cerco brutal” en el que también participaría la oposición, encabezada por Julio Borges, presidente del Parlamento.

Para confirmarlo muestra la firma el acuerdo para reestructurar la deuda con Rusia, que se calcula en 3.000 millones de dólares y argumenta que en 36 meses ha pagado más de 73.000 millones de dólares por concepto de capital reembolsado e intereses.

El gobierno habla de lo que ha pagado, pero no de lo queda por pagar, cuando la producción petrolera de Venezuela ha descendido a los niveles de hace tres décadas. Los bonos se desplomaron por encima del 10 por ciento.

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