La Unión Europea se suma a la guerra económica contra China

Las relaciones económicas entre China y Europa son cada vez más tensas. La Unión Europea acusa al gobierno de Pekín de subsidiar la superproducción e inundar los mercados europeos con sus mercancías.

La semana pasada, al llegar a Davos para asistir al Foro Económico Mundial, el Primer Ministro chino Li Qiang describió a China como un bastión de mercados abiertos y multilateralismo.

Al visitar Dublín, Li Qiang reabrió oportunidades de exportación de carne vacuna a China y un régimen sin visas para Irlanda. En Bruselas, Pekín es visto como un Estado cerrado y hostil, que acecha a la espera del debilitamiento de la alianza occidental en todos los frentes.

Según la Comisión Europea, China está abriendo su mercado a algunos países europeos y cerrándolo a otros, para debilitar las medidas adoptadas en su contra. Los europeos tienen toda una serie de quejas contra China: desde el gigantesco déficit comercial bilateral, hasta la excesiva capacidad de producción de la propia China, que Pekín subsidia, abaratando sus productos e inundando los mercados europeos.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó al dirigente chino Xi Jinping y al primer ministro Li que Bruselas estaba dispuesta a tomar medidas económicas, limitando el acceso de equipos médicos chinos a Europa, ya que se trata de un juego unilateral: China no permite empresas europeas en su propio mercado.

Xi Jinping destacó que la productividad en su país no se debe a los subsidios, sino a la eficiencia de la producción y la competitividad de los productos.

En represalia por la investigación de la Unión Europea sobre las subvenciones a los coches eléctricos chinos, a comienzos de este año Pekín inició una investigación antidumping sobre el brandy francés.

China también está reduciendo los envíos de minerales esenciales a Occidente. Por ejemplo, el año pasado las exportaciones de galio han caído dos tercios y las de germanio un 8 por cien. Después de que Estados Unidos privara a China del acceso a los microprocesadores, introdujo nuevas normas de concesión de licencias para la compra de minerales fundamentales para la fabricación de semiconductores.

Mientras tanto, China está tratando de fortalecer su propia base de producción de microprocesadores, importando el equipo necesario de Países Bajos.

Mientras, Europa establece mecanismos para fortalecer los controles de las exportaciones, como ya hizo Trump.

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