La OTAN sanitaria (OTANOMS) es un peligro mundial

La pandemia de covid-19 tuvo, y continúa teniendo, un profundo impacto en nuestra nación y el mundo. Experimentamos la peor crisis económica desde la Gran Depresión […] Por eso, desde el primer día, me he comprometido a garantizar que nuestra Nación esté preparada para una futura pandemia y todas las amenazas biológicas, incluido el fortalecimiento y la inversión en la seguridad sanitaria mundial.

Con un fuerte apoyo bipartidista del Congreso, también defendimos la creación del Fondo Pandémico, un nuevo organismo internacional que ya ha catalizado 2.000 millones de dólares en financiación de 27 contribuyentes, incluidos países, fundaciones y organizaciones filantrópicas […] mediante el apoyo a Gavi, la Alianza para las Vacunas y la Coalición para Innovaciones en Preparación para Epidemias […] porque la seguridad sanitaria, la seguridad económica, la seguridad climática y la seguridad nacional están todas relacionadas. Esta nueva Estrategia de Seguridad Sanitaria Global establece las acciones que Estados Unidos tomará durante los próximos 5 años para garantizar que continuemos con este progreso y cumplamos con los objetivos establecidos en la Estrategia Nacional de Biodefensa y el Plan de Implementación 2022 de mi Administración y el Plan bipartidista de Seguridad Sanitaria Global e Internacional. Ley de Prevención, Preparación y Respuesta a Pandemias de 2022, promulgada como parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2023

(Biden en la presentación del documento Global Health Security Strategy 2024) (*)

Este reciente documento de 64 páginas, fechado en abril de 2024 sin duda podemos catalogarlo de aviso frente a la nueva guerra que Estados Unidos y sus socios están preparando a nivel mundial. Falta saber, aparte de sus súbditos europeos, cuántos paises se someterán a sus dictados sobre la guerra biológica, puesto que en la última reunión de la OMS no se consiguió imponer a todos los paises la aceptación del Tratado Mundial de Pandemias con gran pesar por parte de Tedros Adhanom Ghebreyesus, su director general y fiel servidor del complejo químico-farmacéutico-militar. Debemos entender este documento del gobierno de Estados Unidos como una seria advertencia hacia aquellos que se opongan a dicho Tratado o que denuncien su intencionalidad manifiesta de control social global.

Analizando atentamente dicho documento podemos decir que a la Organización Mundial de la Salud (OMS), podemos calificarla ya de una OTAN sanitaria con un poder destructivo mayor que el de los arsenales bélicos convencionales actualmente almacenados. La capacidad destructiva de los arsenales para la guerra biológica en manos de las grandes potencias es inmensamente superior que las bombas lanzadas sobre Hiroshima. Sobre esto ya tuvimos una primera muestra en el año 2020 que es el punto de referencia para la nueva estrategia de control mundial, relacionada con la llamada Agenda 2030.

Vale la pena entresacar algunos ejemplos de las órdenes escritas en el citado documento.

“Nos encontramos en una coyuntura crítica para redoblar nuestros esfuerzos antes de la próxima pandemia […] La pandemia de covid-19 ha puesto de relieve el imperativo de construir una arquitectura del SGA más sólida, que incluya instituciones, organizaciones, marcos jurídicos, políticas y medidas internacionales para abordar y responder a emergencias sanitarias con implicaciones internacionales […] Estados Unidos también ha realizado cambios organizativos internos que mejorarán la seguridad sanitaria del país, entre ellos: el establecimiento de la Oficina de Política de Preparación y Respuesta a Pandemias (OPPR) de la Casa Blanca; la Dirección de Biodefensa y Seguridad Sanitaria Global del Consejo de Seguridad Nacional; el Centro de Pronóstico y Análisis de Brotes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC); la Oficina de Diplomacia y Seguridad Sanitaria Global del Departamento de Estado; el Sistema Global de Gestión de Emergencias Sanitarias (GHEMS) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) […] El Departamento de Defensa (DOD) completó una revisión de la postura de biodefensa que evaluó el panorama de amenazas biológicas hasta 2035 […] y la capacidad de preparación para una pandemia de Estados Unidos utilizando la nueva herramienta de tercera edición de Evaluación Externa Conjunta (JEE, por sus siglas en inglés) para fines de 2024, en línea con el fuerte compromiso del gobierno de los Estados Unidos con el Reglamento Sanitario Internacional (RSI)”.

Y continua el documento:

“Esta Estrategia de Seguridad Sanitaria Mundial tiene como objetivo construir relaciones diplomáticas para impulsar políticamente las acciones multisectoriales necesarias para acelerar el cumplimiento de los marcos de políticas relevantes que respaldan el SGA, incluido el RSI y el Proceso de Prestación de Servicios Veterinarios (PVS) […] Estas crisis (relacionadas con la covid) han hecho retroceder los esfuerzos para mitigar los desafíos de salud actuales, como el VIH y las enfermedades infantiles prevenibles con vacunas y ha ido acompañada de una explosión de información errónea y desinformada”.

Una de las claves del citado documento, es cómo enmudecer a cualquiera que ponga en tela de juicio la gran operación devastadora contra la población mundial. Ello incluye la censura, la modificación legislativa para condenar la disidencia y la cooptación del mundo de las ciencias sociales para crear un inmenso aparato de propaganda favorable a esta magna operación militar-sanitaria.

“El Gobierno de Estados Unidos brindará apoyo para el fortalecimiento de capacidades adaptado a las necesidades de al menos 50 países […] junto con sus socios internacionales, mejorará la prevención, detección, preparación y respuesta a las amenazas de enfermedades infecciosas, ya sean de origen natural, accidental o deliberado, en todos los sectores nacionales y extranjeros […] Los CDC y USAID son los principales implementadores de estas actividades bilaterales de fortalecimiento de la capacidad de seguridad sanitaria en el extranjero para el gobierno de los Estados Unidos. Muchos otros departamentos y agencias, incluido el Departamento de Agricultura (USDA), el Departamento de Defensa (DOD), el Departamento de Estado, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y otros”.

De nuevo, al igual que en 2020, en que los militares asumieron el protagonismo represivo durante la supuesta pandemia, podemos ver con claridad a los que aparentemente nos van a salvar la vida son el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado y el FBI, organismos que hasta el día de hoy se han encargado de promover y financiar los golpes de estado, los asessinatos selectivos, las masacres y las guerras a lo largo y ancho del mundo.

Estas nuevas armas del arsenal bioterrorista están producidas y financiadas por unos pocos paises encabezados por Estados Unidos y tal vez con la colaboración de China. Al resto del mundo solamente les queda la posibilidad de distribución de dichas armas, y con esta claridad lo expresa el citado documento:

“Los países cuentan con sistemas funcionales de distribución de vacunas a nivel nacional y utilizan las ciencias sociales para aumentar la comprensión y aceptación pública de las vacunas y otras intervenciones de salud pública. Se establecen colaboraciones de investigación para desarrollar nuevas vacunas para enfermedades infecciosas endémicas y emergentes […] Todos los países deben invertir en fortalecer las capacidades para prevenir, prepararse, detectar y responder a las amenazas a la seguridad sanitaria como aspectos cruciales de la seguridad nacional”.

Bajo estas premisas es como podemos establecer la relación entre el aumento de los gastos militares que aparentemente son para “contrarrestar la amenaza rusa” con la magna operación del complejo químico-farmacéutico-militar pero escondida ésta bajo el subterfugio de una amenaza ya sea rusa, coreana, africana, sudamericana, iraniana, afgana, etc.

Continua el documento:

“La Estrategia Nacional de Biodefensa estableció el objetivo de establecer y mantener una financiación global sostenible para la seguridad sanitaria y la preparación ante una pandemia. El gobierno de Estados Unidos se comprometió a trabajar con el Banco Mundial, la OMS y otros países y donantes para establecer y mantener un Fondo Intermediario Financiero, más tarde denominado Fondo Pandémico. La Agenda de Seguridad Sanitaria Global (GHSA) es una asociación creciente de más de 70 naciones, organizaciones internacionales y partes interesadas no gubernamentales […] Además, el gobierno de Estados Unidos tiene asociaciones civiles y militares con organismos encargados de hacer cumplir la ley en todo el mundo […] Estos programas complementarios se refieren principalmente a la salud humana, animal y ambiental global, incluidos aquellos centrados en enfermedades específicas; cambio climático; agricultura; seguridad alimentaria y nutrición; defensa y aplicación de la ley; bioseguridad y biocustodia; biovigilancia; capacidades de laboratorio; desarrollo de la fuerza laboral; investigación y desarrollo en biotecnologías; y armas de destrucción masiva”.

Para ello se deja constancia que ni Estados Unidos ni sus socios se van a someter a las regulaciones actuales sobre seguridad de los medicamentos, como ya hicieron con las vacunas ARNm durante la supuesta pandemia y lo expresan claramente: “La investigación es esencial para desarrollar y evaluar la seguridad y eficacia de vacunas, terapias y diagnósticos durante la respuesta de emergencia, y acelerar su autorización y/o aprobación regulatoria […] Avanzar en la supervisión de la investigación de doble uso”.

Investigación de doble uso es el equivalente a la investigación militar /civil, con lo que queda patente que la preocupación de los supuestos defensores de la salud humana están invirtiendo miles de millones para destruir una parte de la población considerada “sobrante” o peligrosa para sus intereses. Una de las nuevas armas biológicas correspondientes a esta investigación de doble uso son las inoculaciones llamadas vacunas que pretenden hacer obligatorias. Está expuesto con claridad en el documento:

“Desarrollar y poner en funcionamiento un plan nacional para la respuesta de vacunación incluidas directrices para la aprobación o autorización legal y regulatoria adecuada y la adquisición de vacunas nuevas y en investigación para adultos y niños; Desarrollar intervenciones y herramientas para promover la aceptación comunitaria de las vacunas y contrarrestar la información errónea y la desinformación”.

Ya se le van viendo las orejas al lobo, según el refrán popular, y es que mientras los medios masivos de comunicación al servicio del Imperialismo S.A., entretienen al personal sobre las guerras con bombas, enmudecen la preparación de esta otra guerra de carácter mundial.

Ahora que cada cual asuma su propia responsabilidad: o situarse servilmente al lado del poder transnacional del Imperialismo S.A. o negarse simplemente a sus dictados. Tal vez empezando por decir NO e intentando articular y organizar resistencias locales y globales ante dichas agresiones.

(*) https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2024/04/Global-Health-Security-Strategy-2024-1.pdf

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