La aviación turca mata a dos consejeros militares del Pentágono en el norte de Siria

Los ataques aéreos de la Fuerza Aérea Turca en el norte de Siria han matado a dos consejeros militares estadounidenses, según acaban de informar los medios de comunicación sirios.

En Washington han expresado la preocupación por la suerte de las tropas que el Pentágono tienen acantonadas en Manbij y se la han transmitido al gobierno de Ankara.

El martes el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, amenazó con extender los bombardeos de Afrin a la ciudad de Manbij, a la orilla del río Éufrates, un punto estratégico que Estados Unidos prometió “limpiar” de fuerzas kurdas de YPG cuando la recuperaron de manos del Califato Islámico.

En las negociación permanentes que hay entre Estados Unidos y Turquía, en diciembre los primeros prometieron recuperar las armas que han entregado al YPG en Rojava y, aunque han informado al ejército turco del número y el tipo de armas suministradas, no han ofrecido un calendario preciso para cumplimentar su promesa, según el portavoz del Pentágono Eric Pahon.

Siria y Rusia alertaron a los kurdos del ataque turco en Afrin con antelación y les hicieron una oferta de la que hasta ahora no había más datos (1). Los kurdos la rechazaron porque el Pentágono les ha dotado de misiles anticarro, con los que creen que pueden combatir al ejército turco en tierra.

Algunos medios pronostican que en Afrin no se va a entablar una guerra entre Turquía y Estados Unidos, sino todo lo contrario: Estados Unidos busca provocar una guerra entre Turquía y Siria, que sería una continuación de la iniciada en 2011.

El apoyo de los imperialistas a PYG en Rojava sería la provocación imprescindible para que que se produzca el choque. En tal caso, se volvería a la alianza entre Estados Unidos y Turquía dentro de la OTAN y los kurdos se quedarían completamente al margen.

La victoria de la OTAN en la nueva guerra daría a Turquía una zona de seguridad a lo largo de más de 900 kilómetros de frontera, según el mapa adjunto que están mostrando las televisiones turcas. Cuando a Tillerson le preguntaron por la “zona de seguridad”, no lo negó (2).

Pero a Turquía no le interesa una “zona de seguridad” en el norte de Siria que no le asegura nada. Lo que quiere es que Estados Unidos no rearme a las milicias kurdas, como lo ha venido haciendo hasta ahora.

En la conversación telefónica mantenida con Erdogan hace dos días, Trump negó la mayor: el Pentágono no suministra armas a YPG. En Afrin los kurdos destruyen los tanques turcos a escupitajos…

El New York Times ha reconocido que tampoco aquí hay unanimidad en Washington. Los hay prokurdos y proturcos (3). Pero si los imperialistas se mueven en el alambre, la situación de los kurdos es mucho peor y también se empiezan a mover… en la dirección contraria.

El jueves Othman Al-Sheikh Issa, copresidente kurdo del autodenominado Consejo Ejecutivo de Afrin se dirigió al gobierno de Damasco para que impida que la aviación turca sobrevuele el cantón, controlado por las milicias kurdas de YPG. “El Estado sirio […] con todos los medios a su alcance, debe hacer frente a esta agresión y declarar que no permitirá que las aeronaves turcas sobrevuelen el espacio aéreo sirio”, ha solicitado públicamente.

¿Se arrojan los kurdos en brazos de Bashar Al-Assad?, ¿una vuelta a sus orígenes?

(1) https://elijahjm.wordpress.com/2018/01/25/ankara-extends-the-olive-branch-to-damascus-that-is-waiting-to-pick-up-the-unfortunate-kurds/
(2) https://www.state.gov/secretary/remarks/2018/01/277665.htm
(3) https://www.nytimes.com/2018/01/23/world/middleeast/us-nato-turkey-afrin-manbij.html

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