‘Garrison State’

«En los últimos años los servicios estadounidenses de información han aumentado drásticamente la escala de sus operaciones encubiertas», publicaba ayer el New York Times.

Los funcionarios de, al menos, 40 organismos gobernamentales que se ocupan de la investigación de diversas infracciones no se presentan a sí mismos tal y como son sino como empresarios, beneficiarios de prestaciones sociales, manifestantes, traficantes de drogas e incluso médicos o sacerdotes.

Hace tiempo que el Estado burgués se esconde, pasa a la clandestinidad, rodeándose de misterio. Estados Unidos está sometido a lo que allá llaman «Garrison State», algo así como un «Estado asediado», una denominación acuñada por Harold Lasswell en 1941 (1) que describe a un Estado burgués que sólo se preocupa por su propia seguridad interna y externa. El recurso a la fuerza y a las acciones cladestinas pasa a ocupar un lugar preponderante. La legalidad, el Estado de Derecho, los derechos humanos… de toda esa parafernalia ya nadie se acuerda. ¿Para qué?

La política se ha hecho invisible. Nada es lo que parece. Antes cuando alguien pensaba en conquistar el poder político, lo asociaba al gobierno, o al ejército, o al parlamento, o a los bancos, o a los monopolistas, o a algo o alguien. Ahora ya no es posible concretarlo en nada. Sabemos que existe algo así pero ni sabemos dónde está, ni quién forma parte de él. Los que quieran «tomar el poder», ¿a dónde tienen que ir?, ¿contra quién tienen que ir?

Un informe realizado en 1954 por la Comisión Doolittle respaldó la necesidad de las operaciones encubiertas con la excusa de la lucha contra los comunistas: «Nos enfrentamos a un enemigo implacable cuyo objetivo confesado es la dominación del mundo por cualquier medio y a cualquier coste. No hay normas que rijan ese juego, ni se aplican reglas aceptables de conducta». En defensa de las acciones encubiertas el Informe añadía: «Debemos aprender a subvertir, sabotear y destruir a nuestros enemigos, utilizando para ello medios más contundentes, imaginativos y eficaces que los que se vienen empleando contra nosotros».

Hasta finales de los años sesenta, la CIA había llevado a cabo cientos de operaciones encubiertas por todo el mundo, gastando en ellas la mitad de su presupuesto anual. Si, como dice el New York Times, ese porcentaje ha subido últimamente, ya de la vieja política burguesa queda muy poco. Nadie sabe de dónde viene ni a dónde va. ¿Qué es, pues, lo que controlan los políticos? Respuesta: nada.

En los ochenta, con Reagan las operaciones encubiertas pasaron a llamarse «actividades especiales». Ya no eran sólo acciones en el exterior sino que en el interior también se incrementaron notablemente. ¿Qué es lo que hoy está en claro en la política burguesa?

Ahora a las viejas formas de acción encubierta Estados Unidos ha añadido las nuevas, procedentes de internet, poniendo en ellas sus esperanzas para crear las condiciones que permitan intervenir e imponer un cambio político y social en el mundo entero. Los espías se infiltran en los foros en línea participando en «operaciones de bandera falsa» para desacreditar a determinadas víctimas propiciatorias.

Un informe de 2011 presentado al Comité de Relaciones Internacionales del Senado llama a reforzar la presencia del imperialismo en las redes sociales porque es donde se comunican las actuales y futuras generaciones. De ahí la estrategia de Estados Unidos de protagonismo creciente en internet para poder influir en el pensamiento y las acciones de la juventud.

Aquel mismo año la página web antiwar.com advirtió que los sitios de los gobiernos de Nicaragua y Venezuela iban a ser objeto de ataques informáticos por parte de la CIA. En el caso de Nicaragua, el motivo fue la solidaridad expresada por Daniel Ortega hacia el dirigente libio Gadafi.

En Venezuela el canal TeleSur también fue el blanco de ataques informáticos, a pesar de que no tomara partido a favor de Gadafi. Tanto Nicaragua como Venezuela fueron atacados y tuvieron que cerrar por un período de tiempo.

La información de antiwar.com apuntaba a Anonymous como responsable de la piratería de la CIA, no siendo la única ocasión en la que Anonymous actúa en sintonía con el imperialismo. En plena Primavera Árabe Anonymous envió mensajes «al pueblo de Libia» contra Gadafi y varias cuentas de Twitter asociadas a los piratas expresaron su indignación por las declaraciones de Daniel Ortega favorables a Gadafi.

El 19 de febrero de aquel año 2011 Anonymous atacó la web del gobierno venezolano para que los usuarios de internet no pudieran acceder a ella. Otro medio venezolano objeto de los ataques de Anonymous ha sido la web de los movimientos sociales aporrea.org, que replicó difundiendo sus sospechas sobre las oscuras conexiones de Anonymous con USAID y el imperialismo (2).

Pero el espionaje consiste rizar el rizo: alguno dirá que hace unos años Anonymous también logró bloquear el servidor de la CIA… ¿Será que la CIA se bloquea a sí misma?

¿Qué es verdad y qué es mentira en la política burguesa actual?

(1) The Garrison State, American Journal of Sociology, vol. 46, núm. 4, enero de 1941, pgs. 455 a 468.

(2) ¿Quién es Anonymous, realmente? (http://www.aporrea.org/medios/a136484.html), AnonymOus, ¿Una red confundida, manipulada o instrumento camuflado del imperio?, (http://www.aporrea.org/medios/n174782.html), Anonymous ataca al gobierno venezolano, (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=120834)

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