Francia se asocia a Rusia para procesar uranio en Alemania

Rusia está ganando influencia en el sector energético en Europa, y no sólo en el sector del gas. Si Alemania se ha asociado a Rusia para el suministro de gas, como ya hemos expuesto en otra entrada, Francia hará lo propio para las centrales nucleares, tanto en su propio suelo como en Alemania.

La cooperación entre la industria nuclear francesa y rusa no es reciente. Francia ha estado enriqueciendo uranio en Tomsk, en Siberia Occidental, desde 1994 y al menos una parte del mismo no es materia prima sino desecho radiactivo. En otras palabras: Francia utiliza a Rusia como almacén de residuos.

En 2019 el monopolio francés Orano, que antes se llamaba Areva, firmó un contrato con una filial de Rosatom para construir una planta de uranio empobrecido en Zelenogorsk, al norte de San Petersburgo, en el Golfo de Finlandia.

Ese mismo año Rosatom firmó otro contrato con Framatome y la empresa alemana Siemens para suministrar sistemas de control a una planta nuclear en Hungría.

En abril del año pasado la francesa EDF también consiguió un contrato para suministrar el sistema de protección de los reactores de la central nuclear Kursk II, en Rusia.

Ahora la empresa francesa Framatome tiene previsto asociarse con Rosatom para explotar su planta de combustible nuclear en Alemania, por lo que no está nada claro que el año que viene desaparezca la energía nuclear, como ha prometido el gobierno de Berlín.

Framatome es una empresa propiedad de EDF en un 75 por ciento que fabrica combustible para centrales nucleares en Francia y en el extranjero. Tiene una filial en Alemania, Advanced Nuclear Fuels (ANF). Su planta de Lingen, en el noroeste del país, produce combustible principalmente para las centrales eléctricas de Europa Occidental.

La central debe seguir funcionando después del año que viene, cuando Alemania cierre definitivamente todos sus reactores nucleares. Sin embargo, la central de Lingen seguirá funcionando al menos hasta 2032, como ha reconocido su director (*).

En dicha central los francesas operan asociados a una filial de Rosatom llamada JCS Tvel, que tiene una participación del 25 por ciento, auque está pendiente de la aprobación del Ministerio de Economía alemán.

Lo mismo que en el caso Nord Stream 2, Estados Unidos presiona a través de sus peones de Los Verdes, que se han acordado de que siempre fueron ecologistas y, además, antinucleares, y en consecuencia se oponen a la central franco-rusa y, de rebote, a otras centrales belgas, las de Doel y Tihange, que están obsoletas porque llevan más 40 años en funcionamiento.

Además hay una cuarta central, la de Gronau, que es de titularidad británica y holandesa, así como de las empresas energéticas alemanas Eon y RWE, cuyo cierre también exigen Los Verdes, que están en cabeza de los sondeos para las elecciones legislativas de setiembre.

Pero el problema es y seguirá siendo Rusia, y Los Verdes se enfrentan al obstáculo francés. La central de Lingen puede ser muy rentable porque Rosatom puede llevar los pedidos para los reactores rusos de los países de Europa del este. Los países más rusófobos comprarían a los rusos con la etiqueta “Made in Germany”.

Además Rosatom podría acceda a los fondos europeos, por lo que en el Parlamento europeo ya ha saltado la Santa Alianza.

(*) https://www.industriepark-lingen.de/aktuelles/weitere-meldungen/anf-hat-vertraege-bis-2032-brennelemente-aus-dem-industriepa.html

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