En Francia el rearme está unido a la represión. Ayer el gobierno francés disolvió el colectivo Defco (Defensa Colectiva). La policía les acusa de participar en disturbios y enfrentamientos durante las manifestaciones.
Para abrir boca, por la tarde el Prefecto prohibió las manifestaciones que estaban convocadas en Rennes para protestar contra la disolución del colectivo. Las calificaba de “salvajes”… antes de que se hubieran celebrado.
Para sostener la ilegalización, el Ministerio del Interior califica al grupo de “extremadamente peligroso” y, como es característico, le da una vuelta de 180 grados a la realidad. Defco es un movimiento contra la represión y su tarea es apoyar a los represaliados y perseguidos. En su cuenta (https://twitter.com/Defense_Co) explican que tienen como objetivo apoyar a las personas que se enfrentan a la represión policial y judicial, pero también actuar en primera instancia a través de su acción en la calle y de la experiencia adquirida en la lucha contra la represión.
El colectivo surgió hace ocho años en Rennes durante las movilizaciones contra la reforma laboral (ley El Khomri). Los manifestantes, enmascarados y a veces con casco, se reunen en las protestas de Rennes detrás de una pancarta negra que llevaba su nombre: “Defensa colectiva”.
El ministro del Interior preparaba desde hacía varios meses la disolución de este colectivo, que se aprobó a propuesta del ministro del Interior y se suma a otras del mismo tipo presentadas contra grupos considerados radicales.
La reforma laboral, aprobada por el gobierno socialista en la época de François Hollande, fue denunciado como un “ataque contra los trabajadores y los pobres” por el colectivo, que reunió a los militantes de una ciudad históricamente marcada por este movimiento, en particular, dentro de la Universidad de Rennes.
Posteriormente, Defco participó en la movilización contra las órdenes laborales de 2017, en bloqueos de universidades o institutos de Rennes o, más recientemente, en las manifestaciones contra la reforma de las pensiones de 2022-2023.
El colectivo también se ha extendido a otras ciudades, como Toulouse y Marsella.
El ministro de la represión ya anunció en abril del año pasado su deseo de disolver Defco, con el pretexto de que llamaba a un “levantamiento”.
El comienzo del año ha estado marcado por violentos enfrentamientos entre manifestantes y la policía durante las protestas contra la reforma de las pensiones, pero también contra el proyecto de reserva de agua de Sainte-Soline.
El ministro Darmanin ya puso a Defco en la picota en febrero del año pasado, en el marco de una serie de preguntas parlamentarias dirigidas al gobierno. Preguntado sobre los incidentes que rodearon el viaje de Jordan Bardella a Bruz, ciudad cercana a Rennes, en 2022, culpó a Defco, considerándolos como el origen de los disturbios.
En febrero reiteró su intención de disolver el colectivo, mientras una manifestación no autorizada contra la ley de inmigración degeneraba el 25 de enero en el centro de la ciudad de Rennes.
Impugnando el proyecto de decreto que le afecta, el colectivo publicó un comunicado de prensa en febrero, considerando que su disolución es un “ataque grave y sin precedentes contra el derecho de defensa”.