En Suiza aún se escandalizan por el control total de las comunicaciones digitales

Afortunadamente aún hay quien se sorprende y escandaliza, por ejemplo en Suiza, donde se ha desatado una fuerte polémica después de que la revista alemana Republick afirmara que el servicio de seguridad del país vigila masivamente a los ciudadanos suizos a través de sus móviles y ordenadores (*).

Naturalmente, el servicio de inteligencia lo niega. Es todo mentira.

El Servicio Federal de Inteligencia (SRC), la agencia federal responsable de la seguridad nacional, tiene un acceso muy amplio a los mensajes y correos electrónicos de los ciudadanos del país. “El tráfico de Internet de los suizos se analiza masivamente”, escribe la revista. Los datos se almacenan para posibles “investigaciones retroactivas”.

En otras palabras, cuando alguien empieza a molestar se airean los trapos sucios que tienen almacenados.

La vigilancia masiva es posible gracias a una revisión de la ley federal que data de 2016 y se pondría en práctica el año siguiente. En aquel momento, el gobierno tranquilizó a los espíritus inquietos: la policía podrá penetrar en un ordenador, e incluso en un entorno privado, pero esto sólo se hará siguiendo un proceso estricto.

Los suizos creyeron que la policía haría un “buen uso” de algo que es intrínsecamente “malo” y la ley fue convalidada por dos tercios de los votos.

Como no podía ser de otra manera, el pretexto invocado para aprobar la ley fue la “luchar contra el terrorismo”.

La ley autoriza a los servicios de inteligencia para almacenar las comunicaciones en busca de términos específicos: informaciones sobre personas o empresas extranjeras, números de teléfono, nombres de sistemas o tecnologías de alarma, etc.

Los datos se recogen directamente de las comunicaciones, a través de equipos específicos instalados en las infraestructuras de las empresas que dan acceso a internet.

Cuando se detecta uno de esos términos, el mensaje se transmite al Departamento Federal de Defensa, con sede en el cantón de Berna, donde los analistas procesan las señales, normalmente cifradas. Si logran convertir estos datos en una comunicación legible, se transfiere al Servicio Federal de Inteligencia.

Además del problema de la vigilancia masiva, está también el aspecto relativo al almacenamiento de información. ¿Qué pasa si los piratas logran capturarla? ¿Están siquiera bien protegidos?

El Servicio Federal de Inteligencia niega categóricamente las conclusiones de la revista alemana. No realiza ese tipo de vigilancias y, además, sus actividades están sometidas a un “control estricto” por parte del gobierno.

En todo el mundo, siempre ponen los mismos pretextos para tranquilizar a los más inquietos.

(*) https://www.republik.ch/2024/01/09/der-bund-ueberwacht-uns-alle

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