Hasta ahora España era un oasis de tranquilidad. Desde la transición los colectivos de la izquierda domesticada nunca dieron pruebas más evidentes de su mansedumbre, a pesar de que las medidas represivas han ido en aumento. Pero cuando las barbas de tu vecino veas pelar…
El gobierno del PSOE y Podemos teme que lleguen a España los disturbios contra el confinamiento de Europa, dice El Confidencial (*). El Viejo Continente bulle en protestas contra las medidas represivas, con disturbios que cada vez son más agresivos con la policía y a los domesticados se les ha acabado la tontería de que eran “la ultraderecha”, el monigote con el que meten miedo para mantener sometida a la población.
Las protestas ciudadanas, que se han dado desde los primeros meses de pandemia, han entrado en una nueva fase en 2021, con enfrentamientos abiertos con la policía que a menudo terminan con varios heridos y detenidos.
Ya no son reuniones espontáneas de personas que están descontentas con la situación, sino que han comenzado a segmentarse por grupos de interés que, en ocasiones, coinciden en distintos puntos del país. En Holanda están empezando a organizarse para plantar cara a la policía de manera coordinada. En los incidentes del pasado domingo fueron detenidos más de 100 ciudadanos y fueron quemados múltiples elementos del mobiliario urbano. Algo semejante, aunque a menor escala, sucedió este fin de semana en Dinamarca y Grecia.
El gobierno del PSOE y Podemos está siguiendo la evolución del continente con el temor de que España también acabe contagiándose del descontento callejero. Por el momento, aquí las manifestaciones se han limitado a grupos pequeños.
Fuentes de Moncloa consideran que el hartazgo después de tantos meses de malas noticias está haciendo mella en la sociedad, que necesita pasar página y olvidarse de esta época oscura. Además, estiman que, con la llegada de las vacunas, ha habido una relajación en las precauciones de la población, por lo que un nuevo confinamiento, aunque fuera menos estricto que el de marzo, no sería recibido con la misma empatía que el año pasado.
Así, tanto en Moncloa como en los gobiernos autonómicos, se trata de atajar el virus con una nueva variable. Si antes solo se valoraban la salud y la economía a la hora de tomar medias, ahora los políticos incluyen una tercera variable al mismo nivel que las otras: el cansancio de los ciudadanos.
(*) https://blogs.elconfidencial.com/amp/espana/el-confidente/2021-01-27/disturbios-confinamiento-covid-espana-europa_2922023/