El dinero de Qatar no salva a ‘El Corte Inglés’ de la quiebra

El Corte Inglés debe casi 5.000 millones de euros a 27 bancos, que no quieren refinanciar la deuda de los grandes almacenes, cuyo negocio se hunde un poco más cada día. La inyección de 1.000 millones de euros de Qatar no ha sido suficiente y para salir de la quiebra El Corte Inglés está vendiendo sus inmuebles.

El último es la librería de la Puerta del Sol, en Madrid, que caerá en manos de una multinacional de moda femenina propiedad de la estadounidense Thor Equities. El precio de venta es de unos 70 millones de euros, que se sumarán a los 500 millones procedentes de la venta de sus centros logísticos, como el de Valdemoro, con una extensión de casi medio millón de metros cuadrados.

Hace años ya vendió el edificio situado en el número 9 de la céntrica calle Preciados por 50 millones de euros y una superficie de 2.500 metros cuadrados, al fondo francés IBA Capital. El centro vendido se ubicaba en el llamado triángulo de oro madrileño, la zona Sol-Gran Vía-Preciados.

Las ventas de inmuebles se llevan a cabo por orden de los 27 bancos, que se han negado a seguir refinanciando a una empresa que no ha sido capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo, sobre todo de la población más joven.

Hace dos años se conoció que Dimas Gimeno, sustituto del fallecido Isidoro Álvarez al frente de los grandes almacenes, vendía por 100 millones de euros su centro en la Plaza Cataluña-Rambla. Se trata de un inmueble de unos 8.000 metros cuadrados donde se agrupan empresas internacionales de moda mujer.

Este centro fue adquirido por El Corte Inglés en 2001, al quedarse con la cadena Marks & Spencer de España. Pagó 150 millones de euros por los centros que la empresa británica poseía en Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla. Las maniobras a la desesperada de El Corte Inglés se suman a la entrada accionarial de Qatar, que puso 1.000 millones para salvar a los grandes almacenes.

Para que Qatar prestara 1.000 millones se modificaron los estatutos sociales y se crearon nuevos puestos en el consejo de administración, ocupados por los nuevos prestamistas, que se conviertieron en socios según el contrato firmado y presentado de forma precipitada en el último consejo, que fue rechazado por Cartera Manacor, que posee el 10 por ciento de las acciones de la empresa.

Por el camino alguien se llevó 17 millones de euros de comisiones y la familia Areces Galán, que poseía otro 10 por ciento de la empresa fue expulsada del consejo de administración.

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