Detenidos los internacionalistas españoles que combatieron al fascismo en el Donbás

Dentro de la llamada Operación Danko, la Policía Nacional ha detenido esta mañana a ocho antifascistas españoles de la Brigada Internacional Carlos Palomino que han regresado de Ucrania tras haber participado en la defensa del Donbás.
El Ministerio del Interior les imputa diversos delitos totalmente inventados, como tenencia de armas y explosivos, participación para cometer asesinato y actos que atentan contra los intereses de España en el exterior.
La Operación Danko ha sido coordinada por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional y desarrollada en Asturias, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia y Navarra. Los combatientes retornados han sido detenidos a las 6:30 horas de la madrugada. Además, se están realizando diversos registros.
Esta operación culmina una campaña represiva de la Comisaría General de Información dirigida por la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Las diligencias las tramita el Juzgado Central de Instrucción número uno de la Audiencia Nacional. La operación continúa abierta.
Un grupo de antifascistas que se autodefinieron como «anticapitalistas» relataron el pasado mes de septiembre que se habían desplazado al este de Ucrania para combatir al fascismo junto a los milicianos del Donbás. Uno de los integrantes del grupo concedió una entrevista por correo electrónico en la que afirmaba que Estados Unidos «lo sigue arrasando todo» y explicaba que su objetivo es emular a las brigadas internacionales que acudieron a España para luchar en la guerra civil contra las tropas de Franco. El interlocutor no precisó cuántos españoles habían partido a Ucrania, ni sus nombres ni lugares de procedencia.
«Es el cuarto Reich y en Europa la extrema derecha vuelve a resurgir. La clase obrera necesitaba de su ejercito proletario. Y estos son los primeros pasos de su nueva creación. Hermanos proletarios del mundo. No estáis solos», arengaba este antifascista el pasado septiembre. Para ello fundaron la Brigada Internacional Carlos Palomino en homenaje al joven antifascista asesinado en Madrid por un militar de ideología neonazi cuando acudía junto a otros a protestar una manifestación de extrema derecha.
La Brigada Internacional Carlos Palomino la integraban en ese momento unos diez antifascistas procedentes de varias ciudades del Estado español. Su portavoz decía que había personas de otros países que querían unirse a ellos y aclaraba que su grupo es diferente del de otros dos antifascistas que se encontraban en la región de Donetsk. Estos dos antifascistas fueron los primeros en llegar al conflicto procedentes de España y su llegada fue recogida por varios medios de comunicación locales e internacionales.
«Todo nos lo hemos pagado nosotros, de nuestros bolsillos, un dinero ganado con mucho sudor. Somos proletarios. Y no recibimos apoyo económico ni nos dan dinero por pelear aquí. Tampoco lo aceptaríamos, somos anticapitalistas, no somos mercenarios. Hemos venido aquí por solidaridad internacional. Nos pagan con orgullo, compañerismo y dignidad. De eso se alimentan nuestros corazones», explicaba.
El grupo se dejaba ver por las ciudades del Donbás con una bandera de la República Popular. Sobre ella pintaron el nombre de «Brigada Internacional Carlos Palomino» y la usaron para fotografiarse con ella colocándola en la parte delantera de un camión aparcado, según decían, «en un punto de defensa de una ciudad del Donbás».
Sobre la bandera se veía colocada una pistola y en la imagen se veía a cuatro personas, todas ellas con las caras difuminadas para evitar ser reconocidos. Tres de ellos iban vestidos con prendas militares y dos iban armados. El cuarto, aparentemente el único español de la foto, iba vestido con chándal, gorra y una sudadera con un parche de una esvástica tachada. En el camión también se apreciaba una bandera negra de la Acción Antifascista.
Preguntados acerca de si la Carlos Palomino había entrado ya en combate contra las tropas de Kiev, afirmaban que, «por seguridad», no podían contestar. Relataba en cambio que les habían recibido «con los brazos abiertos» y «con mucho cariño». «Somos compañeros de clase y de lucha, independientemente de nuestro color de piel o idioma que usemos», defendía.
Este grupo contaba con un comunicado fundacional en el que manifestaban «el honor de comunicar que las Brigadas Internacionales han vuelto». «Hace casi 80 años, cuando todo el mundo nos dejó solos, contra Franco, Hitler y Mussolini, más de 50.000 trabajadores de más de 54 naciones distintas lo dejaron todo para venir a luchar y morir en nuestra tierra, por nuestra libertad, por nuestro futuro y es hora de que la historia nos ponga a su altura», explicaban.
En ese sentido añadían que «siete brigadas se conformaron en España en el 36… aquí tenéis los primeros pasos de la octava en un nuevo siglo con idéntica esencia de lucha social». «Las Brigadas Internacionales han vuelo y ya no desapareceremos nunca», advertían.

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