‘América’ vuelve por sus fueros

“América está de regreso” es la consigna que sustituye a “Hagamos grande a América de nuevo”. Hay un cambio de marionetas: Biden sustituye a Trump y nombrará a Anthony Blinken como secretario de Estado, o mejor al revés: Biden se limitará a llevar a los micrófonos la política exterior del nuevo gobierno de Washington.

A su vez, Blinken es una marioneta de la industria armamentista que -como ven- mantiene vínculos muy estrechos con el partido demócrata.

No obstante, para ejecutar una política exterior de amplio consenso, Blinken ha publicado un manifiesto con una parte del partido republicano. La orientación general es una política más activa, mostrar el peso de Estados Unidos en el mundo y recuperar aspectos olvidados del orden del día, como el cambio climático.

Al mismo tiempo, Blinken se declara partidario de un cierto multilateralismo para buscar apoyos en organizaciones como la OTAN.

En fin, da la impresión de que el mandato de Trump sólo ha sido un paréntesis; ahora todo vuelve a la nueva normalidad, que consiste en que los “progres made in USA” den la cara, en impulsar la “democracia” y los “derechos humanos” en el mundo a golpe de bayoneta.

Durante muchos años Blinken fue el “alter ego” de Biden cuando era presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado. Como tal, en 2003 apoyó la invasión militar de Irak. Cuando el truco de las armas de destrucción masiva quedó al descubierto, ambos reconocieron que habían cometido un error. “Si lo hubiéramos sabido, no habríamos invadido Irak”. Sin embargo, a pesar de todo, seguimos invadiendo Irak muchos años después. No nos marchamos, no enmendamos nuestro “error”…

Es como en el fútbol: sólo hay errores si pierdes el partido. Cuando era secretario de Estado adjunto de Obama, Blinken se enfrentó al mismísimo Presidente en defensa de una intervención militar en Siria. Obama se basaba en la experiencia “errónea” de Irak. No se podía reproducir en Siria. Blinken estaba empecinado en el mismo “error”.

¿La intervención militar se debe hacer a cielo abierto o en los subterráneos? Unas horas antes de su nominación, Blinken seguía insistiendo en su “error” sobre Siria, donde el fracaso “será recordado de por vida”. Lo mismo que Obama, el futuro secretario de Estado no quiere repetir el “error” y para ello se ha puesto de acuerdo con los mastodontes que rodearon a Bush, como Robert Kagan.

Junto con William Kristol, Kagan creó el equipo “Project for the New American Century” (Pnac), una especie de manifiesto bipartidista en cuatro capítulos para una nueva política exterior estadounidense, publicado en el Washington Post en enero del año pasado (*).

Es más de lo mismo, un aburrimiento mortal, pero a los gringos les encantas este tipo de declaraciones solemnes. Estados Unidos tiene que dirigir el mundo. Si no lo hacemos nosotros, lo harán otras potencias. “Los errores cometidos en Irak y Afganistán” no deben llevarnos a descuidar este campo, porque “la fuerza es necesaria y complementaria de una diplomacia eficaz”.

Sin la fuerza “no se puede negociar la paz y mucho menos imponerla”. La OTAN se debe ampliar para incluir “Europa y el Lejano Oriente”. La seguridad militar incluye la seguridad informática.  Estados Unidos se tiene que proteger frente a la agresividad del “moderno capitalismo de estado autocrático”, o sea, de China.

El texto resume en palabras la política que Blinken ha conocido desde siempre y de la que ha formado parte, desde el bombardeo de la antigua Yugoslavia en 1999 hasta las incursiones de la OTAN en Libia en 2011, pasando por Afganistán y luego Irak en 2002 y 2003, hasta el apoyo logístico en 2015 a Arabia Saudita en su ofensiva, tan sangrienta como empañada por los crímenes de lesa humanidad en Yemen, decidida bajo Obama y ampliada por Trump, sin olvidar el amplio uso de los aviones teledirigidos y los crímenes de guerra, el programa de torturas de la CIA…

Pero Blinken, como Zaplana, también está en las cloacas políticas para forrrarse, por lo que queda por explicar la parte industrial: en 2018 fundó una empresa de consultoría de negocios, WestExec. Está a medio camino entre la venta de armamento y las empresas de alta tecnología, que cada vez parecen lo mismo.

En WestExec está también Michèle Flournoy, que posiblemente acabará al frente del Pentágono, convirtiéndose en la encargada de justificar -por primera vez- las intervenciones militares con la ideología de género.

(*) Anthony Blinken y Robert Kagan: America First is only making the world worse. Here’s a better approach (“América primero” hace que el mundo sea más malo. Veamos una aproximación mejor), https://www.washingtonpost.com/opinions/america-first-is-only-making-the-world-worse-heres-a-better-approach/2019/01/01/1272367c-079f-11e9-88e3-989a3e456820_story.html

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