Una parte de las vacunas contra el ‘covid’ de Pfizer eran placebo

Una parte significativa de los lotes de vacunas contra el “covid” de Pfizer que se distribuyeron en la Unión Europea eran placebo según los científicos alemanes Gerald Dyker y Jorg Matysik.

Dyker es profesor de química orgánica en la Universidad del Ruhr y Matysik de química analítica en la de Leipzig. Ambos forman parte de un grupo de cinco investigadores que están planteado interrogantes sobre los controles de calidad de las vacunas de Pfizer.

Su punto de partida es un reciente estudio danés que mostró enormes variaciones en los efectos adversos asociados con diferentes lotes de las vacunas de Pfizer (1). Los autores dividen los lotes distribuidos en Dinamarca en tres grupos en función de los afectos adversos que provocaron.

Los “lotes verdes” causaron un nivel moderadamente alto de efectos adversos. El más utilizado, con poco más de 800.000 dosis administradas, aparece asociado a unos 2.000 efectos adversos, lo que da una tasa de notificación de un efecto adverso sospechoso para cada 400 dosis aproximadamente. Como dice Dyker, “no es una cantidad pequeña en comparación con lo que sabemos de otras vacunas contra la gripe”. Según sus cálculos, los lotes verdes representan más del 60 por cien de la muestra danesa.

Luego están los “lotes azules”, asociados con un nivel extraordinariamente alto de efectos adversos. En Dinamarca no se administraron más de 80.000 dosis de cualquiera de los lotes azules, lo que sugiere que los organismos de salud pública pueden haber retirado silenciosamente del mercado estos lotes particularmente perniciosos.

Sin embargo, estos lotes tenían hasta 8.000 efectos adversos que darían una tasa de notificación de un efecto adverso por cada incremento de 10 dosis. Dyker señala que algunos de los “lotes azules” en realidad están asociados con una tasa de notificación de un efecto adverso sospechoso por cada incremento de seis dosis .

Según sus cálculos, los “lotes azules” representan menos del 5 por cien del número total de dosis incluidas en el estudio danés. Sin embargo, están asociados con casi la mitad de las 579 muertes registradas en la muestra.

Finalmente, los “lotes amarillos”, que representan alrededor del 30 por cien del total. Suponen unas 200.000 dosis administradas sin ningún efecto adverso.

Así son los placebos. Al comparar los números de lote del estudio danés con la información disponible públicamente sobre los aprobados para su inoculación, se llega a la conclusión de que casi ninguno de los lotes inofensivos, a diferencia de los perniciosos, parece haber estado sujeto a algún tipo de control de calidad.

En la Unión Europea fue el Instituto alemán Paul Ehrlich el que se encargó del control de calidad de las vacunas de Pfizer porque el fabricante y titular de la autorización de comercialización en Europa fue la empresa alemana BioNTech, no su socio estadounidense más conocido, Pfizer (3).

El Instituto Paul Ehrlich aprobó la adminstración de todos los “lotes azules” perniciosos, la gran mayoría de los “verdes”, que no lo eran tanto, pero casi ninguno de los “amarillos”, es decir, de los inocuos, precisamente porque sabían de antemano que carecían de efectos adversos, es decir, que eran placebo.

Si esa conclusión es correcta, pondría de manifiesto que, en efecto, la vacunación masiva fue un experimento de laboratorio a gran escala para probar los efectos adversos de las nuevas vacunas de ARNm.

También evidenciaría que los efectos adversos de las vacunas son mayores de lo que indican las cifras, ya que una parte no eran tales vacunas y de ahí su inocuidad.

(1) https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/eci.13998
(2) https://dailysceptic.org/2023/06/28/pfizer-vaccine-batches-in-the-eu-were-placebos-say-scientists/
(3) https://edv1694.substack.com/p/read-the-label-its-biontechs-vaccine

comentarios

  1. En febrero de 2022 ya se hizo un extenso estudio en USA de los efectos adversos de los distintos lotes de las cacunas COVID y se concluyó que un 5% eran peligrosos y matan 1 cada 500 inyectados. Las concentraciones de mRNA variaban considerablemente entre lotes y era evidente que estaban EXPERIMENTANDO masivamente con toda la población. Se estimaba que el 40 % de las dosis no eran «activas» y con distribución «arbitraria» para despistarnos a los que intentábamos hacer estadísticas. Un profundo estudio reciente de la sobre-mortalidad mundial estima que esas cacunas han matado unos 13 millones de personas…

  2. Una persona conocida mia de 47 años, se le a desarrollado una enfermedad autodegenerativa de sistema inmune, y segun cree el y sus allegados ha sido a raiz de la tercera inoculacion de la vacuna mRNA..
    Ha tenido que cerrar su empresa ya que la enfermedad avanza rapidamente.

  3. Para empezar cabe recordar que, no es una vacuna sino un tratamiento génico experimental, partiendo de ahí, cabe añadir que en todo ensayo clínico suele utilizarse en torno del 7 al 20% de placebos, que deberían haber tenido evidentemente un seguimiento y control (que no existe, recordemos que se administraba este experimento por personal clínico auxiliar desde pabellones hasta teatros -nunca mejor escenificado-)
    También cabe mencionar el alto porcentaje encontrado de inóculos desestabilizados debido a las inapropiadas condiciones de conservación y a la poca estabilidad del preparado. Si no la cifra de afectados hubiese sido bastante superior, siendo ya muy significativa.
    Aunque lo peor de este tipo de tratamientos suele ser a medio y largo plazo, y sobretodo si se siguen administrando periódicamente.
    También se han advertido que las nanopartículas lipídicas sintéticas que acompañan al ARNm se han biodistribuido contradiciendo la primera versión oficial de Pfizer.
    También se han podido encontrar expresiones de ADN liberalizado y plásmido (cuestiones que en un principio también nos aseguraron que no podían darse..)
    Y sin entrar en el desglose de sus coadyuvantes…
    Aún no somos conscientes de la magnitud del experimento, afortunadamente el porcentaje no fue tan elevado, pero ya sabemos que es sólo el principio…
    Cabe advertir que los verdaderos ‘laboratorios de experimentación con armas biológicas’ son los que reiteradamente se han inoculado, son los verdaderos vectores horizontales de transmisión a través aberraciones génicas (priones, expresiones singulares de microrganismos.)

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