Profundo ataque estratégico del ejército sirio hacia Deir Ezzor

Mujeres combatientes del ejército sirio
En muy pocos días el ejército sirio ha abierto una brecha de 80 kilómetros de amplitud por 100 kilómetros de profundidad en dirección a Deir Ezzor, es decir, hacia la región fronteriza del desierto en la que está la frontera con Irak. La naturaleza estratégica del ataque ha quedado en evidencia por las reacciones histéricas que ha producido entre los portavoces del imperialismo y de Israel, porque la estrategia ha sido diseñada conjuntamente con Irán y Rusia y, finalmente, por una tercera razón: porque pone de manifiesto que la Guerra de Siria es una continuación de la agresión a Irak en 2003. Se puede decir que este ataque lleva la guerra a su mismo origen: a Irak.

El ataque saca a la guerra de las ciudades, que han ido cayendo una tras otra, y la lleva al desierto, que no tendría valor estratégico de no ser por la proximidad de Irak. La coordinación del ataque se pone de manifiesto teniendo en cuenta que, simultáneamente, las brigadas Hached Al-Chaabi, integradas en el ejército irakí, han desatado idéntica ofensiva en la dirección contraria: de Irak hacia Siria.

El desierto de la frontera entre ambos países estaba destinado a convertirse en el santuario del Califato Islámico, una zona de repliegue con la misión de cortar los lazos entre ambos países y con Irán.

Los recientes ataques de las tropas de Estados Unidos contra el ejército regular sirio en la zona de Al-Tanf, en la frontera entre Siria, Irak y Jordania, hay que interpretarlos también en esa misma línea: Estados Unidos quiere crear una especie de reserva en las zonas más desérticas para disponer de ellas otra vez siempre que sea necesario.

Para distraer la atención Stuart Jones, responsable de Oriente Medio en el Departamento de Estado, ha vuelto a hablar del espantajo del gulag en la cárcel de Saydnaya, de crematorios inexistentes, de masacres masivas… Ha presentado fotos tomadas vía satélite, posiblemente las mismas que mostró el general Powell para demostrar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

En Washington y Tel Aviv han reaccionado de forma muy agresiva. No han aceptado las zonas de desescalada aprobadas en la última reunión de Astana y, de rebote, ya no admiten ninguna forma de colaboración con Rusia en Siria. Por lo demás, los últimos bombardeos de Estados Unidos en Hassaka y Al-Bukamal han causado muchas más víctimas civiles entre la población que los anteriores, a lo que sólo cabe darle una explicación: los imperialistas quieren provocar una estampida que deje el terreno libre al Califato Islámico.

En este contexto, las declaraciones de Barzani contra las milicias Hached Al-Chaabi vuelven a sembrar todas las dudas sobre el verdadero papel que están desempeñando los kurdos, sobre todo los irakíes, en esta guerra. La ofensiva de los milicianos chiítas no se dirige hacia Kurdistán, por lo que podía haber mantenido la boca cerrada. Pero cuando en medio de la batalla critica a uno de los bandos, hay que pensar que trata de proteger al otro, que en este caso es el Califato Islámico, nada menos.

Una vez más, es un juego muy turbio por parte de los kurdos. ¿Por qué Barzani se ha metido en camisa de once varas que ni le va ni le viene? Porque el Plan Erdogan para Rojava consiste en que los kurdos irakíes, títeres de los imperialistas y los sionistas, sean los que ocupen Rojava en sustitución del PKK-PYD.

Muy probablemente el imperialismo haya encomendado también a los peshmergas irakíes que se encarguen de controlar la frontera entre Irak y Siria y las regiones de Sinjar y Qamichli que sirven de base de operaciones al PKK.

El juego de los peones del imperialismo se completa con la insistencia del delegado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, que quiere vender la piel del oso antes de matarlo. El diplomático sólo habla de la futura constitución y se olvida de la guerra. Es posible que pretenda, mediante presiones y agresiones militares, influir sobre dicha constitución porque si el ejército regular aplasta a los yihadistas, los imperialistas no van a tener mucho margen de maniobra en Ginebra.

Como en la guerra civil española, en medio de los combates a alguien siempre se le ocurre abrir un tercer frente, hacer una “revolución” en la retaguardia o implantar una sociedad utópica, confederal y autogestionaria en Rojava. Lo que se le ha ocurrido al delegado de la ONU es formar un equipo de expertos en Derecho Constitucional… En fin, a la ONU hay que recordarle lo obvio: la constitución de Siria es un asunto que sólo concierne al pueblo de Siria. Y no hay nada más que hablar al respecto (entre otras cosas porque así lo dice la Resolución 2254/15 de la propia ONU).

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