Pablo Hasel: la guerra sucia desinformativa

Desde tiempos remotos los grandes medios de manipulación mercenarios de la dictadura del capital, se han dedicado a intoxicar para, entre otras cosas, restar apoyo popular a los revolucionarios o impedir que se sume más y así perpetuar el poder de la minoría capitalista incompatible con la democracia para la mayoría. Despojados de argumentos (nosotros no necesitamos recurrir a la mentira porque nos sobran) lanzan constantes campañas de criminalización para dejar como monstruos a todos los que luchamos suponiendo un peligro para sus amos que son las verdaderas bestias a quienes blanquean encubriendo sus políticas criminales.

No escatiman recursos en esta guerra sucia desinformativa invirtiendo millonadas como en pocas cosas, pues sin manipulación durarían dos de sus insultantes telediarios. Sus mentiras contra el movimientos revolucionario han llegado al punto de acusar de fascistas a los antifascistas más consecuentes (uno de sus bulos más repetidos contra el PCE(r) y los GRAPO en la falsa transición) realizando esta acusación quienes precisamente servían y sirven al fascismo.

Podríamos poner incontables ejemplos como este, ridículos a nada que se tenga una mínima conciencia, pero a la vista está que con millones de personas creyendo esos medios se frena la conciencia. De aquí que urja desmontar sus falacias y denunciar su papel en todos los lugares posibles.

Cada vez que la situación se les descontrola en las calles intensifican el bombardeo de injurias (lo suyo si lo son) para intentar desacreditar o calmar la lucha. Para eso cuentan con la ayuda de la “izquierda” domesticada condenando todo lo que vaya más allá de la legítima legalidad diseñada para impedir los cambios profundos y machacarnos. A la hora de la verdad desde los más abiertamente fascistas a los reformistas que ni reforman, criminalizan a los revolucionarios o cualquier acción que dañe a los opresores. En vez de condenar la violencia sistemática que origina las protestas, perpetúan la primera y condenan la reacción.

No se puede estar con los opresores y con los oprimidos a la vez, o con unos o con otros. Por eso ante mi encarcelamiento y las protestas que ha generado por la libertad de expresión además de sumarse más descontento y la reivindicaciones de otros derechos y libertades que niegan, no se puede poner en el mismo plano la violenta represión del Estado con brutalidad policial incluida y la lucha de los manifestantes contra eso y tanto más. Pintar que todo el que responde a eso es un vándalo violento forma parte de la guerra sucia desinformativa para no analizar las causas y ponerles fin.

Nos intentan deshumanizar mientras humanizan a quienes han bombardeado países o imponen vidas de miseria para vivir a todo lujo. ¿A caso cuentan cuánto nos cuesta su defendida familiar real en un año mientras repiten lo que cuestan contenedores quemados? ¿Explican la brutal explotación de las multinacionales con escaparates rotos? ¿Mencionan las familias dejadas en la calle o estafadas por la banca a la que queman cajeros? Sirven a los culpables de tantas tragedias evitables y luego Iinchan a quienes peleamos para que terminen.

En esa línea mienten descaradamente diciendo que me han encarcelado por sumar otras condenas más allá de la música y los tuits cuando lo cierto es que mis únicas condenas firmes que me han llevado a prisión son esas. Así quieren vender que nadie va a la cárcel por hacer canciones. Pero igual que con la represión depende de nosotros que toda su manipulación se vuelva en su contra y los deje bien retratados para que menos personas crean su guerra sucia desinformativa.

Centro Penitenciario de Ponent
19 de febrero de 2021

comentario

  1. «Entrando muy a fondo en nuestra mentalidad de ciberpunks, veíamos que una de nuestras grandes batallas –nuestra guerra civil española, por así decirlo—se libraría en el campo de nuestro esfuerzo por defender al mundo contra la vigilancia de los sistemas informáticos privados. En ese terreno se debatían las libertades y la lucha contra la opresión, de la misma manera que en otros tiempos ese lugar fueron las tierras de España, y lo que nosotros pretendíamos era prepararnos para luchar por el bien común enfrentándonos con nuestros conocimientos a los estados policiales.» (JULIAN ASSANGE. (Autobiografía no autorizada)

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