No se puede acabar con una guerra sin contar con el vencedor de la misma

A finales del pasado mes de febrero el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, afirmó que Rusia será invitada a participar en una conferencia sobre Ucrania y que es probable que pronto llegue una delegación de Moscú.

Pero Rusia se niega a participar en ella, incluso si se le invita, dijo ayer la portavoz oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova.

“Rusia no tiene intención de participar en tal conferencia, incluso si se le invita oficialmente”, señaló Zajarova, quien explicó que Rusia está dispuesta a iniciar negociaciones pacíficas, pero no acepta ultimátums mientras que, al mismo tiempo, se ignoran sus intereses legítimos.

La conferencia de Suiza es una continuación de las reuniones del “formato de Copenhague”, inicialmente desacreditadas y que hoy “se encuentran en un punto muerto”, continuó la portavoz.

La participación de Rusia en este tipo de conferencias no tiene sentido, ya que ayudan a impulsar la llamada “fórmula de Zelensky”, aunque los organizadores suizos de la reunión afirman que están buscando el denominador común de las iniciativas de paz de diferentes países.

La portavoz recordó que la propuesta del gobierno de Kiev habla de la retirada de las tropas rusas a las fronteras de 1991, responsabilizando a Moscú de la guerra y pretendiendo cobrar reparaciones, así como otras disposiciones en materia alimentaria, seguridad nuclear, energía y cuestiones humanitarias.

“Las reuniones de Copenhague, Yeddah, La Valeta y Davos demostraron que ese truco no funciona. Hoy, para ampliar aún más el círculo de partidarios de la ‘fórmula de Zelensky’, intentan saturarlo con disposiciones de las iniciativas de paz de China, Brasil y los países africanos”, añadió.

Cualquier propuesta de negociación sobre Ucrania debe ir precedida de la derogación del decreto de Zelensky que prohíbe las negociaciones con Rusia.

Zajarova aprovechó para lanzar un dardo contra Suiza, que ya no es una plataforma neutral y, por razones de seguridad, un país que ya no se puede utilizar. Rusia no considera a Berna como mediador en las negociaciones con Ucrania ¿Cuáles son los objetivos de Suiza y quiénes, en Europa, están disponibles para hablar con Moscú?

Putin ya no hace gala de buenas maneras

A Putin ya no le basta con recurrir a Medvedev para que ladre. Ha debido perder la paciencia y ya no hace gala de buenas maneras. Ayer concedió una entrevista con Rossiya 1, la primera cadena de la televisión rusa, y la agencia Ria Novosti, en la que se expresó con palabras inusualmente duras.

Las camarillas occidentales, acostumbradas a “llenar sus vientres de carne humana”, deben comprender que el “baile de vampiros” está llegando a su fin, dijo Putin, llamando la atención sobre el hecho de que los occidentales, el sector privilegiado del mundo (que en Rusia llaman “los mil millones de oro”) han estado parasitando a otros países durante siglos, explotando a los pueblos de África, Asia y América Latina.

“Están acostumbrados desde hace siglos a llenarse el vientre de carne humana y los bolsillos de dinero. Pero deben entender que el baile de vampiros está llegando a su fin”, subrayó.

También dijo que los países que dicen que no tienen líneas rojas hacia Rusia deben entender que la parte rusa tampoco tendrá esas líneas y añadió que Rusia está preparada para una guerra nuclear desde un punto de vista técnico-militar.

Destacó que el país está dispuesto a utilizar armas nucleares si se vierten amenazas a la existencia del Estado, dañando la soberanía y la independencia del país.

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