Los misiles rusos Iskander destruyen dos sistemas Patriot de fabricación estadounidense

Rusia juega con la OTAN al gatón y al ratón. Prueba sus últimas armas en Ucrania como si se tratara de unas maniobras militares. También prueba las del adversario que, por lo demás, no muestran gran resistencia.

Ayer los nuevos misiles Iskander han destruido dos sistemas Patriot de fabricación estadounidense que formaban parte del equipamiento de las tropas ucranianas en Donetsk.

El Ministerio de Defensa ruso ha anunciado hoy el ataque con misiles Iskander. Los datos preliminares sugieren que el ataque destruyó un sistema de misiles SS-300 de las tropas ucranianas cerca de la ciudad de Pokrovsk y la prensa rusa ha difundido imágenes de la destrucción de tres sistemas de misiles.

Un análisis de seguimiento ha revelado que el vídeo no muestra sólo la eliminación de un SS-300 sino que dos de los tres vehículos destruidos por el ataque eran sistemas de misiles Patriot.

El sistema de misiles tácticos Iskander es un arma de alta precisión con un alcance de disparo de hasta 500 kilómetros. La ojiva del misil puede destruir casi cualquier objetivo: puestos de mando enemigos, columnas de equipos o defensas aéreas.

Puede estar armado con proyectiles balísticos y alados, que crean falsas interferencias electrónicas cuando se acerca al objetivo y se vuelven prácticamente invulnerables a los sistemas de defensa aérea enemigos. Los misiles de crucero pueden volar a altitudes ultrabajas y bordear el terreno.

Estados Unidos envió sistemas de defensa aérea Raytheon a Ucrania la primavera pasada, pero tuvieron dificultades para interceptar los proyectiles rusos y ellos mismos fueron atacados.

En enero de este año un asesor del Mando de la Fuerza Aérea ucraniana admitió que las defensas aéreas proporcionadas por la OTAN nunca habían logrado interceptar ni siquiera uno de los 300 misiles de la serie Kh-22 que los aviones de combate rusos habían lanzado contra Ucrania desde 2022.

En mayo del año pasado el Ministerio de Defensa ruso anunció que sus tropas habían destruido un Patriot estacionado en Kiev con un misil hipersónico Kinjal. El Ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, anunció un ataque exitoso contra otro Patriot dos semanas después.

Los países occidentales han estado proporcionando a Ucrania equipo militar desde que comenzó la guerra en febrero de 2022. El apoyo ha evolucionado desde municiones de artillería más ligeras y entrenamiento hasta armas más pesadas, incluidos tanques. Ucrania finalmente comenzó a presionar para la adquisición de aviones de combate de fabricación occidental, algo a lo que sus donantes extranjeros se han resistido durante mucho tiempo.

El Kremlin ha advertido constantemente contra los continuos envíos de armas a Kiev, afirmando que esto conduciría a una escalada de la guerra.

En abril de 2022 Rusia envió una nota diplomática a todos los países de la OTAN sobre la cuestión del suministro de armas a Ucrania. El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, advirtió que cualquier envío que contenga armas con destino a Ucrania se convertiría en un objetivo legítimo para los ataques rusos.

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