El domingo por la noche Trump su decisión de retirar las fuerzas estadounidenses del noreste de Siria, allanando el camino para una operación militar anunciada desde hace mucho tiempo por Ankara contra los kurdos que los imperialistas han apoyado hasta a fecha.
Según un alto funcionario estadounidense, Estados Unidos retiró el lunes a 50 miembros de las fuerzas especiales de una parte de la zona fronteriza entre Turquía y Siria. Mil soldados estadounidenses están presentes en el norte y el este de Siria.
El Ministerio de Defensa turco dijo ayer por la tarde que todos los preparativos para una posible operación en el noreste de Siria habían concluido.
Las milicias kurdas denunciaron un “apuñalamiento por la espalda” de Washington. “Si Estados Unidos evacua la zona y en particular la zona fronteriza, nos veremos obligados, como administración autónoma y como Fuerzas de Autodefensa, a estudiar todas las opciones disponibles”, advirtió Jia Kurd.
“Podríamos discutir con Damasco o con la parte rusa para llenar este vacío o para bloquear el ataque turco. Así que podría evolucionar y podría haber reuniones y contactos en caso de un vacío de seguridad”, añadió.
Los kurdos del norte de Siria ya se encontraron en una posición similar el pasado mes de diciembre, cuando Trump anunció su decisión de retirar a los soldados estadounidenses de Siria. Iniciaron conversaciones con Damasco que no tuvieron éxito.
Los kurdos no se han enfrentado al gobierno sirio desde el inicio de la guerra 2011. Afirman que su prioridad es mantener su autonomía regional dentro del marco de un Estado sirio, una autonomía que el régimen de Damasco se niega actualmente a concederles.
Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, ha dicho esta mañana que Rusia no había sido informada con antelación de la retirada estadounidense anunciada por Trump. Peskov agregó que era necesario esperar y ver cuántos soldados estadounidenses serían retirados, señalando que otros anuncios del mismo tipo no se habían materializado en el terreno.