El derribo de la aeronave rusa no fue, pues, consecuencia de que sobrevolara el espacio aéreo turco y, por lo tanto, la región controlada por la OTAN. Fue uno de tantos actos gratuitos y provocadores de los imperialistas.
Además, dichos pilotos son los mismos que trataron de derribar el avión en el que viajaba Erdogan la noche del golpe de Estado (1).
Tanto para los rusos como para los turcos, o para cualquier persona medianamente informada, debería ser bastante evidente que todos los graves acontecimientos que se han producido en Turquía desde noviembre de 2015 y que afectan a Rusia, de una manera u otra, están dirigidos por la OTAN o por la CIA o por ambos, cualquiera que sea el brazo ejecutor.
El 15 de julio, en el momento de desatarse el golpe, Erdogan estaba en un hotel de la costa mediterránea de Turquía y tomó un vuelo hacia Estambul, siendo vigilado de cerca por dos cazas armados con misiles. Hasta ahora se creía que dichos cazas eran turcos. Según el referido informe, ahora se sabe que eran de la OTAN, que salieron de la base de Incirclik y que en el último momento recibieron la orden de no disparar y regresar a Incirlik.
Pero la orden no es ningún “misterio”, como difundió entonces la agencia Reuters (2). La orden de retorno no se limitó sólo a dichos cazas sino a todos los aviones de la OTAN, incluidos los turcos, por lo que los golpistas se encontraron sin apoyo aéreo y Erdogan pudo aterrizar en al aeropuerto de Estambul.
El informe apunta que la orden de retorno de los aviones de la OTAN a su bases se dio después de que el ejército ruso activara el sistema de defensa antiaérea S-500 Prometey 55R6M Triumfator-M de la base rusa de Jmeimim (3).
El derribo del Su-24 M en noviembre fue contraproducente para el éxito golpe de Estado en Turquía. La defensa antiaérea rusa no sólo es capaz de derribar en 120 segundos cualquier avión que sobrevuele el espacio aéreo de Siria, Turquía, Líbano e Irak, sino que puede destruir todos los satélites militares LEO (Low Earth Orbit) de Estados Unidos que orbitan sobre Oriente Medio.
El pánico de la OTAN al S-500 está plenamente justificado. Es capaz de interceptar hasta 10 misiles balísticos e hipersónicos y alcanzar objetivos hasta una altura de 200 kilómetros, tanto aviones, como drones y satélites espaciales.
(2) http://www.reuters.com/article/us-turkey-security-plot-insight-idUSKCN0ZX0Q9
(3) http://www.ausairpower.net/APA-S-500-Triumfator-M.html
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Vaya, se extiende la afición de tener en el punto de mira y no disparar. Aunque reconozco que lo del vagón precintado pasó a los anales.