Gülen reconoce la ‘posible’ participación de los suyos en el golpe de Estado en Turquía

Por fin, ayer en una entrevista a la CNN Gülen reconoció que entre los golpistas pudieron participar algunos simpatizantes de su movimiento. Algo es algo. Erdogan no andaba tan desencaminado como dicen por ahí.

El ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, ha pedido al gobierno de Kirguistán que cierre las escuelas privadas que Gülen tiene abiertas en el país centroasiático y ha advertido que Ankara revisará su relación con Kirguistán a menos que cambie de actitud hacia “la banda de Gülen”.

El presidente de Kirguistán, Almazbek Atambaiev, calificó de “absurda” la suposición de que partidarios de Gülen podrían intentar también un golpe de Estado en Asia Central. “Es un absurdo. Si son tan listos ¿por qué no han visto venir el golpe? Claro que vamos a escuchar todas las sugerencias y comprobaremos la información, pero que nadie venga a asustarnos ni a aleccionarnos”, ha respondido Atambaiev.

Las escuelas de Gülen ya sirvieron en el pasado de tapadera para que 130 espías de la CIA trabajaran en Kirguistán y otros países de Asia central como profesores de inglés. El nombre en clave era “Puentes de Amistad”, según contó en sus memorias Osman Nuri Gundes, jefe de la inteligencia turco, y confirmó luego Sibel Edmonds en sus memorias “Una mujer secreta”.

Edmonds era una antigua traductora del FBI que, además, identificó al eslabón entre Gülen y la CIA. Se trata de Graham Fuller, una analista de inteligencia de la Rand Corporation , antigua antena de la CIA en Kabul y vicepresidente del Consejo Nacional de Inteligencia.

Fuller ha negado que las escuelas de Gülen sirviera a la CIA de tapadera para enviar espías a Asia central, aunque admite que fue garante del imán turco cuando en 2006 los agentes de inmigración trataron de expulsarle de Estados Unidos. Escribió una carta al FBI y al Departamento de Seguridad Interior en favor de Gülen. No creía que fuera una amenaza para Estados Unidos. Gracias a Fuller, Gülen pudo permanecer en Estados Unidos.

No fue el único que intercedió en su favor. También lo hizo Morton Abramowitz, antiguo agente de la CIA y luego embajador en Ankara.

Gülen ha cultivado con esmero unas relaciones privilegadas, tanto con Israel como con los grupos de presión sionistas en Estados Unidos, criticando a la flotilla Mavi Marmara cuando trataron de romper el bloqueo de la Franja de Gaza.

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