Las comisarías de policía se equipan con dispositivos para extraer todos los datos de los móviles

Dispositivo UFED de extracción de datos de los móviles
Las comisarías de policía han comenzado a equiparse con dispositivos capaces de succionar todos los datos de un teléfono móvil en menos de diez minutos. Basta con enchufar el móvil para extraer todos los datos durante una detención: contactos, mensajes, fotos, vídeos, textos, claves, geolocalización, historial de navegación…

La policía puede husmear en los móviles aunque una persona se niegue a dar su clave o código PIN. Da igual que estén cifrados o no. Da igual que sean relevantes para la investigación de un delito o no. Es como si en el rgistro de un domiclio la policía se lo llevara absolutamente todo.

A estos aparatos los llaman Ufed (Universal Forensic Extraction Device), dispositivos de extracción para la investigación digital. Están equipados con programas de copiado de datos telefónicos, desarrollados por una empresa israelí que los comercializa: Cellebrite.

Fundada en 1999 en Israel, Cellebrite pertenece desde 2007 a un grupo japonés: Sun Corporation. La empresa es una de las cabezas del mercado mundial, junto con los suecos de la MSAB y se ha hecho un nombre en todo el mundo al ayudar al FBI a descifrar el teléfono de uno de los dos terroristas de San Bernardino. Hay 35.000 copias de Ufed israelíes en el mundo, que son utilizadas en más de 100 países por empresas, ejércitos, policías, aduanas, prisiones y también por organizaciones gubernamentales e internacionales como la Interpol.

Los Ufed utilizan los agujeros de seguridad de los teléfonos móviles para hacer una copia de los datos. Pueden descifrar más de 17.000 modelos de teléfonos, tabletas o GPS en pocos minutos.

En Francia Cellebrite se estableció en 2009. En ese momento, fue su competidor MSAB el que tenía el favor de la policía con el X-RY, un programa similar que enumera las llamadas entrantes y salientes, los textos y las fotos.

No hay nada nuevo en la realidad. Todos estos dispositivos ya existían antriormente. La única diferencia es que ahora los israelíes los entregan “llave en mano”.

Lo explicaron el año pasado los propios representantes de la empresa israelí en Marruecos: el 77 por ciento de los refugiados llegan sin documentos de identidad mientras que el 80 por ciento tiene móvil. En lugar del documento de identidad la policía puede utilizar el teléfono para averiguarlo todo sobre ellos: quiénes es, de dónde viene, dónde ha estado, qué ha hecho y por qué solicita refugio.

Un refugiado tiene que presentar su solicitud en el primer país donde ha sido controlado. Si se revisa su teléfono y aparece que ha estado en Italia durante unos días, se le puede deportar allá.

Naturalmente, esta tecnología se está utilizado para la represión política. En Bahrein se ha utilizado para procesar al disidente Mohammed Al-Singace, que fue torturado por la policía, según The Intercept (*).

Se probaron en Biarritz durante la convocatoria contra el G7 con el fin de piratear los teléfonos de los detenidos.

La nueva tecnología favorece la represión, ya que para la policía la mejor manera de saberlo todo de alguien es detenerle y extraer sus datos del móvil. Es mejor que un interrogatorio farragoso, mejor que registrar la vivienda, mejor que pincharle el teléfono… Hoy todo está en el móvil de cada cual.

(*) https://theintercept.com/2016/12/08/phone-cracking-cellebrite-software-used-to-prosecute-tortured-dissident/

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