Las vacunas contra el ‘covid’ provocan la peor crisis cardiovascular de la historia de Reino Unido

Desde 2019 ha aparecido un exceso de mortalidad cardiovascular en Reino Unido, el mismo que en otros países, de manera que no es un fenómeno local.

Finalmente, ha tenido que ser admitido por la British Heart Foundation (BHF, Fundación Británica del Corazón), quien reconoce que padecemos la peor crisis cardiovascular que se recuerda, aunque el periódico The Guardian suaviza la expresión un poco: es la peor crisis cardiovascular en una década (1).

La BHF alude a “muertes prematuras” porque las cifras se refieren a menores de 75 años. Pero no es así, porque la situación es incluso peor entre los mayores de 75 años, es decir, que el exceso de mortalidad cardiovascular entre los mayores de 75 años se explica de la misma manera que entre los menores de 75 años.

La mortalidad cardiovascular ha ido disminuyendo en Inglaterra desde 2004 de manera constante. El primero año de pandemia, 2020, la situación se invierte y los “expertos” achacan el exceso de mortalidad al coronavirus. Fue la gran coartada: el nuevo virus causaba ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares.

A medida que pasa el tiempo, la coartada ya no sirve porque las vacunaciones empezaron en 1921, hace ya tres años y no había ninguna duda de que eran “eficaces”. Gracias a ellas los médicos conseguirían controlar la pandemia.

Pero durante el primer año de vacunación masiva la tendencia no cambió sino que, por el contrario, empeoró. Fueron peores las nuevas vacunas que el nuevo virus. La conclusión es evidente: el virus no era el culpable del exceso de mortalidad cardiovascular.

Si los que murieron prematuramente en 2020 fue a causa del virus, no pudieron morir también al año siguiente. Por lo tanto, las causas del exceso de mortalidad a partir de 2021 son otras.

Pero hay algo aún más grave: el exceso de mortalidad cardiovascular siguió empeorando al año siguiente. Las cifras de 2022 fueron peores que las del anterior, lo cual es contundente hasta para el más duro de mollera. Por eso la BHF concluye que se trata de la peor crisis cardiovascular de la historia.

La pandemia no se acaba con las vacunas, sino que continúa gracias a ellas, prueba de lo cual es que el exceso de mortalidad no ha remitido en ningún momento. En España, por ejemplo, el exceso de mortalidad en 2022 triplicó al de 2021. “¿Cuál es la causa?”, se pregunta la cadena de televisión Cuatro (2), como si no supieran la respuesta…

El diario El País dibuja un cuadro aún más siniestro: el exceso de mortalidad se quintuplicó en España en 2022 respecto a la media de años anteriores (3).

Ya comprendemos que es algo difícil de digerir para muchos, especialmente todos esos reformistas que en 2020 pusieron la salud por encima de todo, incluso de la economía.

Decían que los muertos y enfermos les preocupaban mucho… pero sólo durante la pandemia. Una vez acabada oficialmente parece que ya no hay ni muertos ni enfermos. O al menos ya no abren la boca para explicar esta situación. ¿Ya no les procupa que haya tantos muertos y enfermos?

(1) https://www.theguardian.com/society/2024/jan/22/cardiovascular-disease-early-deaths-in-england-at-highest-rate-in-more-than-a-decade
(2) https://www.cuatro.com/cuatroaldia/findesemana/20221113/triplica-muertes-aumento-preocupante-mortalidad_18_07965692.html
(3) https://elpais.com/sociedad/2022-08-01/el-exceso-de-muertes-este-julio-quintuplica-la-media-de-ese-mes-y-no-solo-por-el-calor-y-la-covid.html

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