El 18 de agosto se produjo un Golpe de Estado en Mali que destituyó al Presidente Ibrahim Bubakar Keita, una marioneta del imperialismo francés.
Desde el principio la prensa internacional, incluido el canal de televisión panafricano Afrique Media, no puso buena cara al relevo y ahora se han pasado directamente a las teorías de la conspiración: Putin está detrás del Golpe.
Hacía meses que en Mali se venían convocando manifestaciones populares contra Keita, que no han tenido el eco de las que se producen en Bielorrusia. Miles de personas salieron a las calles de la capital para celebrar el Golpe de Estado.
El Daily Beast sostiene que los dirigentes del golpe de estado en Malí tomaron el poder “tras su regreso de un campo de entrenamiento militar en Rusia”. Pero como ellos mismos reconocen no hay nada nuevo: “Muchos soldados malienses, incluyendo oficiales de alto rango, han estado entrenando en Rusia durante mucho tiempo” (1).
Estados Unidos fue el primero en condenar el golpe. Su enviado para el Sahel, Peter Pham, declaró que “Estados Unidos se oponen a cualquier cambio de gobierno extraconstitucional, ya sea por los de la calle o por las fuerzas de defensa y seguridad”.
Una estupenda política que, sin embargo, no se aplica a Bielorrusia, es decir, que sólo se aplica cuando conviene.
Estados Unidos ha suspendido su cooperación militar con Malí.
“¿Malí ha sido seducido por Rusia?”, pregunta Radio France International (2), al tiempo que admite que muchos malienses quieren reforzar la cooperación militar de su país con Moscú.
Otra “mala noticia” de Radio France International: el embajador ruso en Malí fue uno de los primeros diplomáticos extranjeros en ser recibido por la junta militar.
Otra información que no aparece destacada: la junta militar ha prometido la próxima celebración de elecciones.
(1) https://www.thedailybeast.com/russia-trained-the-mali-coup-leaders
(2) https://www.rfi.fr/fr/afrique/20200822-mali-russie