Marruecos ha interferido en varias instituciones europeas recurriendo a la corrupción para sobornar a personalidades influyentes. “También se ha interferido en otras instituciones europeas a través de una red de personajes influyentes, entre ellos el ex eurodiputado Antonio Panzeri, la ex vicepresidenta del Parlamento Europeo Eva Kaili y Francesco Giorgi, su compañero y asistente parlamentario -todos ellos detenidos-, que representan sólo unos pocos eslabones”, afirmó la semana pasada el diario italiano Corriere della Sera.
El juez belga Michel Claise explicó que la investigación, que comenzó con una operación de los servicios secretos belgas y otros servicios de seguridad europeos, se refiere a “acciones de injerencia en el seno de las instituciones de la Unión Europea” llevadas a cabo por Marruecos “a través de la corrupción de personas de la cúpula del mundo institucional europeo” en general.
Sin embargo, los tribunales belgas se están centrando principalmente en lo ocurrido en el Parlamento Europeo, donde “la política del grupo Socialista y Demócrata (S&D) habría sido influenciada en favor de Marruecos por un equipo de tres italianos” cuyos nombres se citan por este orden: Pier Antonio Panzeri, Andrea Cozzolino y Francesco Giorgi.
Marruecos habría recurrido a este grupo parlamentario para “cultivar sus múltiples intereses haciéndose guiar en sus operaciones por Mohamed Belahrache, funcionario de la DGED (Dirección General de Estudios y Documentación), el servicio secreto de Rabat”.
Este oficial marroquí actuó por mediación del embajador marroquí en Polonia, Abderrahim Atmoun, que “trabajaba en estrecha colaboración con los servicios secretos marroquíes” y que se reunió varias veces con Panzeri y Cozzolino en Bruselas y Varsovia.
Marruecos se apoyó en un grupo de ‘amigos’ del Parlamento Europeo
Para llevar a cabo sus operaciones, los tres italianos habrían contado “con la colaboración de un grupo de eurodiputados -todos miembros del grupo parlamentario S&D- calificados de amigos, los más cercanos de los cuales serían Eva Kaili, Arena Maria, Moretti Alessandra y Benifei Brando Maria”.
El exdiputado Antonio Panzeri, el actual diputado Andrea Cozzolino y su asesor Francesco Giorgi “recibían órdenes la mayor parte del tiempo de Atmoun Abderrahim”, pero “también se decía que estaban en contacto directo con Mansouri Yassine, director general de la DGED”, a quien Cozzolino “supuestamente conoció personalmente […] en Marruecos en 2019”.
Las órdenes de detención emitidas contra estos acusados mencionan vuelos de ida y vuelta reservados en otoño de 2019 por la DGED para Cozzolino.
Para el juez Claise, existe una fuerte sospecha de que Cozzolino y Panzeri “concluyeron en 2019 un acuerdo con los servicios secretos marroquíes a través de Atmoun para interferir a favor de Marruecos en el Parlamento Europeo a cambio de dinero”.
El diario Il Fatto quotidiano, citando a investigadores belgas que interceptaron conversaciones entre Antonio Panzeri y su familia, relata que el antiguo eurodiputado y su esposa “aprovecharon un viaje a Marruecos en junio de 2022 para informar de posibles recompensas por actividades injerencistas para Marruecos”.
Los regalos del régimen marroquí también vuelven a mencionarse en otra interceptación casi dos meses después. Se refiere a una discusión que tuvo lugar en el piso del matrimonio Panzeri-Colleni.
Los investigadores escriben en los documentos: “En el marco de nuestra asistencia técnica […], se ha llamado nuestra atención sobre informaciones que podrían indicar la presencia de bienes adquiridos ilegalmente en la residencia italiana del matrimonio Panzeri-Colleni.