La complicidad de Egipto en el bloqueo de Gaza

En 2006 Israel castigó a los palestinos con el hambre por votar a Hamas en las elecciones. Es la guerra silenciosa de Tel Aviv, un asedio que poco a poco está cobrando su precio, privando a los 2,3 millones de civiles de Gaza de alimentos y asistencia médica. Desde la retirada de las tropas israelíes de Gaza en 2005, la Franja ha estado bajo un estricto bloqueo, transformándola en una enorme prisión al aire libre rodeada de alambre de púas y puestos de control.

Ocho cruces estaban controlados –seis de ellos por Israel– que conectaban Gaza con los territorios palestinos ocupados en 1948. Cuatro de estos cruces permanecían completamente cerrados y dos estaban abiertos de forma intermitente: “Beit Hanoun” y “Kerem Shalom”.

Desde la retirada militar israelí de Gaza, Tel Aviv ha tenido un único objetivo: establecer una hegemonía total sobre Gaza por tierra, aire y mar. Para lograrlo, se firmaron tres acuerdos que regulan el movimiento en los puntos de cruce: el Acuerdo de Puntos de Cruce entre Israel y la Autoridad Palestina (2005), el Acuerdo de Control Fronterizo Palestino-Europeo-Israelí y el Protocolo de Filadelfia entre Egipto e Israel.

Este último acuerdo estableció una franja de seguridad de 14 kilómetros a lo largo de la frontera entre Egipto y Gaza y requirió coordinación de seguridad entre Israel y Egipto, la presencia de guardias fronterizos egipcios a lo largo del corredor y patrullas de seguridad de ambas partes.

Rafah: el único salvavidas para los palestinos de Gaza

El cruce de Rafah estaba restringido a los titulares de documentos de identidad palestinos, con excepciones que requerían notificación previa al gobierno israelí y aprobación de las más altas autoridades de la Autoridad Palestina.

La Autoridad General para los Pasos de Gaza, bajo los auspicios de la Autoridad Palestina, gestionó aprobaciones y objeciones, dentro de los estrictos plazos establecidos por el acuerdo de cruces. Sin embargo, las tensiones aumentaron cuando Hamas tomó el control del cruce en 2007, lo que provocó cambios en las operaciones y cierres a medida que evolucionaron las relaciones entre Egipto y Hamas.

La dinámica cambió en 2017, cuando Fatah y Hamas firmaron un acuerdo de reconciliación destinado a poner fin a su enfrentamiento. Sin embargo, el bloqueo total de la Franja impuesto por Israel tras los ataques del 7 de octubre ha aumentado la importancia de los puntos de cruce de la Franja con Egipto.

Un año antes, el cruce de Rafah estuvo abierto durante 245 días y facilitó el paso de más de 140.000 personas y muchos bienes esenciales como combustible, gas para cocinar y materiales de construcción.

Paralelamente a su brutal y sin precedentes ataque militar contra Gaza, Israel ha impuesto un asedio draconiano contra los palestinos en la Franja, cortando el acceso al agua, la electricidad y las comunicaciones, así como los puntos de cruce esenciales.

El cruce de Rafah se ha convertido en el único salvavidas para los civiles que buscan refugio de los bombardeos, o reciben atención médica o incluso comida. Si bien las organizaciones internacionales se unieron para brindar ayuda a través del cruce, el desplazamiento masivo causado por los bombardeos israelíes indiscriminados (y la oposición egipcia a un plan de reasentamiento en el Sinaí) empeoraron la situación.

Tres vías de escape de Gaza

Antes de la guerra, había tres rutas de salida de Gaza. La ruta oficial implicaba presentar listas de nombres para su aprobación por parte israelí, un proceso que a menudo llevaba varios meses. Los aceptados enfrentaron obstáculos adicionales en el lado egipcio, incluidas inspecciones y transporte al aeropuerto de El Cairo en la “caravana de los deportados”.

La vía no oficial, administrada por oficinas de intermediarios, ofrecía un paso más rápido por tarifas que oscilaban entre 300 y 500 dólares, o incluso hasta 10.000 dólares. La tercera pista, vinculada a los servicios de inteligencia egipcios, está gestionada exclusivamente por la agencía de viajes Hala, que está vinculada al empresario y señor de la guerra del Sinaí, Ibrahim Al Arjani.

Esta ruta, abierta en 2021, permite un tránsito rápido, la exención de inspecciones y la posibilidad de que los viajeros permanezcan en Egipto antes de ir al aeropuerto, con costos que oscilan entre 500 y 700 dólares por persona.

Egipto se beneficia del bloqueo

En medio de las últimas matanzas israelíes, el Estado ocupante ha prohibido definitivamente la salida de personas que no figuran en las listas aprobadas, con la excepción de las personas con doble nacionalidad tras las intervenciones de embajadas extranjeras. Sin embargo, algunos agentes egipcios en la frontera explotaron una laguna conocida como “exclusión de seguridad”. Supone rechazar la salida con el pretexto del vínculo del viajero con Hamas, lo que lleva a negociaciones por sumas sustancosas.

A pesar de la devastación militar y humanitaria de Gaza y las demandas urgentes de las ONG para permitir la entrada de ayuda a la Franja, Israel está haciendo oídos sordos. En su defensa ante el Tribunal Internacional de Justicia, el abogado israelí Christopher Stacker señaló a otros culpables, argumentando sin rodeos que “el acceso a la Franja de Gaza a través del cruce de Rafah está controlado por Egipto.

Fue un débil intento de absolver a Israel de sus responsabilidades. El gobierno egipcio negó las acusaciones y el jefe del Servicio de Información del Estado (SIS), Diaa Rashwan, las calificó de “mentiras”.

Además, El Cairo aclaró al Tribunal Internacional de Justicia que Egipto no había cerrado el cruce de Rafah. Pero tampoco está exento de responsabilidad. También se beneficia de él.

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