Hay otra alternativa: luchar, amnistía

Jon Iurrebaso Atutxa
ex preso político de ETA

En lo que respecta a los presos políticos vascos, los tópicos saltan sin descanso a través de cualquier instrumento de comunicación de los que detentan el poder. Son un noticiable por entregas sin ningún interés en cuanto al suspense que generan. Nada especial en cuanto al noticiero si no fuera por algo que nos incumbe, que es parte nuestra, que nos preocupa y nos motiva, los presos políticos vascos.

Y esos instrumentos utilizan un doble lenguaje para ir al mismo lugar. “En democracia no hay presos políticos”. “No hay presos políticos en los Estados español y francés”. “Son terroristas”. “Las víctimas exigen reparación…” Ese es una parte del mensaje que deviene en la fundamental. Es un mensaje político duro, sentenciador y que corta el habla por todo lo que de represalia sin límites conlleva.

La segunda parte. “Tienen derechos”. “Que les acerquen”. “Que se cumpla la ley” “Que se cumpla el reglamento penitenciario”, es un traje de camuflaje para la primera y parte principal del asunto. Y lo es en clave de legalidad y derechos humanos. Ahí es donde tocan la sensibilidad de la gente y esconden la primera parte del mensaje.

Y en ese juego del escondite nos hurtan las respuestas. Esto es ¿hay democracia para Euskal Herria? ¿Realmente existen o no presos por motivaciones políticas? ¿Seguro que no hay presos políticos en el Estado español en el Estado Francés? ¿Qué es eso de terroristas? Y Las víctimas exigen reparación y también es un debate interesante e importante en cualquier conflicto político, pero hoy no nos da para todo.

Y en su lugar camuflamos todas esas preguntas y necesarias respuestas con el mensaje que cierta opinión intimidada y asustada re-transmite y que sin querer entrar en cuitas habla precisamente de los derechos del que nos está ocupando, oprimiendo y explotando. Efectivamente muchos hablan de lo que exactamente pretende el enemigo que, entiendo, es de todos y todas.

Es decir, y en otro ámbito que se antoja lejano pero parecido, son de admirar los sentimientos solidarios hacia los refugiados de Oriente Medio que Occidente ha provocado para robarles el gas, el agua natural, el petróleo, los metales preciosos, el estratégico suelo geopolítico, etc. Y entendemos que estos sentimientos están inducidos pues aparecen, casualidad, después de los grandes desastres, invasiones y matanzas de Occidente hacia Asia, África y Oriente medio, por abreviar.

Y no son promovidos para pedir stop a la injerencia ante países libres, stop al saqueo de esos países, stop a los países que se anuncia van a invadir para sacarlos del mal, stop al imperialismo, etc. Primero hacemos la guerra, invadimos y luego sin culpables entre los invasores y promotores de tales matanzas, resolvemos que las consecuencias de “nuestras” acciones consentidas, son parte de todos y no de los poderes económicos reales de los Estados culpables de tales desastres.

Entonces ¿por qué en vez de hablar de los derechos humamos que al Estado español y francés le interesan no hablamos de las razones por las que existen presos políticos en general y vascos en concreto? ¿De que existe un conflicto político y por eso exactamente hay represaliados políticos?

Y decimos que, una cosa, son los derechos humanos inventados para el beneficio de quien reprime ocupa y explota y son glorificados con el mismo fin. Y, otra cosa, son los que muchos tenemos en cuenta que sí lo son, sí son derechos, pero de y para todos y todas. Y son derechos humanos y son derechos políticos. Como el derecho a la vivienda, a la educación, a todas las prestaciones médicas, al estudio, al ocio, a una cultura anti-patriarcal, a ser solidario, a ser rebelde ante la tiranía, derecho a la libertad, a no ser invadido y masacrado u obligado al desplazamiento geográfico, a la inmigración, al exilio…

Como los derechos del ser humano en su individualidad y en su colectividad. Derechos que abarcan su lengua, su etnia su posición geográfica, su desarrollo, su sexo, su creencia, su posición política, su derecho a disentir y a ser diferentes, su internacionalismo… Algo tan sencillo y obviado,  es camuflado o negado.

Todos esos derechos le corresponden a Euskal Herria, a su pueblo trabajador y a los presos políticos vascos. Y lo decimos así, sin más. Y con todo también. Y ahí, en esa vorágine calculada por unos y por otros, por el sistema que se defiende y por los que no le quieren enfrentar porque supone demasiado sufrimiento e incertidumbre para poder vivir bien, es ahí donde se produce mucha confusión.

Lo decimos claro, sentimos la amnistía, es lo que siempre hemos estimado como más acertado, solidario y acorde con nuestra lucha política y social. Es el único camino por el que la dignidad militante y el futuro de Euskal Herria no van a resultar dañados. Y ni siquiera entramos en las premisas que los Estados puedan pedir para acceder a la libertad de nuestros presos y presas políticas. Esas no están encima de la mesa política ni tampoco en la mesa de la dignidad.

Los presos vascos, son presos políticos. Son militantes políticos. Son paisanos que lo han dado todo por el futuro libre y socialista que muchos reivindicamos. Y tienen que estar en la calle para continuar con el proceso revolucionario que nos posibilite la Euskal Herria socialista que deseamos. Y todo esto no se puede reivindicar sin pasar por la amnistía.

No hay formula global para todos los presos políticos salvo la amnistía. A veces, las pocas, le saldrá bonita la elección individual a algún preso que otro, pero no hay boletos para el resto sin cumplir una normativa. Y la normativa y el grado y tiempo de su aplicación lo marcan los Estados español y francés. Y la lotería no toca a todos. Ni en sueños.

Y queremos hablar también de un tema que nos parece de primer orden y que se esconde queriendo o sin querer. Y hay que decir que habrá gente de buena voluntad reivindicando una u otra cosa en cuanto a derechos humanos del enemigo para nuestros presos políticos vascos. Ahora bien, cuando decimos que se cumpla la ley estamos diciendo al sistema que nos ocupa y nos oprime que nos aplique su ley hecha expresamente para asimilarlos, alienarnos o castigarnos si le resultamos incómodos, rebeldes de vez en cuando o resistentes para toda la vida.

Tenemos que saber que cuando decimos que se cumpla el reglamento penitenciario estamos exigiendo que los presos políticos vascos y otros estén en prisión bajo condiciones inhumanas. Encerrados en bloques de hormigón. Sin ver a nadie durante las 24 horas salvo a sus carceleros o a otro preso durante dos horas en un agujero inmundo, insonoro, desde el que se puede vislumbrar el cielo a cuadritos por los barrotes o redes metálicas que están sobre nuestras cabezas. Soledad y silencio. Amenazas y desprecio diario. Y castigos por seguir siendo persona, vasco o vasca y mantener una posición política revolucionaria.

La ley de los españoles y franceses, la ley de las burguesías vascas y españolas está hecha para castigar al revolucionario y resistente. Nada de todos esos reglamentos del Estado francés y español tiene visos de servir a ningún derecho o principio ético o democrático. Y si es conveniente que estés cerca de tu domicilio, es para que te lo ganes, para que cumplas las normas bajo las que te considerarán (o no) apto para tal o cual progresión positiva de tu situación carcelaria.

Es el chantaje que te exige cada día para que te comportes como el sistema haya considerado pertinente. Para que seas menos vasco/a cada día. Para que seas menos solidario con los compañeros que están  en peor situación que tú. Para que no seas un ejemplo de lucha para tus paisanos vascos y otros. Para que pienses exclusivamente en tu bienestar. Y esto es muy importante para las nuevas generaciones de luchadores vascos. Tanto si nuestros gudaris sucumben como si aguantan y les sacamos de sus garras. Es fundamental para seguir luchando por lo que más queremos, por nuestro pueblo trabajador vasco.

Los que se rindieron tomaron la peor de las decisiones. La de rendirse. Eso es para toda la vida y para enfocar y medir el resto de tus exigencias, reclamaciones o reivindicaciones. El que eso hace está atado de pies y manos para toda la vida en cuanto a planificar un esquema de lucha que pueda liberar social y nacionalmente a Euskal Herria. Repetimos que rendirse es una opción, pero es la peor de todas. Nos pueden ocupar pero eso no quiere decir que nos hayan vencido.

Y no queremos lo menos malo porque otra alternativa supuestamente sea inviable. Y no queremos lo posible porque nos aseguran que el resto es imposible de conseguir. Y no  queremos todo eso por una cuestión muy clara. Primero porque nosotros no vamos a limitar nuestros deseos. No vamos a permitir que en nuestras mentes se acomode una policía represiva que nos impida pensar y desear lo que queremos.

No le vamos a poner rejas a todas y todos los que vendrán detrás de nosotros. No seremos nosotros los que rompamos el proceso histórico de liberación que habrá de seguir también detrás de los que nos sigan. Así de clarito señores y señoras de la reforma y el bienestar personal, sea español, francés o vasco. Nosotros y nosotras no vamos a cargarnos la posibilidad de ser libres por decisión burocrática.

Actuaremos en base a lo que sintamos sea más saludable, equitativo, solidario, ético, justo y racional para el pueblo trabajador vasco. Y nos enfrentaremos a los que nos traen y traerán, de frente o de lado, la alienación, la filosofía de sálvese el que pueda, la insolidaridad, el servilismo camuflado, la democracia de la burguesía, el silencio ante la barbarie, la complicidad con el imperialismo, etc. La nada, en definitiva para la mayoría del mundo.

Y todos y todas sabemos que tenemos una alternativa. No es sencilla ni se puede comprar a plazos en el bazar más barato. Nuestra alternativa, la de tantos y tantas (también la de muchos y muchas que en estos momentos están agotados, desencantados, engañados, confusos…) es luchar. Sabemos que vamos a luchar siempre. Es como querer a nuestros seres más íntimos, a los que nos quieren, a los que se preocupan por nosotros. Y ampliamos esto al pueblo trabajador vasco y, a través del PTV, queremos a la clase obrera mundial y a todos los oprimidos de la tierra.

PD. Soy el cuarto vasco al que le prohíben hablar/comunicar por teléfono con Txikito, Iñaki Bilbao Goikoetxea, preso político vasco con 33 años y medio de cárcel a sus espaldas, y la razón de la suspensión es la acusación de que él y yo estamos preparando plantes en las cárceles.

Hasta ahora eran 5 cardiacos minutos hablando casi sin terminar las palabras para ganarle tiempo al tiempo. Cinco minutos que nos dejaban el día temblando. Y el verdadero motivo de esta prohibición es que Txikito ha mostrado su adhesión a la próxima manifestación del 24 de Junio en Bilbao con los lemas de inoiz ez makurturik, denon artean lortuko dugu, AMNISTIA OSOA. Esa es la razón llena de derechos humanos y políticos.

Dejad de pedir que se cumpla la ley española, francesa y sus vigentes reglamentos penitenciarios porque también a causa de ello están nuestros presos y presas políticas vascas como están. En concreto, cuando cumple 33 años y medio de aislamiento, palizas y huelgas de hambre, han vuelto a reclasificar a Txikito en el primer grado primera fase del reglamento penitenciario español. Acoso permanente para los que no pueden doblegar, odian y que temen se conviertan, junto a otros ejemplos de lucha, en modelos a seguir.

Cuando cualquiera de los pocos que tenemos el privilegio de comunicar con Txikito le preguntamos “¿Zelan? Responde con un tono de humildad que te para el corazón: Ni ondo. Nigatik lasai eta aurrera, borrokak askatuko gaitu eta!”

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo