Granujas a todo trapo

Patxi López, el traidor que quiere ser el jefe
Bianchi

Se postula Patxi López, exlehendakari vasco con los votos del PP y la ilegalización de la izquierda abertzale, para la Secretaría General del PsoE en lo que es, o viene a ser, a nuestro juicio, quizá apresurado, la puntilla a la (presunta) candidatura de Pedro Sánchez, un caso de homicidio político por parte de sus propios correligionarios que, si ya la Gestora actual lo asesinó una vez, ahora López lo asesina dos veces. Sólo queda por saber si Sánchez sabe que es un cadáver político o da brazadas y boqueadas de ahogado. Y también los movimientos (?), mejor dicho, los no-movimientos de un ente de desmedida ambición con lengua bífida como Susana Díaz. Otra cosa es que le salgan bien sus planes o el tiro por la culata en ese birdcage o jaula de grillos que es el PsoE.

Lo curioso es que López y Díaz, sin hacer nada, ahí están en el machito siguiendo la táctica berebere de Rajoy de ver pasar el cadáver de tu enemigo en tu zaguán cruzado de brazos -aparentemente, se entiende-. Sánchez, que se ha movido, aunque sea dando bandazos, ninguneado y al cuarto de los ratones sin postre. Casi nos caía bien Sánchez -lo que demuestra la fibra humana y acusada sensibilidad  de este blog-  al igual que Luis Bárcenas, «El Cabrón» cuando empezó a sacar sus famosos «papeles» empapuzando a todo quisqui de su partido sin hacer caso del «sé fuerte, Luis» de Mariano. Bueno, pues, hoy es «trending topic», que se dice destrozando una vez más el idioma de Cervantes, la declaración de Bárcenas en los juzgados.

Nos caía bien Don Luis -como nos cae bien Gestas, el ladrón crucificado a la diestra de Jesucristo, el otro era Dimas, el «bueno»– cuando esparcía el guano entre todos -reservándose lo suyo- y todos decían, sobre todo los tertulistos paniaguados y estómagos agradecidos, que cómo te vas a fiar de un caco como el extesorero del PP -a quien siguieron pagando su sueldo hasta ayer, como quien dice, y ya con todo el potongo a flote-, justo en el momento en que Bárcenas decía toda la verdad, menos la guita astronómica que decía ser suya y tener en Suiza a buen recaudo.

Le creíamos entonces, igual que es precisamente ahora, cuando declara en el juzgado, cuando miente y, por tanto, no le creemos, es ahora que miente previo acuerdo entre bastidores con los jerifaltes de su expartido para amañar el guisado. Es ahora cuando cumple el «sé fuerte, Luis»… y no enredes más, que ya te vale. Antes, cuando convenía decir que mentía, decía verdad, y ahora, cuando conviene decir que dice la verdad, miente. Sólo hay uno que mentía ayer y hoy y miente hasta a su médico: Trillo, pero a este prodigio hay que darle de comer aparte.

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