Estados Unidos suministró armas químicas a Saddam Hussein durante la Primera Guerra del Golfo

En 1988, durante los últimos días de la guerra de Irak contra Irán, gracias a imágenes obtenidas por satélite, Estados Unidos supo que Irán estaba a punto de ganar una importante ventaja estratégica al abrir una brecha en la defensa irakí.

Funcionarios de inteligencia estadounidenses transmitieron la posición de las tropas iraníes a Irak, conscientes de que el ejército de Saddam Hussein iba a atacar con armas químicas, incluyendo el gas sarín, un agente nervioso letal.

Los datos entregados al mando militar de Saddam Hussein incluían imágenes y planos de movimientos de las tropas iraníes, así como la ubicación de las instalaciones logísticas de sus fuerzas, así como planes detallados del emplazamiento de sus tropas antiaéreas.

Usando estos datos, las tropas irakíes utilizaron gas mostaza y sarín antes de lanzar cuatro importantes ofensivas a principios de 1988. Las ofensivas de las tropas de Saddam ayudaron a cambiar el curso de la guerra a favor de Irak y llevaron a Irán a la mesa de negociaciones.

La información procede de documentos confidenciales de la CIA que fueron obtenidos y publicados por la revista “Foreign Policy” (*), poniendo de relieve que entonces la CIA y el Pentágono no hicieron nada para detener el uso de gas nervioso contra Irán.

En junio de 1987 la aviación irakí también arrojó una sustancia tóxica, posiblemente gas mostaza, sobre la localidad iraní de Sardasht, que fue la primera del mundo en ser bombardeada con este tipo de gas.

Lo mismo ocurrió con la población civil kurda, que padeció el mismo tipo de ataques con gases tóxicos en la década de los ochenta.

Durante años Estados Unidos ha negado que conociera los planes de ataques químicos irakíes, insistiendo en que el gobierno de Saddam Hussein nunca les informó de que iba a utilizar ese tipo de armas.

No obstante, en declaraciones a la revista, el coronel retirado de la Fuerza Aérea Rick Francona, antiguo agregado militar en Bagdad durante aquellos años, admite que es falso: “Los irakíes nunca nos dijeron que tenían planes de usar gas nervioso. No necesitábamos que nos lo dijeran: ya lo sabíamos”.

Según los archivos de la CIA Estados Unidos tenía pruebas consistentes de ataques químicos irakíes a partir de 1983. Fue en ese mismo período cuando Irán denunció públicamente los ataques químicos contra sus tropas y recogía datos para presentarlos a la ONU. Pero faltaban pruebas y el gobierno de Estados Unidos ayudó a ocultarlas para proteger a Saddam Hussein, que entonces era un fiel aliado.

Trascurridos 30 años, esta semana, Irán ha exigido 245 millones de dólares a Estados Unidos para indeminizar a las víctimas de los ataques químicos en la guerra Irán-Irak.

Un tribunal iraní falló a favor de 18 víctimas y familiares de los muertos por los bombardeos químicos de la aviación de Saddam Hussein durante la guerra y considera probado que las armas químicas fueron suministradas por Estados Unidos.

La Primera Guerra del Golfo entre Irak e Irán se extendió de 1980 a 1988 y se cobró la vida de alrededor de 1,5 millones de personas en ambos bandos.

15 años después Estados Unidos justificó la invasión de Irak por la existencia de “armas de destrucción masiva” que jamás aparecieron.

Posteriormente acusó falsamente al gobierno de Siria del empleo de armamento químico con el mismo propósito de justificar otra agresión militar, esta vez contra Damasco.

(*) http://www.foreignpolicy.com/articles/2013/08/25/secret_cia_files_prove_america_helped_saddam_as_he_gassed_iran

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