Estados Unidos recicla a los yihadistas que han rescatado en Raqqa

McGurk y Al-Sabhan en Raqqa
El 16 de octubre el coordinador de la Casa Blanca para la Guerra de Siria, Brett McGurk, visitó la ciudad recién “liberada” de Raqqa, a la que antes la prensa calificaba como capital del Califato Islámico.

A pesar de que la comitiva no autorizó la toma de fotografías, los medios kurdos han publicado una en la que aparece con un sujeto que deja constancia de la naturaleza del viaje: Thamer Al-Sabhan, ministro saudí para los Asuntos del Golfo.

En 2015 Al-Sabhan fue nombrado primer embajador saudí en Bagdad después de la invasión de Kuwait por Saddam Hussein en 1990 y no hizo muchos amigos por sus continuos choques con las milicias chiítas, especialmente con las de Muqtada Al-Sadr, que estaban combatiendo a los yihadistas.

Es un provocador. En octubre del año pasado el gobierno irakí pidió a Riad que se lo llevaran. Entonces fue cuando le nombraron ministro. En alguna ocasión ha llamado a “eliminar al régimen bandido de Irán”, algo muy contraproducente en los momentos actuales.

A partir de aquí todas las especulaciones son posibles porque no han dicho nada de lo que han hecho con los yihadistas que estaban en Raqqa, de los que tenemos que suponer que eran los dirigentes de la organización. No los han detenido, por lo que seguirán en libertad o los habrán puesto a buen recaudo. Algunas fuentes aseguran que siguen al frente de los órganos de ocupación de la ciudad con otro nombre, e incluso que se han incorporado a las FDS.

El compadreo entre McGurk y Al-Sabhan en Raqqa no indica nada bueno. Al ser sorprendidos, las declaraciones oficiales justifican la visita conjunta por las necesidades económicas de reconstrucción de la ciudad, lo cual es falso porque Estados Unidos ya dejó claro que no va a participar en ellas, ni va a soltar un dólar mientras Bashar Al-Assad siga al frente del gobierno.

Como poco, la visita fortalece la posición del consejo municipal al que Estados Unidos ha cedido el gobierno, mientras en Damasco afirman -con razón- que Raqqa aún no ha sido liberada. La presencia de Al-Sabhan en ella es la mejor prueba que le podían servir. En definitiva en las escuelas de la ciudad el Califato Islámico adoctrinaba a los niños con manuales wahabitas impresos en Riad. Una parte de los dirigentes yihadistas que estaban en Raqqa eran de nacionalidad saudí. El dinero también era saudí, y las armas…

Las tropas sirias que combates en Deirr Ezzor aseguran que mientras unos yihadistas tratan de camuflarse entre la población, otros se desplazan hacia el norte del río Éufrates para entregarse a las FDS.

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