20.000 neonazis se vuelven a manifestar en Kiev con la bendición del gobierno ucraniano

Ha sido la manifestación nazi más importante en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la demostración de que Kiev se ha convertido en su refugio más importante.

El fin de semana pasado 20.000 neonazis procedentes de todos los rincones desfilaron por las calles de la capital ucraniana, cuyo gobierno suspira por entrar en la Unión Europea y la OTAN, mientras saca las svásticas a pasear.

La prensa ha vuelto a cumplir su papel de camuflaje, como si nada de este estuviera ocurriendo ahora mismo en la Europa de las libertades. Ni BBC, ni New York Times, ni Le Monde, ni CNN, ni The Guardian. La conclusión es siempre la misma: lo que no aparece en las noticias, no existe. Es una manera como cualquier otra de lavar la cara al fascismo y a Ucrania.

Los nazis ucranianos homenajeaban a su padre fundador, Stepan Bandera, un personaje histórico que a comienzos de la guerra se puso al servicio del III Reich para combatir a la Unión Soviética.

Los nazis ucranianos, que alardean de “nacionalismo” frente a Rusia, se ponen también hoy al servicio del imperialismo estadounidense en señal de agradecimiento por el golpe de Estado de 2014 que les abrió las puertas. Favor con favor se paga.

Ucrania es carne de cañón en la guerra que la OTAN mantiene en el este de Europa contra Rusia y sus cachorros nazis son la carne de la carne. Lo mismo que en el Báltico, en Ucrania el fascismo se aletargó mientras la Unión Soviética se sostuvo en pie. Lo que les sacó de su estado de hibernación fue la “democracia”, tanto la de 1991 como la de 2014.

Pero el primer error es suponer que se trata de algo local, enquistado en Ucrania. No. En Kiev estuvieron mesnadas procedentes de toda Europa, que han aprovechado el apoyo del gobierno para coordinarse e intercambiar planes. Sólo esperan las órdenes que tienen que llegar del Cuartel General de la OTAN en Bruselas.

A través del ejército ucraniano, del que forman parte, la OTAN adiestra a los neonazis en tácticas militares terroristas y de sabotaje, que ya se han puesto en práctica en Crimea. A medida que las agresiones contra Rusia se intensifiquen, el apoyo a los nazis se intensificará también en la misma medida.

En Ucrania los nazis no sólo forman partidos de esos que disfrazan como de “ultraderecha” sino que forman parte de otros partidos, del gobierno, del ejército, de la policía, del parlamento, de las instituciones locales, de las escuelas y universidades, de las televisiones… Están infiltrados por todas partes.

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