El subjetivismo sectario (texto de JM Álvarez sobre Sánchez Casas)


Ayer tomé de Facebook la imagen que acompaña esta entrada porque me hizo recordar algo que les cuento a renglón seguido.



 Si hubo alguien que dio lecciones de antisectarismo, ese fue José María Sánchez Casas. «Pese» a su historial y ya en libertad, era reconocido por la calle por unos y otros. Prácticamente la mayoría de la gente lo saludaba con afectividad simulada o real. No se nos escapaba el hecho de que en muchos casos, detrás del saludo se ocultaba el localismo del «ese es de aquí y le echó cojones a la cosa»

A todos correspondía con amabilidad, mientras “por lo bajini” manifestaba su sorpresa porque este o aquel le mostraran semejante cariño. En el poco tiempo que le quedó de vida desde que cumpliera condena y no le debiera al régimen ni un tantito así, José María entabló relaciones con personas de varias tendencias y formas de ver la vida. Es obvio que primaron en él la honestidad de aquellas, independientemente de otras consideraciones sin que ello significara que abandonara un ápice sus principios.

Iba a todos los lugares que se encartaran, participó en dos o tres programas de una televisora local donde algunos “súper” no habrían puesto un pie en su vida, pero él utilizaba las tertulias para difundir sus ideas, incluso fue galardonado con el primer premio de carteles del Carnaval porque otra persona (ni por asomo revolucionaria)  se presentó en su nombre y en el acto oficial declaró la auténtica autoría del cartel  diciendo «esto no lo he hecho yo, sino mi amigo José María Sánchez Casas» quien, sonriendo, salió de entre el público asistente y recogió el galardón en medio del desconcierto, la ofuscación y humillación de la corporación municipal, plena de franquistas.

Siempre primó en él el principio comunista de no creerse por encima de nadie (error gravísimo de quien lo cometa), de no ir por ahí dando lecciones de superioridad ideológica. Escuchaba a la gente sencilla, popular, tenía paciencia, dialogaba sobre los problemas cotidianos que nos afectan por igual a todos, no espantaba a nadie, trataba de sumar y organizar que el resto vendría después, en definitiva: no era un sectario. 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo