El Pentágono en la guerra de la información digital

El Pentágono creó Google para dominar la guerra de la información en el mundo (3)

El Highlands Forum ha servido como una influencia de doble vía: por una parte, para que la red en la sombra de contratistas privados pueda influenciar la formulación de la política de las operaciones en la inteligencia militar estadounidense; por otra, para que el Pentágono pueda influir sobre lo que sucede en el sector privado. No hay más clara evidencia de esto que el papel auténticamente instrumental del Forum en la incubación de la idea de la vigilancia masiva como mecanismo para dominar la información a escala mundial.

En 1989 Richard O’Neill, entonces un experto en criptología de la Marina, escribió un informe para el US Naval War College, “Hacia una metodología para la gestión de la percepción”. En su libro “Future Wars”, el coronel John Alexander, entonces un funcionario en el US Army’s Intelligence and Security Command (INSCOM), registra que el informe de O’Neill señala por vez primera una estrategia para “gestión de la percepción” como parte de la guerra de información (Information Warfare, o I.W.). O’Neill proponía una estrategia que identificaba tres tipos de objetivos: adversarios, para “que perciban que son vulnerables”; potenciales aliados, “que perciban que la causa de la guerra es justa”, y finalmente, la población civil y los dirigentes políticos, “que perciban que el coste merece el esfuerzo”. Un informe secreto basado en el trabajo de O’Neill llegó a la máxima dirección del Departamento de Defensa. Reconocieron que O’Neill tenía razón y le indicaron que enterrara el proyecto.

Pero el Departamento de Defensa no lo enterró. Alrededor de 1994, el Highlands Group fue fundado por O’Neill como un proyecto oficial del Pentágono a instancias del entonces secretario de Defensa de Bill Clinton, William Petty, quien se unió al cuadro de directores de SAIC tras jubilarse como funcionario en 2003.

En palabras de O’Neill, el grupo funcionaría como un “laboratorio de ideas” del Pentágono. Según “Government Executive”, expertos en tecnología militar y de la información se reunieron en el primer encuentro del Forum “para evaluar los impactos de la tecnología de la información y de la mundialización en Estados Unidos y en la guerra de la información. ¿Cómo cambiarían el mundo internet y otras tecnologías?” Ese encuentro ayudó a plantar la idea de la “guerra informativa centrada en redes” en las mentes de los “principales pensadores militares de la nación”.

Excluyendo al público

Los registros oficiales del Pentágono indican que la meta principal del Highlands Forum era el apoyo a las políticas del Departamento de Defensa en la especialidad de O’Neill: la guerra de información. Según el informe “Annual Report to the President and the Congress” y bajo una sección titulada “Information Operations”, la Oficina del Secretario de Defensa autorizó el “establecimiento del Highlands Group, de expertos claves en el Departamento de Defensa, la industria y la academia”, a fin de coordinar las operaciones de información en las agencias federales de inteligencia.

Al año siguiente, el informe anual del Departamento de Defensa reiteró el papel clave del Forum en las Operaciones de Información: “Para examinar las cuestiones sobre O.I. (Operaciones de Información) el Departamento patrocina el Highlands Forum, que une gobierno, industria y profesionales académicos de varios campos”.

Hay que notar que en 1998 el Highlands Group se convierte en el “Forum”. Según O’Neill se quiso evitar el sometimiento de los foros a “restricciones burocráticas”. Aludía a lo que era la ley “Federal Advisory Committee Act” (FACA), que regula la forma que el gobierno de Estados Unidos puede formalmente solicitar el asesoramiento sobre intereses especiales. Conocida como la ley sobre “apertura gubernamental”, la FACA impide que los funcionarios gubernamentales mantengan consultas secretas o a puerta cerrada con personas ajenas al gobierno, para llevar a cabo sus políticas. Toda consulta debe tener lugar a través de comités de asesoramiento federales que permitan el control público. La FACA requiere que los encuentros sean públicos, anunciados a través del Registro Federal y que los grupos de asesoramiento estén registrados en la Administración General de Servicios, entre otros requisitos destinados a mantener el control del interés público.

Pero “Government Executive” informaba de que “O’Neill y otros creían” que tales regulaciones “sofocarían el libre flujo de ideas y las discusiones sin tapujos que deseaban”. Los abogados del Pentágono creían que la palabra “group” acarrearía ciertas obligaciones y aconsejaron llevar todo el tema en privado: ”Por lo que O’Neill lo renombró como Highlands Forum, y entró en el sector privado para gestionarlo como consultor del Pentágono”. El Highlands Forum funciona así bajo el manto de la empresa de capital-riesgo intelectual de O’Neill: “Highlands Group Inc.”

En 1995, un año después de que William Perry nombrara a O’Neill para encabezar el Highlands Forum, SAIC, la organización “socia” del Forum, lanzó un nuevo Center for Information Strategy and Policy, bajo la dirección de Jeffrey Cooper, miembro del Highlands Group que asesora a altos funcionarios del Departamento de Defensa sobre cuestiones bélicas.

El Center tenía exactamente el mismo objetivo que el Forum, funcionar como “centro informativo para unir las mejores y más brillantes mentes en guerra de información, patrocinando una continua serie de seminarios, informes y symposiums para explorar a fondo las implicaciones de la guerra de información”. El propósito era “permitir a dirigentes y ejecutivos del gobierno, la industria y la academia tratar temas claves en torno a la información, para asegurar que Estados Unidos mantuviera su ventaja sobre todos y cada uno de sus posibles enemigos”. Pese a las regulaciones de la ley FACA, los comités federales de asesoramiento están ya profundamente influenciados, si no son rehenes, de los poderes empresariales. Bordeando la FACA, el Pentágono se libró incluso de las ligeras restricciones de la FACA, excluyendo de forma permanente la posibilidad de conocimiento público.

Es hipócrita la alegación de O’Neill de que no hay informes ni recomendaciones. Según él mismo admite, las consultas secretas del Pentágono con la industria que han tenido lugar a través del Highlands Forum desde 1994 han estado acompañadas por presentaciones periódicas de informes académicos y políticos, grabaciones y notas de reuniones, y otras formas de documentación reservada accesible solo a los delegados del Forum. Esto viola el espíritu, sino la letra, de la FACA, de una forma patente pensada para escapar al control democrático y a la ley.

El Highlands Forum no necesita producir recomendaciones consensuales. Su propósito es proporcionar al Pentágono una red de mecanismos escondidos para cimentar relaciones estables con el poder empresarial, identificando el nuevo talento, que puede ser empleado para perfeccionar las estrategias de la guerra de la información bajo un absoluto secreto.

El número total de participantes en el Highlands Forum es alrededor de un millar, pese a que la mayoría de las sesiones consisten en reuniones en pequeños seminarios con un máximo de entre 25 y 30 personas, uniendo a expertos y funcionarios relacionados con el asunto. Los delegados incluyen a alto personal de SAIC y Booz Allen Hamilton, RAND Corp., Cisco, Human Genoma Sciencies, eBay, PayPal, IBM, Google, Microsoft, AT&T, the BBC, Disney, General Electric, Enron, entre otros muchos; miembros demócratas y republicanos del Congreso y el Senado; altos ejecutivos de la industria energética de Estados Unidos, como por ejemplo Daniel Yergin, de la IHS Cambridge Energy Research Associates, y personajes clave relacionados con las campañas presidenciales.

Otros participantes son altos profesionales de los medios de comunicación: David Ignatius, editor asociado del “Washington Post” y editor ejecutivo del “International Herald Tribune”; Thomas Friedman, veterano columnista del “New York Times”, y Arnaud de Borchgrave, editor del “Washington Times” y United Press International; Steven Levy, ex editor de “Newsweek”, antiguo escritor en “Wired” y jefe técnico editor en “Medium”, actualmente; Lawrence Wright, periodista en “New Yorker”; Noah Shachtmann, editor ejecutivo en “Daily Beast”; Rebecca McKinnon, cofundadora de “mundial Voices Online”; Nick Gowing, de la BBC y John Markoff, del “New York Times”.

Debido a su actual patrocinio por la Oficina de la subsecretaria de Defensa para Inteligencia, el Forum tiene acceso directo a los dirigentes de las principales agencias de vigilancia y supervisión de Estados Unidos, así como a los directores y sus asistentes de las agencias de investigación del Departamento de Defensa, desde la DARPA hasta la ONA. Esto significa que el Forum está hondamente introducido en los destacamentos del Pentágono dedicados a la investigación.

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