El origen de la Guerra de Corea

En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, las tropas soviéticas entraron en Corea un mes antes de la llegada de las norteamericanas. Estados Unidos propuso la división de la península por el paralelo 38. Se trataba de supervisar la rendición de las fuerzas japonesas, con Estados Unidos y la Unión Soviética facilitando conjuntamente la descolonización de Corea a través de esa frontera provisional.

La selección del paralelo 38 no fue arbitraria, como explicó Dean Rusk, futuro Secretario de Estado de Estados Unidos, en un memorando de 1950, redactado 17 días después del comienzo de la guerra: eligieron el paralelo 38 para facilitar el control estadounidense de la mayor parte posible del territorio coreano. Si no ocuparon militarmente toda la península fue porque el ejército carecía de capacidad para ello.

La ocupación militar de Corea, que duró casi cuatro años, comenzó oficialmente el 8 de septiembre de 1945, cuando el general John R. Hodge llegó a la península. Hodge era un anticomunista de manual que despreciaba profundamente a los coreanos. Consideraba a la península como una zona enemiga y estableció un régimen militar despótico y represivo.

Para los coreanos, Hodge y el gobierno militar de Estados Unidos en Corea (USAMGIK) no eran mas que un reemplazo del odiado gobierno japonés.

Dos días antes de la llegada de Hodge, cientos de independentistas coreanos que habían luchado contra el colonialismo japonés fundaron la República Popular de Corea. Kim Il-sung y Syngman Rhee, que se convirtieron respectivamente en los dirigentes de la recién dividida Corea del Norte y del Sur, estaban entre los 55 candidatos elegidos para formar el nuevo gobierno.

El partido progresista KPR llamó a emprender “una segunda liberación”. El mismo día en que Hodge llegó a Corea, el periódico del KPR pidió una revolución social que incluyera la emancipación total de la mujer, una jornada laboral de ocho horas y un salario mínimo, la redistribución de la tierra, las industrias y los bancos, el control de los alquileres, la libertad de expresión, reunión y religión, y el fin del analfabetismo. También prometió cooperar con Estados Unidos, la URSS y otras potencias.

En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, con el Japón de rodillas, los coreanos crearon comités populares de base por todo el país. En diciembre de 1945, más de 2.500 personas actuaban como gobiernos de facto en aldeas, distritos, condados, ciudades y provincias. También se crearon más de 1.000 nuevos sindicatos. En noviembre de 1945 se formó el Consejo Nacional de Sindicatos Coreanos, que representaba a más de medio millón de trabajadores al sur del paralelo 38.

El USAMGIK se negó a colaborar con los comités populares del KPR y reclutó a empresarios y terratenientes reaccionarios, muchos de los cuales habían colaborado con los japoneses. Hodge y el USAMGIK se rodearon de una diversa gama de expatriados, colaboracionistas, fascistas y asesinos profesionales.

El 12 de diciembre, apenas tres meses después de su llegada a Corea, Hodge prohibió el KPR y los Comités Populares. Los declaró “enemigos públicos” y detuvo a sus dos dirigentes. Cuatro días antes, había prohibido las huelgas y el 18 de diciembre creó una nueva fuerza policial en la que más del 80 por ciento de sus efectivos eran antiguos colaboracionistas.

Bajo la protección de USAMGIK, Syngman Rhee, elegido por Estados Unidos para convertirse en el dirigente permanente de la nueva Corea del Sur, utilizó la nueva policía para aplastar a los progresistas. Las detenciones arbitrarias, la extorsión, la tortura y la represión de manifestaciones políticas se convirtieron en algo habitual.

En respuesta a las acciones represivas de USAMGIK y Rhee, medio millón de coreanos se manifestaron en las calles de Seúl el 1 de marzo de 1946. Siete meses más tarde, los coreanos se levantaron contra la ocupación militar estadounidense y la revuelta comenzó con una huelga general de los trabajadores ferroviarios en Busan. La huelga se extendió rápidamente a Daegu y otras regiones.

Fue una revolución a gran escala, en la que participaron millones de personas. Los militares estadounidenses declararon la ley marcial y abrieron fuego contra los manifestantes, matando a más de 1.000 de ellos (algunos dicen que hubo 7.000 muertos) e hiriendo a más de 20.000 personas. Después, entre 20.000 y 30.000 personas fueron detenidas y encarceladas.

Estados Unidos facilitó la elección de Rhee en mayo de 1948 y la ONU aprobó el resultado electoral, a pesar de que la península seguía dividida y de que se habrfían producido numerosas manipulaciones. Un mes antes de las elecciones, los coreanos organizaron manifestaciones masivas en la isla de Jeju para demostrar su oposición, atacando los colegios electorales y comisarías de policía. Rhee y el USAMGIK enviaron tropas a la isla para sofocar brutalmente el levantamiento, matando a más de 30.000 personas.

En octubre de 1949, horrorizados por la masacre de Jeju, casi 2.000 soldados progresistas -junto con estudiantes y trabajadores- en la provincia sureña de Jeolla, también se levantaron contra Rhee y el USAMGIK. Apoyado por tropas americanas, Rhee declaró la ley marcial y aplastó la rebelión.

Estados Unidos puso fin oficialmente a la ocupación militar en junio de 1949, cuando su candidato se había asentado en el poder. Un año más tarde, sin embargo, estalló el primer conflicto armado de la Guerra Fría cuando Kim Il-sung lanzó una ofensiva para unir a las dos Coreas.

Estados Unidos respondió con lanzando más napalm y bombas sobre ciudades al norte del paralelo 38 que durante toda la campaña del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. La guerra, que afectó a todas las familias coreanas en el norte y el sur, finalmente llegó a un callejón sin salida, con millones de muertos.

Aunque se firmó un armisticio en 1953, nunca hubo un tratado de paz. Así que la guerra nunca terminó oficialmente. 68 años después, Estados Unidos sigue amenazando a Corea del Norte con la aniquilación.

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