El ejército ruso recurre a la ‘magia negra’ para derribar a los drones ucranianos

Hace unos días The Economist destacaba en un artículo que el ejército ruso hacía “magia negra” en los frentes de Ucrania. Había aparecido un arma nueva de microondas que derribaba los drones ucranianos a varios kilómetros de distancia.

Algunos dijeron que se trataba del sistema Ranets-E, que Rusia había exhibido hace tiempo en ferias militares, pero que desde entonces ha desaparecido de los escenarios. El gobierno de Kiev se lamentó amargamente.

Ranets-E es un potente generador de microondas sobre ruedas diseñado para la destrucción sin contacto de aeronaves enemigas. La estación de instalación es capaz de detectar equipos enemigos, apuntar y guiar automáticamente al objetivo, destruyendo sus entrañas electrónicas con potentes radiaciones de microondas.

La fuentes ucranianas dicen que “parece que los drones arden”. El ejército ruso utiliza la radiación electromagnética de Ranets-E para derribar los drones a una distancia de 6 a 7 kilómetros.

“Los rusos […] están haciendo magia negra en defensa electromagnética. Pueden interferir las señales, afectar al GPS, enviar drones a la altura equivocada, sólo para derribarlos del cielo”, afirma The Economist.

Rosoboronexport, la empresa pública rusa de ventas militares internacionales, presentó Ranets-E en Malasia en 2001 en la exposición comercial LIMA.

Las nuevas armas de radiofrecuencia no sólo inutilizan los sistemas de puntería de las armas de alta precisión, sino también sus circuitos eléctricos mediante la generación de ciertos niveles de radiación electromagnética.

Ranets-E consta de un sistema de antenas, un generador de energía de alta capacidad, equipos de control y medición y un subsistema de suministro de energía.

Su capacidad de salida supera los 500 megavatios. Funciona en una cierta gama de frecuencias de ondas y produce impulsos de 10 a 20 nanosegundos.

El cañón es capaz de incapacitar las armas de alta precisión del enemigo en un radio de 10 kilómetros y garantizar la defensa total en un sector de 60 grados de ángulo.

Rusia se ha lanzado a fabricar una generación de armas de última tecnología. No obstante, en los medios rusos aparecen quejas constantes sobre la burocracia en el ejército. El nuevo material de guerra se demora demasiado en llegar a las tropas.

Para acelerar el envío de nuevas armas a las tropas se ha creado un Centro de Apoyo a la Innovación en Defensa en la Duma, que cuenta con la participación de RVvoenkor.

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