El documento de identidad digital entra en su fase de implantación a escala europea. Después de que la Comisión revelara la arquitectura técnica que dará soporte a los distintos proyectos piloto, y de que se eligieran a las empresas que los van a elaborar, el documento digital está ahora en manos de las instituciones europeas, y podría entrar en vigor sin necesidad de votación parlamentaria.
La ley sobre el documento digital de identidad entra esta primavera en la fase de negociaciones institucionales entre el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo. Inicialmente previsto para ser sometido a votación plenaria de los eurodiputados este mes, el paquete legislativo sobre las posibilidades que permitirá el próximo documento digital europeo podría saltarse esta fase y negociarse al más alto nivel de las instituciones europeas sin contar con la opinión de los eurodiputados.
De acuerdo con el Reglamento del Parlamento Europeo (artículo 71.1), la comisión parlamentaria encargada del expediente de identidad digital (en este caso, la comisión ITRE, responsable de asuntos industriales) votó por mayoría de sus miembros una autorización para llevar la ley directamente a la mesa de negociación, sin debate y sin votación de los eurodiputados.
De este modo, la ley europea del documento de identidad digital continuará su periplo legislativo entre la Comisión Europea (gobierno ejecutivo) y el Consejo Europeo (representación de los Estados miembros), y se saltará el debate parlamentario.
El documento incluye el historial médico
El documento de identidad digital lleva más de año y medio entre los planes de la Unión Europea. En junio de 2021 se modificó el Reglamento sobre Derechos Digitales (Reglamento eIDAS) para incluir el marco jurídico del futuro documento digital.
Desde entonces se han producido dos grandes piruetas. En primer lugar, el típico equipo oscuro de expertos de la Comisión Europea ideó la arquitectura de referencia que dará soporte a los documentos digitales y los hará interoperables. Después, dos empresas (Potential y Nobid) fueron elegidas por la Comisión para construir los primeros pilotos.
El documento digital, una aplicación anclada en el teléfono móvil sobre una nueva generación de tarjetas SIM, contendrá los datos civiles y biométricos (huella dactilar, foto, etc.), permitirá alojar el expediente médico y recibir recetas electrónicas de fármacos, dará acceso a la cuenta bancaria y a servicios gubernamentales (impuestos, prestaciones sociales), contendrá el permiso de conducir y potencialmente todos los documentos y certificados importantes (diplomas, certificados de seguro). Por último, deberá poder servir de terminal de pago, a través de la conectividad NFC de los teléfonos móviles, y será compatible con el próximo euro digital.
Esta tecnología es una herramienta de control político. Otorga a los Estados un conocimiento exhaustivo del comportamiento cotidiano de sus ciudadanos. Las empresas que están coconstruyendo los primeros proyectos piloto (Thales, Idemia), están en la vanguardia de las tecnologías de vigilancia y control policial.
Los documentos dotarán a los ciudadanos europeos de un identificador único que será rastreable por los gobiernos europeos y las empresas que los van a elaborar. Las personas quedan equiparadas al ganado y a sus propias mascotas domésticas.
Y los borreguetes europeos se lo tratarán todo, bien masticado to, como buenos «ciudadanos» que son. Esto está completamente perdido. Africanos, asiáticos y latinoamericanos, vosotros que tenéis un poco de juicio todavía seguid resistiendo y no perdáis la esperanza… en la lucha.