“Te jodes, te voy a multar para que empieces bien el día de trabajo”, “no vamos a parar hasta echaros de aquí” o comentarios tránsfobos llenan las calles del polígono Marconi de Villaverde, donde muchas mujeres son prostituidas. Las asociaciones de prostitución aseguran que muchas de ellas, la mayoría identificadas como víctimas potenciales de trata, “sienten miedo, se encuentran desprotegidas y temen represalias” ante estos hechos.
Los abusos policiales que declaran las mujeres se producen desde 2013, pero aseguran que se han incrementado este último año, a raíz de la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Ciudadana.
Las organizaciones que operan en las calles del polígono ofreciendo asistencia sanitaria y servicios sociales a las mujeres aseguran que las prostitutas no pueden confiar en el Comisario y ni en su colega María debido al trato vejatorio que emplean con ellas.
Las mujeres afirman sentirse desprotegidas ante las instituciones. No disponen de pruebas que demuestren que El Comisario comete estos tratos vejatorios, humillaciones, insultos y amenazas hacia las mujeres del polígono para presentar una denuncia formal: “Intentar grabar las actuaciones del inspector es peligroso, cuando nos ve con el teléfono nos dice que o colguemos, o nos detiene”, afirman las mujeres.
“El Comisario nos multa sin darnos explicaciones, tras entregar sin oponer resistencia nuestro DNI, y nos devuelve la documentación tirándola al suelo”, afirman varias mujeres de Villaverde. También han recibido amenazas por parte del inspector jefe como “la próxima vez os llevo presas” o incluso “os voy a pegar dos hostias”.
Una de las mujeres asegura que, mientras se encontraba haciendo cola en la comisaría de Aluche para renovar sus papeles, el inspector jefe se acercó a ella y le dijo alzando el tono: “Ya sé de qué te conozco, de trabajar de prostituta en el polígono. Luego iré a multarte a ti y a tus amigas”.
Las multas sin explicaciones son constantes. Una de las víctimas de estos tratos vejatorios por parte del llamado El Comisario asegura que le advirtió que “con tanta multa” no ganaría nada de dinero para comer, y él le respondió: “Estás muy gorda, no necesitas comer tanto”.
Los comentarios racistas y tránsfobos forman parte de su rutina: “Vete a zorrear a tu país”, “a limpiar escaleras”, “ojalá volvieran los tiempos de Franco para quitar a esta gente de aquí” o incidir en si las mujeres transexuales del polígono están operadas o no.
Diversas organizaciones dedicadas a proporcionar servicios sociales a las mujeres prostituidas (Médicos del Mundo, Hetaira y Mujeres en Zona de Conflicto, entre otras) han pedido que “se demuestre que estamos en un Estado de Derecho”.