A causa de su derrota en la Segunda Guerra Mundial, Alemania no tiene armamento nuclear y siempre ha dependido de la tutela de Estado Unidos. Ahora, con la retirada de Trump del Continente, el futuro canciller alemán, Friedrich Merz, ha pedido la extensión del “paraguas nuclear” a Francia y Reino Unido. Pero, al mismo tiempo, Berlín quiere preservar el “paraguas” estadounidense, quizá porque no se fía de las garantías francesas y británicas (*).
Anteriormente, Macron se había ofrecido generosamente a extender su “paraguas” a los países de la Unión Europea que no tienen armas nucleares. Tampoco es consecuencia de la Guerra de Ucrania sino de replanteamiento estratégico sobre la guerra nuclear. Macron ya se lo ofreció en 2020.
El ministro lituano de Asuntos Exteriores, Kostutis Budrys, apoyó la oferta francesa, pero se negó a intercambiarla por la de la OTAN. Absurdamente, es de los que creen que se va a mojar menos con dos paraguas que con uno.
Es una de las muestras de que al hablar de las armas nucleares todos los absurdos son posibles, prestándose a muchas manipulaciones porque de lo que ha hablado Macron no es de un “escudo” contra la llegada de ojivas nucleares procedentes del exterior, de Rusia, sino de amenazar con las armas nucleares, que es algo bien distinto.
En Europa las armas nucleares reproducen y multiplican los problemas derivados de la “jaula de grillos”. Si nunca ha sido posible una “defensa europea”, mucho menos va serlo en el armamento nuclear, que requiere un mando aún más centralizado. Cualquiera no puede disparar las armas nucleares de un tercero.
Más en concreto, Francia no puede asumir el riesgo de padecer represalias nucleares para defender a sus “socios” alemanes, sobre todo cuando no sabe quiénes van a ser porque la dirección política alemana puede cambiar de unos comicios para otros.
Lo mismo ocurre con los alemanes. Quizá ahora piensen que Macron es un tipo fiable, pero no tienen las mismas garantías con otro inquilino que pueda haber en el futuro en el Elíseo.
Si estamos hablando de Rusia, hay que recordar a los europeos que tiene unas 5.000 ojivas, mientras que Francia tiene menos de 300. El territorio francés está mucho más expuesto que el ruso porque es mucho más reducido. Rusia podría arrasar varias veces el suelo francés en cualquier intercambio nuclear, mientras que Francia no puede estar segura de lo contrario.
(*) https://www.deutschlandfunk.de/cdu-chef-friedrich-merz-nach-erfolgreichen-sondierungsgespraechen-mit-der-spd-100.html