Año sangriento: las muertes en el trabajo se disparan y las estadísticas oficiales están falseadas

El Ministerio de Trabajo ha difundido una estadística maquillada de la mortalidad en el trabajo que vendría a establecer un «descenso» de fallecimientos respecto al año 2022. El ejercicio pasado, se reconocía que casi 3 personas por día morían en su puesto o camino de él, y este año, la cifra habría bajado a casi 2 diarios, pero el descenso tiene truco.

Según la estadística de accidentes de trabajo publicada esta semana por el Ministerio de Trabajo, del total de fallecimientos, 277 se produjeron durante la jornada de trabajo, 43 menos, y 60 ocurrieron en desplazamientos al trabajo, los denominados in itinere, 14 menos.

La mayor parte de los accidentes mortales se producen por infartos y derrames cerebrales (126), accidentes de tráfico (42), caídas y colisiones contra objetos en movimiento (37). También se han computado atrapamientos y amputaciones y un único fallecimiento por calor o insolación en ese periodo.

No obstante, hay que advertir que la estadística de siniestralidad está limitada por la acción de las mutuas de accidentes laborales y también por la propia Seguridad Social (INSS), ya que ambos actores ejercen de filtro para el reconocimiento del origen laboral de una dolencia, y en particular aquellas que provoquen el fallecimiento de la persona trabajadora, datos que no han sido recogidos por el Ministerio de Trabajo.

Por ejemplo, uno de los problemas a los que se enfrenta esta estadística es que las enfermedades de origen laboral, y en especial aquellas con resultado de muerte, es que no tienen registro.

Las estadísticas oficiales registran sólo una parte de las enfermedades derivadas del trabajo, y en esto tienen un papel primordial las mutuas, que no tienen interés en comunicar una enfermedad laboral, y la política de austeridad que rige en el INSS, que deniega por sistema las incapacidades.

Un patrón de error de estos datos lo refleja también el Análisis de las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en España en 2022 publicado en febrero de este año por Comisiones Obreras, dónde por ejemplo se reconoce la existencia de más de 11.000 casos de cáncer de origen laboral que no tienen reflejo en registro alguno, y de los cuáles la Seguridad Social sólo reconoce 20 en el año 2022.

Otra circunstancia que evidencia el falseamiento de los datos es el caso de la salud mental y las bajas psicológicas derivadas del puesto de trabajo. En el año 2022 tan sólo se han comunicado 113 partes por desordenes mentales, lo que unido al hecho de que el cuadro de enfermedades profesionales no se incluye ninguna patología relacionada con los riesgos psicosociales del puesto de trabajo indica que, en la práctica, los daños a la salud mental no se registran como contingencia profesional en España, a pesar de que las bajas y el recetado de ansiolíticos asociado a problemas laborales se ha multiplicado por 1000 en España.

La Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo que publica periódicamente el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) muestra la tendencia regresiva y evidencia cómo han empeorado prácticamente todos los indicadores de salud en los puestos de trabajo, por lo que las muertes asociadas a los mismos son todavía mayores que la estadística publicada, y esto sin contar con el empleo no registrado, silenciado oficialmente.

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