80 años del palacio subterráneo de Moscú

El 15 de mayo se cumplieron 80 años de la puesta en marcha de la primera línea del metro de Moscú. El aniversario se celebró con un desfile de trenes y la inauguración de una exposición de vagones antiguos.

Cuando se inauguró en 1935, el metro de Moscú era un paraíso subterráneo en el corazón de la Unión Soviética. No era sólo un servicio público de calidad para los trabajadores. No era sólo una obra gigantesca de ingeniería. Tampoco era sólo una obra de arte de la arquitectura de todos los tiempos. Es mucho más que todo eso. Sus estaciones son todas diferentes, decoradas con gran lujo, suntuosidad y, además, con impresionantes obras para disfrutar. En su decoración se utilizaron artefactos de iluminación, mosaicos, estucos, mármoles, molduras, cristales y esculturas rescatadas de antiguos palacios demolidos o reciclados, para que los obreros pudieran disfrutar de la belleza.

80 años después el metro es el primero del mundo por densidad de tráfico. En 2011 transportó a 2.400 millones de pasajeros, tiene  casi 200 estaciones y una longitud de tendido subterráneo de 327,5 kilómetros con 12 líneas.

También es conocido como el Palacio Subterráneo: 44 de sus estaciones están reconocidas como obras monumentales de la arquitectura mundial. El metro soviético se diseñó para sacar la cultura a la calle, a la vida cotidiana de las masas. Las estaciones y vagones son piezas poéticas y literarias. Muestran al viajero fragmentos de la mejor literatura mundial. Muchas de ellas son exposiciones fotográficas de la época soviética y
varios vagones se convirtieron en pinacotecas de artistas modernos
y obras de la Galería Tretiakov.

En la estación de Delovói Tsentr está la Galería Metro con imágenes de destacados fotógrafos rusos
modernos. La estación de Vorobiovy Gory, situada en el puente sobre el río Moscova, está construida en vidrio. La estación de la Plaza de la Revolución, abierta en 1938, posee 78 esculturas de soldados y trabajadores que defendieron la URSS en la Segunda Guerra Mundial. Originalmente el tren llamado Flecha Roja era el antiguo expreso
Moscú–San Petersburgo. Hay un tren dedicado a la batalla de Kursk.

En el metro de Madrid la histórica Estación de Sol ahora se llama Estación Vodafone. ¿Saben Ustedes que en el de Moscú la publicidad aún sigue prohibida?, ¿saben que hay una Estación Kievskaia, en honor a la capital de Ucrania?, ¿saben que se mantiene como un homenaje a la amistad entre los pueblos ruso y ucraniano?, ¿saben que las obras de arte del metro nunca han padecido ataques de vandalismo?

Si alguna vez visitan el metro de Moscú lo que más les sorprenderá es que los pasajeros aún ceden sus asientos a los ancianos y las embarazadas, y lo que es más espectacular: ¡está limpio!

La línea número 5 es circular y se cruza con todas las demás, que son radiales, dando un servicio rápido de transporte a todos los barrios de la ciudad. De esa manera, se llega a cualquier punto con un máximo de dos transbordos. En la línea 5 la megafonía indica a los viajeros el sentido en que viaja el tren utilizando voces masculinas cuando avanzan en el sentido de las agujas del reloj, y voces femeninas cuando va en sentido contrario. En las líneas radiales, se utilizan voces masculinas cuando los trenes se acercan al centro de la ciudad, y voces femeninas cuando se alejan.

Durante la Guerra Fría se construyó una “sección profunda” en la estación Arbatskaia con el fin de proteger a la población moscovita en el caso de un ataque nuclear del imperialismo.

El metro de Moscú refleja fielmente la propia evolución histórica de la URSS. Su construcción corresponde a una época en la que el lujo era para el pueblo. Pero a partir de los años 60 la arquitectura de las estaciones cambió sensiblemente. Dejaron de ser la obra de arte de las épocas anteriores para convertirse en algo puramente funcional. Es la diferencia entre un país que marcha hacia arriba y otro que se desliza por la pendiente.

En todas las ciudades del mundo el metro está a medio camino entre lo asqueroso y lo repugnante… excepto en Moscú, donde constituye una atracción turística por su diseño. A pesar de la mala imagen artística que las camarillas seudointelectuales se esfuerzan por asociar con la época de Stalin, el metro de Moscú es sencillamente grandioso, una fusión inigualable del alto nivel de la ingeniería soviética con los mejores valores culturales.

Los mequetrefes nunca reconocerán que el metro de Moscú demuestra que la Unión Soviética tenía una concepción del arte que aún hoy nadie ha sido capaz de superar: es una galería de exposiciones puesta a la vista cotidiana de las masas, de 2.400 millones de personas.

comentarios

  1. De hecho, camarada, sí obedece esta gran obra a la máxima de Stalin, del marxismo leninismo, del comunismo en general, de la mayor belleza para los obreros en el terreno del arte. Esto es contrario a la concepción del "arte austero" tan mediocre, vulgar, feo y simple de Krushov.

  2. ¡Qué derroche, Dios mío; qué derroche! ¿Acaso no hubiera bastado con ponerles TVs como en el metro de Madrid?

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