La huelga pretende conseguir un aumento salarial de 50 céntimo diarios. La mitad de la fuerza de trabajo son mujeres y su salario es inferior al de los hombres.
El salario mínimo diario para un trabajador de una plantación india es de 169 rupias (2,46 dólares) y los trabajadores reclaman un aumento del 20 por ciento, hasta las 203 rupias (2,96 dólares).
Unos 20 sindicatos locales apoyan la huelga y esperan ejercer la máxima presión sobre los terratenientes durante el período monzónico, cuando los picos de producción y las pérdidas financieras son mayores.
Restos de la época colonial británica, las plantaciones de té ocupan regularmente los titulares de la prensa india debido a las reivindicaciones salariales y a las pésimas condiciones de trabajo, próximas a la esclavitud.
Desde hace generaciones en India las condiciones de trabajo de los obreros del te son extenuantes. Al no disponer de equipos de protección, los que se encargan fumigar los arbustos se ven periódicamente expuestos a los efectos de los pesticidas.