Un operativo turco en Ucrania que ha pasado desapercibido

Los medios han publicatado abundamentemente una operación del ejército estadounidense en Idlib tenía como objetivo a un dirigente del Califato Islámico. Sin embargo, las 15 víctimas civiles colaterales han eclipsado el objetivo inicial de la operación.

Según dicen, el dirigente del Califato Islámico tenía más de 24 apodos. Uno de ellos es Al-Hachimi Al-Quraichi (*), una referencia básica bastante ingenua utilizada por los neófitos de la inteligencia estadounidense interesados en el islamismo.

Según las informaciones, este dirigente, que pasó por cárceles estadounidenses en Irak junto a otro personaje oscuro, Al-Baghdadi, activó su cinturón de explosivos cuando se acercaron las tropas estadounidenses.

Al igual que en la redada contra Bin Laden en Pakistán, uno de los helicópteros militares que participaron en el operativo fue destruido. La información militar estadounidense aclaró esta vez que las fuerzas estadounidenses se vieron obligadas a destruir el avión tras un fallo mecánico.

El cabecilla terrorista vivía en un edificio de tres plantas encima de una familia que no sabía quién era realmente su vecino. Esto explica las víctimas civiles colaterales, en su mayoría niños.

La incursión tuvo lugar en un territorio controlado por Turquía y, por tanto, por la OTAN. Esto significa que el dirigente terrorista vivía bajo el paraguas de los imperialistas.

El patrón se reproduce. La mayoría de los dirigentes -reales o supuestos- de Al Qaeda y el Califato Islámico proceden de los países de la OTAN y nunca de los países del Eje del Mal.

Otro patrón: todos los dirigentes del Califato Islámico han pasado por las cárceles y campos de internamiento del ejército estadounidense en Irak antes de esfumarse repentinamente en el aire. Reaparecen un poco más tarde a la cabeza de grupos armados y equipos militares procedentes de los excedentes de la OTAN o, a veces para que parezca más natural, de un arsenal búlgaro o rumano.

Un país de la OTAN, Turquía, participó en el operativo y sabía que el cabecilla del Califato Islámico, cuyas unidades combaten en Hasakeh, se encontraba en su zona bajo su control en el norte de Siria. Nunca se preocupó por él porque carecía de interés político ni militar.

El operativo de Idlib coincide con una incursión turca en Ucrania, donde la inteligencia turca persiguió a un traficante de armas que amenazó con sacar a la luz toda la red turca de contrabando de armas en las zonas de guerra.

Desde hace algunos años, Turquía ha tejido una red de tráfico de armas en Asia central, Oriente Medio y África, donde subcontrata las guerras que interesan a la OTAN. El gobierno de Erdogan está consolidando su propio complejo militar-industrial y extendiendo su influencia mucho más allá de los antiguos confines del Imperio Otomano.

La operación turca en Ucrania no sólo costó mucho menos que la operación estadounidense en Idlib, que se distinguió por un enorme despilfarro de recursos, sino que tuvo un rendimiento infinitamente mayor, ya que Ankara logró un objetivo estratégico real, mientras que Washington está lavando su imagen sobre la base de un asunto obsoleto que no tiene ningún impacto en la situación regional.

(*) https://www.cbsnews.com/news/isis-confirms-abu-bakr-al-baghdadi-death-announces-new-leader-abu-ibrahim-al-hashimi-today-2019-10-31/

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