Turquía humilla al vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden

Así están las cosas en Oriente Medio: el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden llegó ayer al aeropuerto de Ankara, donde fue recibido por… el alcalde adjunto de la capital. Nada de celebraciones oficiales ni desfiles. El número dos de la Casa Blanca ha pasado completamente desapercibido.

Durante su visita, Biden tratará de llegar a un acuerdo con los turcos sobre Kurdistán, donde Estados Unidos quiere crear un protectorado que el gobierno turco está empeñado en impedir.

Para ello Ankara ha cambiado de estrategia. Las fuerzas turcomanas que hasta ahora han estado dirigiendo contra Damasco, ahora las vuelven contra los kurdos.

Al mismo tiempo que Biden llegaba a Ankara el ejército turco invadía el norte de Siria con un contingente de 1.500 turcomanos dirigidos por fuerzas especiales del ejército turco y equipados con 20 tanques. La noche anterior se produjeron intensos bombardeos de artillería y de la aviación turca. La penetración se produjo en la frontera de Jarablus, una localidad junto a la frontera

No hubo resistencia por parte del Califato Islámico, que conocía de antemano el ataque. Sus milicianos huyeron hacia un frente desconocido. En Jarablus los turcos alzaron la bandera de su país junto a la de los turcomanos sirios.

El gobierno turco ha dicho que el ataque tenía por objetivo cerrar la frontera al Califato Islámico, aunque también estaba enfilado contra los kurdos, que habían anunciado un desplazamiento hacia el oeste, donde habían anunciado la formación de un consejo militar, que ahora es imposible. El responsable de dicho consejo fue asesinado -seguramente por los turcos- inmediatamente después del anuncio.

El gobierno turco ha anunciado que después de la captura de Jarablus se dispone a tomar Manbi, recientemente liberada por los kurdos con la ayuda de los bombardeos de la aviación de Estados Unidos.

Mientras los kurdos tratan de desplazarse hacia el oeste, Turquía quiere llevarlos en la dirección opuesta, a la otra orilla del río Eufrates.

Por su parte, envuelto en otra guerra, el gobierno de Damasco apenas ha podido protestar sin mucha convicción. Ha lamentado la “falta de coordinación” que ha mostrado el ejercito turco. Lo mismo cabe de decir de Rusia e Irán. Da la impresión de que se ha tratado de una “invasión consentida” y que, en definitiva, lo que importa es la participación activa del ejército turco en el otro lado de la trinchera.

Los kurdos pueden pagar un alto precio por su absurda agresión al ejército regular sirio en Hasaka la semana pasada. Confiando en el apoyo de Estados Unidos, han tratado de forzar la máquina de los hechos consumados y su estrategia no les conduce a ninguna parte porque no son sus aliados los que pueden imponer su peso, sino más bien al contrario.

En Ankara Joe Biden no está en condiciones de negociar nada. Los kurdos van en la dirección opuesta a la que tenían prevista.

En realidad, todos los acontecimientos van en contra de la dirección prevista: las tropas turcomanas con las que Ankara ha ocupado Jarablus las ha sacado del frente de Alepo, lo cual sólo puede beneficiar al gobierno de Damasco en su lucha contra la agresión imperialista.

comentario

  1. Esto más bien parece de comedia, se diría que, afortunadamente, para bien de Siria: Algo que muy bien pudiera apuntar a que la asociación entre rusos, iraníes, sirios y afines, se consolida de forma rápida y efectiva. ¡Ojalá que así sea y que esos putos bocazas yanquis se tengan que tragar sus sapos!

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