Sigue la guerra interna en las cloacas del Ministerio del Interior

El comisario Enrique García Castaño ha sido apartado esta mañana de su puesto de jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), dependiente de la Comisaría General de Información, después de que apareciese en la prensa una grabación en la que confesaba que sus dos excompañeros, los comisarios Eugenio Pino y José Manuel Villarejo estaban chantajeando al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y a la Casa Real con desvelar más trapos sucios sobre las relaciones del rey emérito.

El nuevo número dos de la Policía, Florentino Villabona, que en su discurso de toma de posesión aseguró que llegaba para que «el Poder Judicial vuelva a confiar en la Policía», ha tomado esta decisión tras la apertura de la información reservada abierta a García Castaño.

Ahora tendrá que decidir dónde envía a García Castaño, aunque algunas fuentes apuntan a que irá destinado a una comisaría de la zona; otras fuentes, en cambio, le ven en puesto más «amable», como en Seguridad del Congreso de los Diputados.

El comisario García Castaño se ha visto involucrado en todos los escándalos policiales desde la época de la Transición, incluido el del pequeño Nicolás. La comisión judicial de este caso apuntó en sus pesquisas que, gracias a los programas de escuchas telefónicas y otros sistemas de grabación que controlaba desde la UCAO, se pudo producir la grabación ilegal a los agentes del CNI y de Asuntos Internos.

También aparece involucrado en el sumario que investiga las amenazas del empresario Javier López-Madrid a la doctora Elisa Pinto, junto con el polémico comisario José Manuel Villarejo. En el móvil del compi-yogui de la reina Letizia aparecían sucesivas llamadas a estos comisarios mientras se paraban las 13 denuncias que la dermatóloga puso contra él en una comisaría de Policía.

Otro de los capítulos comprometidos fue la reunión que García Castaño y Villarejo mantuvieron en 2011 con Ignacio González en La Mallorquina con motivo de una supuesta investigación sobre el ático del expresidente de la Comunidad de Madrid que en aquel momento aún no estaba abierta.

García Castaño era conocido desde sus inicios en la Brigada Antigolpe como Blasillo por las buenas relaciones que tenía en la Fuerza Nueva de Blas Piñar. De hecho, aún mantiene vigentes estas relaciones, por ejemplo, con el secretario de Manos Limpias, Miguel Bernard, o con el dueño de LPM Seguridad, Lorenzo Díaz, empresario que pagó la cacería en la que coincidieron el entonces ministro socialista Mariano Fernández Bermejo y el juez Baltasar Garzón, y que le costó el puesto al primero tras la apertura de la causa Gürtel.

http://www.publico.es/politica/apartado-informacion-comisario-desvelo-chantaje.html

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo